Diego Carcedo-El Correo
- Basta leer algunos titulares con que los principales periódicos de España y los Estados Unidos encabezan las informaciones y análisis sobre esta situación
Si Pedro Sánchez fue a la cumbre de la OTAN de la Haya en busca de reconocimiento frente a las pretensiones autoritarias de Donald Trump, se equivocó. Le robó protagonismo en la prensa internacional, pero si algo ha conseguido, al margen del aplauso interno de alguno de sus socios de investidura, es políticamente salir malparado del intento. La práctica totalidad de los medios de comunicación que siguieron el acto, en el que, eso sí, le reconocieron su condición de coprotagonista, aunque ninguno, al menos entre los más importantes, compartió como positiva su actitud.
Lo más destacable que recogen los periódicos son las amenaza que el presidente norteamericano lanzó contra España por negarse a contribuir como los demás miembros de la Alianza con el cinco por ciento del PIB. Pagará más del doble de la cuota que se niega a aceptar en las relaciones comerciales, sentenció el histriónico Trump, lo que enseguida se interpretó como un aumento de los aranceles, su arma de disuasión de las exportaciones españolas. Es decir, no será Sánchez en su empeño por seguir al frente del Gobierno el que pague las consecuencias.
Algunos analistas recogen la contradicción que existe entre la firma del acuerdo del cinco por ciento y la advertencia posterior de que Sánchez anticipando que España no lo cumplirá. Una incongruencia que quizás refleja su voluntad de perpetuarse en el poder olvidando que en los diez años previstos para prorratear el pago, lo previsible es que sean otros con ideas y responsabilidades diferentes quienes lo tengan que ejecutar. Sánchez abandonará el poder en algún momento y será España, y algunos empresarios los que paguen.
Basta leer algunos titulares con que los principales periódicos de España y los Estados Unidos encabezan las informaciones y análisis sobre esta situación. Para empezar, la primera impresión es la que produce ver como España vuelve a ser protagonista negativo después de varias décadas de paz y estabilidad democráticas. Financial Times, uno de los periódicos europeos con mayor influencia en el ámbito económico, es contundente en su opinión, expresada con pocas palabras: «España es irresponsable». Otros, como «… todos contra España» o «… «un villano rodeado de corrupción» incluyen también la crisis institucional que estamos viviendo, No faltan los que consideran significativo que Pedro Sánchez no se haya despedido de Trump al final de la Cumbre o que se haya apartado evitando salir en la foto de familia que compartieron todos los participantes.
Las relaciones internacionales son fundamentales, el aislamiento es lo peor que puede ocurrirle a un país y España es miembro de las dos organizaciones supranacionales más importantes, la Unión Europea con veintisiete miembros, y la OTAN con treinta dos. A ambas se incorporó con retraso por la incompatibilidad con la Dictadura y la consecuente ausencia de democracia y en ambas adquirió un protagonismo responsable que proporcionó prestigio hasta que se hundió en los últimos años en los que su peso empezó a caer para convertirse en uno de los miembros que crea más problemas en ambas con discrepancias y exigencias que obstaculizan el cumplimiento de sus principios y la progresión en los objetivos.