Javier Fernández Arribas-El Correo
- Sánchez afirma que ese incremento es contraproducente e innecesario y que obligaría a recortar gastos sociales.
Es intensa y casi irresistible la tentación de utilizar un enemigo exterior para aunar voluntades internas y distraer la atención de graves dificultades que se sufren en la propia casa. Lo han hecho numerosos dictadores a lo largo de la historia que han manipulado los sentimientos y las emociones de los ciudadanos para provocar reacciones de apoyo en algo tan elemental como evidente como es preservar los gastos sociales y así capear todo tipo de crisis políticas, económicas y sociales. Recurrir al falso debate de tanques o mantequilla es tan absurdo como obsoleto en un mundo tan convulso, con enormes amenazas de desestabilización y confrontación como las que estamos sufriendo y donde se demuestra imprescindible recuperar una política de defensa y seguridad eficaz y solvente de cara a garantizar el presente y el futuro de los ciudadanos. Además, no se trata únicamente de dinero, de un incremento desmesurado de los presupuestos, la clave radica en asimilar una conciencia y una cultura de seguridad y defensa imprescindibles para afrontar los retos que se están planteando.
Pedro Sánchez, ha enviado una carta al secretario general de la OTAN para que España sea excluida de incrementar el gasto en defensa un 5% del PIB como va a tratarse en la cumbre de La Haya. Sánchez afirma que ese incremento es contraproducente e innecesario y que obligaría a recortar gastos sociales. Esta posición interesada y egoísta es tóxica porque está planteada por intereses únicamente electorales y de poder. La Casa Blanca ha asegurado que el incremento del 5% implica a todos los miembros de la OTAN incluida España.
La prensa internacional publica el desafío del presidente español como una amenaza al éxito y unidad de la Alianza en La Haya y señalan las ataduras de Sánchez con sus socios ultraizquierdistas. En España se le acusa de intentar distraer la atención de los graves problemas internos de corrupción.
¿Por qué ha esperado Sánchez al último momento para enviar esta carta? ¿Con quién ha consultado o consensuado una decisión de Estado? Con nadie. ¿Hay afán de enorme protagonismo, huida hacia adelante, desafío a quienes han podido mover ficha para que Sánchez dimita por la corrupción en su partido y en su gobierno
No es obligatorio el pensamiento único en la OTAN, es posible la discrepancia pero con actitud política leal que no tenga intenciones retorcidas, partidistas y personales como son evitar que los ultraizquierdistas le retiren su respaldo si asumía una realidad como es la necesidad de una mejor y más capacitada defensa occidental europea, que implica un notable incremento en el presupuesto e inversiones de Defensa y seguridad.