Jesús Cuadrado-Vozpópuli
- Los propagandistas de Moncloa y sus cámaras de eco están vendiendo una narrativa tramposa sobre el combate heroico del gallo Sánchez contra el gallo Trump
Morir matando. Esperó a la víspera del encuentro de la Alianza Atlántica, que se inicia mañana en La Haya, para hacerse notar. En una carta dirigida al secretario general Mark Rutte, Sánchez anuncia el boicot a los acuerdos ya alcanzados en el momento más decisivo de la organización desde la caída de la Unión Soviética. Ninguno de los 45 líderes de las principales democracias del mundo asistentes ignora que la amenaza del presidente español está motivada por su situación política y judicial desesperada.
Ha anunciado un voto de bloqueo sin aportar ninguna alternativa de disuasión y defensa frente a Putin y sus aliados. Simplemente, en su carta asume la posición anti-OTAN de sus socios de coalición y, como ellos, pone en riesgo el derecho de los españoles al bien público de la seguridad, inviable al margen de la organización atlántica. No conozco un solo militar español que sostenga que la Defensa Nacional sea posible fuera de la “defensa colectiva”, que únicamente puede proporcionar la Alianza.
Ha editorializado El País sobre una supuesta arbitrariedad de las cifras de la OTAN de un gasto anual de 3,5% de PIB para necesidades básicas y otro 1,5% para adaptación de infraestructuras e impulso de la industria, como si fueran cifras al azar. Ocultan que los datos se basan en las propuestas de los Estados Mayores de Defensa de los 32 países aliados -España incluida- sobre aumento de capacidades imprescindibles y el cálculo del gasto anual consecuente. ¿Arbitrarias?
Multiplicar por cinco, por ejemplo, los medios para la protección del espacio aéreo y la defensa antimisiles no es ninguna broma, si se tiene en cuenta la capacidad de rearme ruso; con tecnología china, por cierto
El presidente va a La Haya sin explicar a los españoles qué se va a votar allí y cómo les afecta; ni en el Congreso, ni en el Senado, ni en los medios. Los propagandistas de Moncloa y sus cámaras de eco están vendiendo una narrativa tramposa sobre el combate heroico del gallo Sánchez contra el gallo Trump -él, encantado-, pero es obvio que el presidente torpedea a Reino Unido, Alemania, Francia, Italia y su posición consensuada, y a la propia Unión Europea y su Libro Blanco, coincidente con la propuesta de la OTAN. Todos están explicando a los ciudadanos que es inviable mantener el vínculo transatlántico sin asumir un reequilibrio en el gasto militar con Estados Unidos, no importa con qué presidente. Es Europa la amenazada, por Rusia y por sus aliados, China, Irán y Corea del Norte.
¿Exagera el ministro de Defensa alemán cuando afirma que Putin estará en condiciones de atacar territorio de la Alianza ya en 2029? Sería una irresponsabilidad criminal que, con los datos conocidos sobre el rearme de quienes nos han convertido en objetivo militar, las democracias liberales reunidas en La Haya no reaccionaran. Multiplicar por cinco, por ejemplo, los medios para la protección del espacio aéreo y la defensa antimisiles no es ninguna broma, si se tiene en cuenta la capacidad de rearme ruso; con tecnología china, por cierto.
Sin seguridad no hay bienestar
Las dificultades para asumir durante los próximos diez años un salto desde 20.000 millones de euros anuales a más de 55.000 en gasto militar básico y a 80.000, si se suman inversiones en infraestructuras e industria, retratan el desastre fiscal generado por siete años del “cohete” sanchista. En la Cumbre está previsto acordar condiciones y fechas para los incrementos de gasto propuestos, pero, si se quiere mantener un sistema de Seguridad y Defensa que afronte los riesgos y amenazas reales, solo cabe tomarse muy en serio lo que se va a acordar mañana en La Haya, y querría bloquear Sánchez.
Para comprender el cambio radical producido en la defensa europea, ahí está el caso de Suecia. Hasta marzo de 2024 era el prototipo de país neutral; hoy es parte esencial de la OTAN, aumentó el gasto militar hasta un 2,66% de PIB en 2024 y destaca en la ayuda militar a Ucrania. No se les ha ocurrido a los suecos hacer un debate falaz sobre “menos tanques y más hospitales”. Saben que la Defensa Nacional no es prescindible y que sin seguridad no hay Estado de bienestar posible. Como lo sabe el gobierno laborista británico de Starmer que está revisando su estrategia de seguridad para adaptarla al nuevo escenario.
En La Haya, Sánchez se tragará la declaración complea y dirá que logró ‘flexibilidad’. ¡Tramposo!. Remata al PSOE con el sello anti-OTAN de la izquierda reaccionaria española. Su carta no iba dirigida a Rutte, sino a los socios que ahora le amenazan. Mañana, en la Cumbre, se verá dónde van a parar las cartitas de Don Teflón y su “2% y punto”, pero su envite de tahúr desesperado aísla aún más a España.