Miquel Giménez-Vozpópuli

  • Ven a Sánchez acabado y por eso han apretado el acelerador

La frase que más se escucha decir a los dirigentes de Junts estos días en referencia a Sánchez es El tenim agafat per els collons, que no creo precise de traducción dada su prístina claridad. Puigdemont, ya con Santos Cerdán fuera de la ecuación de esa venta de España a cambio de siete votos, ha decidido que va a por todas. Exige un diálogo directo entre Sánchez y él. No admite más pausas ni excusas ni dilaciones. Una persona próxima al fugado me comentaba lo que opinaba el ex presidente de la Generalidad acerca de que si Sánchez pierde el gobierno entrará la extrema derecha. Traduzco literalmente: “A mí me la pela, porque el gobierno de España es el gobierno de España. Además, quien gobernaría sería Feijoó y siempre tendríamos alguna grieta por la que colarnos. Ya sabemos lo que es pactar con el PP. Parece que no se acuerden de Aznar, Rajoy o Soraya”.

Por otra parte, el miedo que en Junts puedan tenerle a Vox es mínimo. Saben que es difícil que obtenga mayoría absoluta y que los populares les servirían de dique de contención de cara a una posible coalición con los de Abascal. Pero a Junts le han entrado las urgencias históricas. Ven a Sánchez acabado y es por eso que han apretado el acelerador para apretarle más los collons y acabar de rematar la amnistía y el referéndum. El que los golpistas se nieguen a aceptar la reducción de jornada y hayan presentado una enmienda a la totalidad, o que se hayan manifestado rotundamente en contra a la ley Bolaños son dos mordiscos dados con plena conciencia en la mano del que les ha dado de comer hasta ahora, el sanchismo. Es un claro aviso para navegantes: o aceleras lo mío o te vas a hacer puñetas, que toy mú loco.

sabe que el dinero no le ha de faltar desde que se ha sometido del todo a quienes le han mantenido hasta ahora y él intentó sacarse de encima con rabietas infantiles. Ha bastado que le cerraran el grifo para que el dócil pastelero de Amer haya vuelto al redil como un Buonasera cualquiera y le haya dicho a quien toca “¿Amigos entonces, Padrino?”

Yo comprendo que desde Madrid las cosas se vean bajo otra óptica más racional, la que dice que los separatas mantendrán a Sánchez contra viento y marea porque no van a estar mejor con nadie. Efectivamente, eso es lo lógico. Pero todavía no se han dado cuenta que la ideología separatista ni es lógica, ni coherente ni pasa por los fielatos de lo razonable. Es una religión, igual que ahora lo es el sanchismo, y se fundamenta en la fe, en la ceguera de quienes dirigen o integran esa secta, y, en el caso catalán, en que a veces pesa más en sus decisiones lo que sucede en Ripoll que lo que se diga en la ONU, Bruselas o Madrid. Para Junts lo más importante ahora es que Aliança Catalana no les haga el sorpasso ni les siga quitando militancia y votantes. Y ustedes me dirán, ¿pero no es mejor la amnistía y el referéndum? Para poder exhibirlos ante Aliança como trofeos jactándose de que ellos han conseguido dos cosas históricas, sí; desde otro punto de vista cualquiera, no. Miren, a Puigdemont vivir en Bruselas, en Waterloo o en las cataratas del Niágara le importa un huevo de ornitorrinco. Cuando se es rico se vive bien en todas partes. Y sabe que el dinero no le ha de faltar desde que se ha sometido del todo a quienes le han mantenido hasta ahora y él intentó sacarse de encima con rabietas infantiles. Ha bastado que le cerraran el grifo para que el dócil pastelero de Amer haya vuelto al redil como un Buonasera cualquiera y le haya dicho a quien toca “¿Amigos entonces, Padrino?”.

No enjuicien al separatismo con parámetros normales, por favor. Y escuchen a quienes lo soportamos y combatimos desde aquí, desde Cataluña, no a los sesudos analistas que desde un café cualquiera de Madrid se jactan se conocer la realidad catalana sin saber, es un ejemplo mínimo, la influencia del sacerdote y escritor Josep Maria Ballarin, qepd, en el pensamiento de Jordi Pujol. Si se conociera lo que es en realidad el separatismo catalán, esa mano que aprieta tanto, haría décadas que apretaría tan solo el aire.