• Se abre una transición más o menos agónica que depende del propio protagonista

Pedro Oliver Olmo-El Correo

Se adelanta el horizonte de un PSOE sin Sánchez. Ni la gestión económica. Ni la fe puesta en el cerco perimetral a la corrupción interna y a que no saldrá un ‘P.Sanchez’. Ni esperar a que se demuestre que las furias judiciales contra Begoña Gómez y el hermano quedarán en nada. Ni invocar el miedo a una mayoría PP-Vox… Nada servirá para sostener un resistencialismo que hasta hace tres semanas parecía justificado e incluso beneficioso frente a unas derechas arriscadas. Soto del Real reaparece como parteaguas. Se abre la transición hacia un PSOE sin Sánchez, más o menos agónica, dependiendo del propio protagonista, pues Sánchez tendrá la llave para poder dar lo previsible o lo imprevisible. Hemos tenido tiempo para conocerlo y ya sabemos que a veces juega a prestidigitador.

Ahora bien, o desconozco muchísimo al PSOE por dentro (que es lo más probable, pues tengo amigos y conocidos en varios bandos enfrentados y lo que me transmiten rezuma tanta hostilidad que despista bastante), o, sinceramente, no veo a nadie que pueda ser líder de consenso. ¿Es posible una opción -digamos- gerontocrática y no felipista, que echara mano del halo de respetabilidad interna de Borrell, Narbona o Gabilondo? No la veo, como tampoco la de Illa, por razones de fuerza mayor: Cataluña. Si en verdad Pedro Sánchez teme que los escándalos lo pueden dejar abruptamente amortizado, a buen seguro que también estará ya en el ajo de los futuribles. Seguramente desechará incluso a Paca Sahuquillo por el poco tirón electoral de los históricos en estos tiempos trumpistas. Deduzco que acabará proyectando una vía sanchista sin Sánchez, mirando a su patio interno y al electorado de izquierda, calibrando otra vez las reacciones de la parte podemita y extrapodemita.

Veamos tres posibles sucesores, tres hombres del presidente, tres sanchistas a su manera, porque hay como mínimo tres grandes maneras de ser socialista sanchista:

1. Hay un modelo postsanchista lógico y en gran medida continuista de la etapa posterior a 2023, una solución «izquierdista» que agradaría a las bases y a las Juventudes Socialistas: Óscar Puente.

2. También está esa solución intermedia, siempre «centrista», que ha quedado solapada a un sanchismo posibilista y trasversal, aunque enemiga de los ‘momios’ del partido, contra los que ha cargado con saña: Patxi López.

3. Y hay, en fin, un modelo «derechista», con el que se podría resetear al sanchismo para devolverlo a su estado inicial, el del pacto con Ciudadanos: Carlos Cuerpo (cuyo sanchismo económico tanto recuerda al de Nadia Calviño).

Ninguno es de consenso. Parece inevitable la «guerra civil» dentro del PSOE. Y todo indica que muy pronto habrá señales serias.