Cristian Campos-ElEspañol
  • La democracia parlamentaria nacida en España con la Constitución de 1978 está a punto de ser sobrepasada por un enemigo que tiene ya rodeado su perímetro.

Broken arrow es un término utilizado por las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos en dos contextos distintos.

En el primero de esos contextos, broken arrow es el término usado para designar incidentes nucleares que no conllevan riesgo de guerra. Por ejemplo, la pérdida de una bomba nuclear durante su transporte, una fuga radioactiva…

En su segundo contexto, broken arrow fue el código utilizado en la guerra de Vietnam cuando una unidad estadounidense estaba rodeada y a punto de ser destruida por el Vietcong. Broken arrow implicaba la activación del apoyo aéreo y el bombardeo del perímetro de la unidad asediada, aunque ese bombardeo conllevara el riesgo de víctimas propias por fuego amigo.

La Batalla del valle de la Drang, el primer gran enfrentamiento del ejército estadounidense contra el ejército norvietnamita, en noviembre de 1965, fue la primera ocasión en la que se utilizó el código broken arrow en su segundo contexto.

Es decir, en el de un combate en el que las unidades americanas, muy inferiores en número a sus enemigos, estaban rodeadas y a punto de ser aniquiladas por estos.

La película We Were Soldiers (2002), titulada en España como Cuando éramos soldados, basada en el libro We Were Soldiers Once… And Young, narra la historia de la Batalla del valle de la Drang.

Muchos españoles se habrán sentido identificados con el teniente coronel Hal Moore, interpretado en la película por Mel Gibson, durante los últimos meses.

Especialmente en esa escena en la que Moore analiza la situación a su alrededor con un rápido vistazo y comprende que sus unidades están a punto de ser exterminadas por el Vietcong.

Sólo que lo que está a punto de ser exterminado hoy en España no es una unidad del ejército, sino nuestro Estado de derecho.

De hecho, es la propia democracia parlamentaria nacida con la Constitución de 1978 la que está a punto de ser sobrepasada por un enemigo que tiene ya rodeado su perímetro y al que sólo le falta seguir percutiendo durante unos pocos meses más para provocar el colapso fatal de todo el sistema.

Las señales están por doquier. Si el teniente Hal Moore estuviera hoy al mando de la resistencia en España, vería sus cuatro flancos asediados por las fuerzas del Vietcong.

1. En el flanco norte, un Tribunal Constitucional autoerigido en poder constituyente.

Como me decía ayer en un mensaje Virgilio Zapatero, la ponencia de la magistrada Inmaculada Montalbán transforma al Tribunal Constitucional en poder constituyente al crear un instituto nuevo, el de la amnistía, no validado por los españoles en referéndum e implícitamente prohibido por la Constitución española.

Y, por tanto, y esto lo digo yo, aniquilando la soberanía nacional, que reside en exclusiva en el pueblo español, y transformando de facto a la democracia española en una critocracia.

Es decir, en un régimen en el que una casta de juristas elegidos por los políticos en base a criterios ideológicos, pertenecientes a un tribunal político ajeno a la estructura judicial ordinaria, impone su voluntad por encima de la del pueblo soberano.

2. En el flanco sur, unas instituciones, organismos y empresas del Estado que han sido ocupados hasta el cuarto de los escobas por los non-playable characters (NPC) del sanchismo.

Los NPC (traducible por «personajes no jugables») son esos personajes de los videojuegos que no son controlados directamente por el jugador, sino por el propio software del juego, y que únicamente tienen funciones auxiliares: contribuir a la ambientación y a la narrativa, proporcionar información al jugador, comerciar con él, concederle pequeñas ventajas competitivas…

Los NPC del sanchismo, como los de los videojuegos, no tienen voluntad propia ni agenda autónoma, y en muchos casos están ahí para ser ejecutados por el jugador, es decir por Pedro Sánchez, a cambio de pequeñas recompensas.

Una vaca NPC que proporciona puntos de salud al jugador, por ejemplo, equivale a ese Banco de España, ese CIS o esa RTVE que sólo están ahí para concederle al jugador Pedro Sánchez unos pocos puntos de vida más que le ayuden a sobrevivir durante una o dos fases más del juego.

El problema, claro, es que lo que está siendo aniquilado en España no es sólo el NPC de turno (los ministros, los portavoces, el gobernador del Banco de España, el presidente del CIS, la presentadora de RTVE de turno), sino la credibilidad de unas instituciones a las que los españoles les presuponen ya la mentira antes incluso de que abran la boca.

¿Qué español cree hoy en la veracidad de los sondeos del CIS, de las cifras del presunto crecimiento de la economía española o de los datos del paro? ¿Quién se cree a RTVE?

¿Quién es hoy tan inocente como para darles pábulo?

3. En el flanco este, la degradación de los servicios públicos y una carcoma institucional, política y civil que ha convertido el día a día de los españoles en un circo.

Los bulos tóxicos son propagados por los propios portavoces del Gobierno desde la Moncloa.

Los fontaneros a sueldo del Gobierno braman a berrido limpio frente a las cámaras de la prensa y en los programas de televisión de máxima audiencia contra los mafiosos freelance que han saqueado al Gobierno con la complicidad del propio Gobierno.

El entorno familiar y profesional del presidente se sitúa al borde del banquillo como no se ha visto ni siquiera en las más esperpénticas autocracias latinoamericanas.

Y la prensa internacional hace su agosto retratando a España como una democracia fallida en la que el presidente del Gobierno acusa falsamente a la policía de urdir un complot para asesinarle con una bomba como artimaña para desviar la atención de los casos de corrupción que le acechan.

Y mientras todo eso ocurre, frente a este circo de siete pistas, el presidente se niega a comparecer o a dar la más mínima explicación a los españoles o a los diputados del Congreso, fiel a esa máxima que dice not my circus, not my monkeys. O sea, «no es mi circo, no son mis monos».

Sólo que sí es su circo, y sí son sus monos.

4. En el flanco oeste, la imposibilidad de una alternancia sana.

a) En primer lugar, dado que la solución, la convocatoria de elecciones generales anticipadas, está en manos del problema, el propio presidente del Gobierno acechado por esos escándalos.

b) En segundo lugar, dado que los socios parlamentarios de Sánchez, cuyo objetivo declarado es la destrucción de la democracia constitucional española, se han juramentado para sostener hasta el último minuto al presidente que más herramientas está poniendo en sus manos para acelerar esa destrucción.

c) Y en tercer lugar, dado que una parte no precisamente menor de la oposición, la situada a la derecha de la derecha, ha acudido al rescate del presidente del Gobierno tras una apuesta a medio o largo plazo letal para España y los españoles: la de que cuanto más tiempo aguante Sánchez en el poder mayores serán sus posibilidades de sustituir al PP como partido hegemónico en la derecha.

A la vista del escenario, pero, sobre todo, a la vista de la dificultad de una alternancia que sane la democracia española y la devuelva al punto en el que todo se torció (esos atentados de Atocha que pusieron en el poder, de forma consecutiva y a partir de 2003, a tres presidentes letales para la democracia liberal, ZapateroRajoy y el propio Sánchez), no debe de haber español que, en lo más íntimo, no desee para España un broken arrow político, social y mediático.

La pregunta, claro, es dónde está la aviación.