Agustín Pery.ABC

  • Sánchez vende concordia allí donde solo agita cizaña, esa que celebra que sus socios se mofen del Congreso y violenten España

Mañana, cuando se seque el lodo del puterío, las mordidas y el frentismo, quedará un país calcinado, donde muy probablemente solo permanezcan en pie los malditos muros sanchistas, recordatorios vergonzantes de lo que hizo Pedro Sánchez con la Españita que Chapu Apaolaza glosa tan magistralmente.

Se nos vienen días, si no años, jodidos porque lo que diste al niño caprichoso y malcriado del independentismo para que cesaran sus berreos y poder dormir en tu jergón presidencial es difícil que se pueda retomar, devolver allí de donde jamás debió salir: la Constitución. Quedará esa imagen chusca, tabernaria, ordinaria, cutre, estomagante pero sobre todo ilustrativa de lo que ha sido para los españoles ese matrimonio de conveniencia entre Sánchez y sus amos independentistas. Es verdad, Pilar Valluguera, cómo no enfadarte cuando te llaman señora si eres lo más alejado a lo que debería ser una ‘senyora’ o un ‘senyor’. Supongo que tus modos son los que nos merecemos, que haces honor solo a tu apellido y te ves como una almogávar de saldillo llegada a la meseta desde los valles oscuros y sombríos, que eso significa en catalán tu apellido. Pero Pilar, reduces el ‘desperta ferro’ a despatarrarte en escaño ajeno, aunque sea el de otro espécimen como Ábalos, que ha arrastrado la condición de señoría porque él estaba más cómodo entre señoritas

Mañana cuando todo pase y haya que recomponer lo vejado, expoliado y victimizado, Pilar ‘la despatarrá’ quedará como símbolo de lo que ha sido este Gobierno bonito de pilinguis, catedráticas ‘fake’, asistentas privadas a cargo del erario público, exministros necesitados de bromuro y sedes socialistas registradas por la vilependiada UCO.

Porque hay una palabra, dos si me apuran, que definen esta legislatura: ordinaria impunidad. Así ha sido desde el principio con Sánchez. Impunidad para todo presunto que pudiera garantizar su supervivencia. Ordinaria porque, como corrupto por omisión, llegó un punto en que decidió exhibirse, pavonearse, acelerar en su hoja de ruta antidemocrática. Por eso su socia puede estirarse a todo lo que dé en nuestro Congreso, símbolo de una legislatura fraudulenta, porque es el presidente del Gobierno quien lo ha consentido, quien ha facilitado y acunado el chorreo constante del pogo secesionista. Se pasean con la soberbia del amo de la finca, con la chulería del señorito. España es la santa inocente a la que violenta a cada vez don Pedro.

Sí, mañana cuando todo pase será el momento de contar las bajas: la unidad de España, la división de poderes, la libertad de empresa… Será entonces cuando toque comprobar cuán profunda es la zanja que ha cavado este presidente que vende concordia y agita cizaña.

Pasará tiempo, será doloroso, largo, duro pero si no lo hacemos España será ese escaño donde una ordinaria que nos desprecia seguirá despatarrada.