Carlos de Urquijo-El Debate
  • De junio de 2018 a marzo de 2023, los 382 etarras internados en distintas prisiones, fueron todos agrupados en las del País Vasco y Navarra. De aquellos 382 hoy solo 125 continúan en prisión

He criticado en otras ocasiones al Gobierno Vasco por el trato otorgado a los presos de la banda terrorista ETA, desde que en octubre de 2021 asumió la competencia de prisiones. Hoy debo disculparme ante el coraje demostrado por la Consejera de Justicia socialista en el Gobierno de coalición PNV-PSE, en defensa de la ley y de las víctimas del terrorismo. Me explico, en virtud de un acuerdo con una asociación de «bertsolaris», sus repentistas visitaban periódicamente a los internos de la prisión de Zaballa para deleitarles con sus improvisaciones. En su última actuación hace unas semanas, para hacer más llevadero su durísimo cautiverio, quisieron colar para sus seguidores etarras, sendas botellas de orujo y pacharán. La mala suerte quiso que el espirituoso fuera interceptado y confiscado por los funcionarios al no estar permitido el consumo de alcohol en los centros penitenciarios.

La aguerrida Consejera de Justicia al conocer la noticia, en un arranque de valor y con absoluto desprecio al riesgo, ordenó prohibir la entrada al centro de los miembros de la asociación de «bertsolaris». ¡Por fin alguien se ha atrevido a poner en su sitio a los etarras! No me cabe duda de que la audacia de este gesto servirá para que algunos olviden y perdonen el trato de favor otorgado a este colectivo por socialistas y nacionalistas desde que Pedro Sánchez llegó a la Moncloa, pero por si acaso hagamos un breve repaso. De junio de 2018 a marzo de 2023, los 382 etarras internados en distintas prisiones, fueron todos agrupados en las del País Vasco y Navarra. De aquellos 382 hoy solo 125 continúan en prisión.

Desde que el Gobierno Vasco asumió la transferencia hace menos de cuatro años, 96 presos de la banda han obtenido el tercer grado, o lo que es lo mismo, solo pisan la prisión de lunes a viernes para dormir. Las progresiones otorgadas por el departamento de la valiente consejera, se han concedido todas prevaricando pues ninguno de los reclusos ha cumplido con uno de los requisitos exigidos legalmente a los terroristas para obtenerlo, colaborar con la Justicia para esclarecer los asesinatos no resueltos –cerca del 40% del total–. Si a esto sumamos que la Fiscalía ya ni siquiera se toma la molestia de recurrir las progresiones, nos encontramos con que, de facto, disfrutan de una amnistía a plazos.

Por si lo anterior no fuera suficiente, la víspera del traspaso de la competencia de prisiones, el Parlamento Vasco aprobó la ley 3/2021 de creación de ‘Aukerak’. Este organismo, encargado de la reinserción socio-laboral de los presos, ha sido dotado para el presente año con un presupuesto de 17.186.345 euros para, entre otros cometidos, ayudarles a encontrar trabajo y vivienda.

Finalizo sustituyendo la ironía inicial por la indignación. Me avergüenzan los políticos que se burlan de la ley, traicionando además la causa de las víctimas del terrorismo, con el único objetivo de favorecer sus espurios intereses. Desprecio las decisiones políticas y judiciales que permitieron a ETA regresar a la política de nuevo y convertirse después en un agente político determinante del rumbo del Gobierno de España. Los responsables de esta ignominia tienen nombre y apellidos, son José Luis Rodríguez Zapatero y Pedro Sánchez Pérez-Castejón. Los separatistas también lo tienen, pero jugaron y juegan un papel menor y además nunca engañaron a nadie, simplemente se repartieron los papeles en la desestabilización de nuestra nación, unos agitando el árbol –matando– y otros recogiendo nueces –medrando–. Lástima que esta traición moral a las víctimas del terrorismo no les vaya a pasar factura, pero tendrán la satisfacción de la justicia poética al ver como su corrupción de hoy en la vida pública, será castigada con su expulsión del poder, lo único que les importa.

  • Carlos de Urquijo fue delegado del Gobierno en el País Vasco