José Alejandro Vara-Vozpópuli
- Esto acaba de empezar. El futuro de Sánchez está en manos del trío de la bencina: Koldo, Ábalos y Cerdán. Abróchense los cinturones
Primero fue la morcilla tóxica del juez De Prada en la sentencia de la Gürtel contra el PP, reprobada más tarde por la Audiencia Nacional. Luego, la acelerada rueda de prensa de Albert Rivera en la que rompía vínculos deo el Gobierno de Rajoy. «Un antes y un después», dijo el líder de Ciudadanos. Reaccionó Margarita Robles, quien inspira a Sánchez sobre la enorme oportunidad de la moción de censura. Finalmente, Santos Cerdán completaba el círculo y apalabró con el PNV el patadón al PP y el cambio de color en el gobierno. “Ya está hecho, presidente”, le confirmó a Sánchez antes de la votación en el Congreso. Sonaba a «Yo te he hecho presidente», un poco a lo Pajares en Yo hice a Roque III.
Aquello no fue un acuerdo político, legítimo y natural. Fue una transa entre maleantes, un apaño entre tramposos. Tu pides lo que quieras, yo te doy lo que no es mío, pero, a cambio, apoyas a mi señorito. De esta forma, con apenas 85 escaños, en chulángano de Tetuán alcanzó la mísera gloria.
Sabido es que el advenimiento del sanchismo se produjo tras la traición de los jesuíticos de la chapela al indolente don Mariano. En apenas una semana pasaron de apoyarle los Presupuestos a propinarle un sonoro patadón en la retambufa. “No podemos avalar la corrupción”, dijeron muy dignos mientras erizaban la ikurriña, esa variante de la Union Jack comprada por wallapop. Sabemos ahora que no fue exactamente así. Cerdán los tentó, los compró y los reclutó para la banda trapera de Frankenstein a cambio de una carretada de coimas y regalías que todavía se están pagando. Fue una transa entre maleantes, un apaño entre tramposos, un mercadeo vil. Tu pide lo que quieras, yo te doy lo que no es mío, pero, a cambio, apoyas a mi señorito y santas pascuas. De esta forma, con apenas 85 escaños, el chulángano de Tetuán alcanzó la anhelada poltrona y la mísera gloria. En noviembre del 23 se repitió la operación.
Cerdán y su socio delictuoso, ese Antxon Alonso, concretaron el apaño, con Otegi en un extraño papel de celestino con premio. “Yo soy el arquitecto que construyó los gobiernos progresistas en este país”, proclamó ante el tribunal el capataz navarrico en la burda defensa diseñada por su abogado indepe que acudió a las Salesas vestido para la primera comunión de su sobrina del pueblo. Se convirtió luego en el muñidor de los acuerdos, en el conseguidor primigenio para mantener a su jefe en la Moncloa. No alcanzaba pactos, los vendía. No redondeaba acuerdos, pirateaba con ellos, a espaldas de los españoles. El sanchismo es una ceremonia de mangantes.
“Mentira, ridículo”, clamaron los enervados hipocritones hijos de Sabino. “Estas prácticas son ajenas a nuestra cultura política y a nuestros valores”. Valores, dicen. Ni un gesto de dignidad empaña su tradicional impudicia ética desde su fundación.
“Pedro es un mindundi, nosotros lo pusimos ahí”, solía proclamar Koldo según confesión de Claudia Montes, la miss Asturias que emparejó un tiempo con Ábalos. Cerdán no fue tan descarnado ante el tribunal. No le quitó méritos al ‘número 1’, pero no evitó subrayar su papel protagónico como crucial negociador con los secesonistas para agrandar así su imagen de víctima perseguida por luchar en aras de un gobierno muy progresista, fieramente ecologista y enloquecidamente feminista.
Sánchez apenas se ha conmovido ante la estampa de su fiel escudero camino de Soto del Real. “Que actúe la justicia”, ha sido su escueto comentario, muy propio de un dictadorcillo desalmado. Peor se lo han tomado los fariseos vizcaínos, que han estallado en berridos multiformes, en bramidos iracundos, propios del pazguato al que pillaron haciendo trampas. “Mentira, ridículo”, clamaron los enervados hipocritones hijos de Sabino al escuchar la jaculatoria del exnúmero dos del PSOE. “Esas prácticas son ajenas a nuestra cultura política y a nuestros valores”. Valores, dicen. Ni un gesto de dignidad ha empañado su tradicional impudicia ética desde su fundación. Negociaron la puñalada a Rajoy con el jefe de una banda criminal, al decir del auto del juez. Acordaron la investidura del señorín pinturero en un marco propio de corsarios. Por cada voto, un atraco. La declaración de Santos (así lo llaman ahora, quizás para beatificarlo en su hundimiento) los retrata.
El gorilón acumula audios desde hace cinco años. El incansable putero dice tener grabaciones hasta de Sánchez. La fiscalía y el pánico a las rejas harán el resto
En tiempos de confusión y de aguas revueltas, no es malo lanzar la caña por si algo cae. Feijóo ordenó a su mano derecha, Miguel Tellado, que sondee entre los renacuajos que respaldan a Sánchez por ver si alguno está dispuesto a cambiar de opinión. Demasiado pronto. Una defección en el bloque secesionista tan sólo ocurriría si se confirma la financiación ilegal del PSOE, es decir, la Gürtel del PSOE, como decía Rufián, o aparece una prueba irrefutable con el nombre de P.Sánchez en el sobre. Todo se andará. El magistrado Puente habla de ‘más personas físicas y jurídicas» en la trama.
La entrada en prisión del autoinvestido ‘arquitecto’ de la mayoría del derriba España puede precipitar los acontecimientos. Quizás Koldo y Ábalos pierdan su prudencia y se animen a explicar turbios asuntos del pasado. El gorilón acumula audios desde hace cinco años. El incansable putero dice tener grabaciones hasta de Sánchez. La fiscalía y el pánico a las rejas harán el resto. Este trío de la bencina se encuentra en la fase del desaliento, pasará luego a la del desamparo, de ahí a la de la ira y, finalmente, a la de la desesperación. La salida natural es el acuerdo con el fiscal Luzón. Esto acaba de empezar. El futuro de Sánchez está en manos de tres delincuentes, y eso puede que le incomode. De momento ha perdido cinco kilos. ¿Cuántos le descubrirá el juez?