Ha dicho solemnemente Tellado que Feijóo va a gobernar en solitario, que no tendrá ministros de Vox. Pero, hombre, a quién se le ocurre, qué necesidad. Y dice el PP que estarían dispuestos a repetir elecciones. Hace falta estar locos.

Con ello pretenden quitar medio millón de votos al PSOE. No sé si entran en su cálculo los votos que perderá el PP hacia el PSOE. En fin, yo ya solo confío en los socialistas. Sacarán las navajas cuando vean acercarse la pérdida de sus mamandurrias. Ahí serán implacables.

José Antonio Martín Pallín ha sido magistrado del Tribunal Supremo y es uno de esos jueces a los que sí de les adivina el pico de la enagua asomando por debajo de la toga. El sábado publicaba una tribuna en Eldiario.es en la que su primer párrafo llevaba carga de profundidad. Helo aquí: “La esposa o compañera de un presidente del Gobierno, puede ser ingeniera, médico o profesora. En ningún caso tiene que renunciar a su actividad profesional por el hecho de que su marido o compañero haya alcanzado tan alta distinción y que, por razones de seguridad, tenga que trasladar su domicilio al Palacio de la Moncloa.”

Tengo una objeción mayor a un sintagma desvergonzado: “En ningún caso”. Hay algún caso en que sí: cuando esas actividades profesionales se vean afectadas por las decisiones de su marido en tanto que presidente del Gobierno. Y no digamos si las consideraciones, prebendas o reconocimientos que ella percibiera en las citadas actividades lo fueran en función de su condición de esposa del presidente del Gobierno.

Luego, a partir de ahí el Pallín va todo seguido: Tiene una ayudante, sí ¿y qué pasa? Todas las mujeres de los presidentes han tenido auxiliares. Que les hagan llamadas telefónicas, atiendan correos o gestionen asuntos de sus actividades particulares va de soi. ¿Que es catedrática sin haber completado el bachiller? ¿Y qué? Su nombramiento fue hecho con respeto al procedimiento de la Complutense.

Pallín también arremete contra el juez Peinado: “En el curso de su desvariada investigación (que ya lleva más de un año), invade el Palacio de la Moncloa para preguntar al presidente si Begoña Gómez es su esposa (menos mal que no le pidió el certificado de matrimonio).” ¿El juez invade? Y se permite el tipo un apunte irónico sobre la posibilidad de que Peinado le pidiera el certificado de matrimonio.

Claro que hay cosas raras en todas partes. Un compañero de periódico nuestro, Juanma Lamet daba un toque a Isabel Díaz Ayuso el domingo mediante un tuit en X: “Ayuso acaba de decir en el congreso del PP «nos gusta la fruta», que significa «Sánchez, hijo de puta». Quien apoya esa frase, apoya el insulto, apoya la crispación y apoya la política de baja estofa. Y quien le quita hierro y dice que ese insulto tiene gracia, igual.” Es una afirmación demasiado rotunda que se formula con idéntica falta de argumentos que cualquier portavoz sanchista. Adolece de un defecto notable: empezar el credo por Poncio Pilatos. Recuerdo perfectamente aquel día. Era el debate de investidura de Pedro Sánchez

“Es bastante atrevido hablar por parte del PP de corrupción. Ya sabemos hasta donde llega su compromiso con la limpieza. Su antecesor alertó sobre un posible caso de corrupción de la presidenta de la Comunidad de Madrid, la señora Ayuso y su respuesta fue fulminante: evacuar al señor Casado en un golpe de mano y echar por tierra este caso de corrupción de la señora Ayuso”.

Isabel Díaz Ayuso era una invitada y no tenía derecho a réplica. Frente a la calumnia perpetrada por un candidato a la Presidencia del Gobierno  desde la tribuna del Congreso,, ella masculló: ‘hijo de puta’, lo que parece inasumible a las buenas almas socialistas. Es algo que tiene que oír el sujeto cada vez que sale a la calle. Y no susurrado, sino gritado a pleno pulmón y a coro por ciudadanos cabreados.

Siempre les pasa lo mismo. El domingo se cumplieron 19 años de la reunión que mantuvieron en el Hotel Amara Plaza de San Sebastián, Patxi López y Rodolfo Ares con Arnaldo Otegi, Rufi Etxebarria y Olatz Duñabeitia. Fuera del hotel, Mapi de las Heras, viuda de Fernando Múgica y Pilar Ruiz Albisu, la madre de los Pagaza, acusaron a Los dirigentes del PSE de ‘traicionar a las víctimas’. Un año antes, Rajoy acusó al PSOE de traicionar a los muertos. A él le cayó la del pulpo, pero los gorrinos tuvieron que tragar la misma acusación hecha por las víctimas.

Cinco semanas antes se celebraba el Estado de la Nación, una costumbre de antaño caída en desuso. Zapatero pidió a Mariano Rajoy que no hiciera sangre con el tema del terrorismo. Rajoy cumplió y apenas le dedicó dos minutos en su discurso. Esa misma noche, cuando ya no tenía posibilidades de intervenir, Patxi López anunció n el programa Ganbara de Radio Euskadi que pensaba reunirse en breve con Herri Batasuna: esa reunión del 6 de julio.

Entrevistado Salvador Illa en RTVE, le pregunta el periodista: ¿Y lo que ha dicho Isabel Díaz Ayuso, que el golpe volverá a Cataluña? Y él va y responde, bien oiréis lo que dirá: “Parece que lo quiere incentivar, ¿no? Parece que es lo que desea, ¿no? Parece que echa de menos el terrorismo en el País Vasco y el secesionismo en Cataluña. Algunos trabajan para incentivarlo y otros trabajamos para resolverlo”. Razón que le sobraba, señora Ayuso; a mí también me gusta mucho la fruta.

Feroz daba cuenta en mi blog del muy mejorable éxito del ministro de Economía y, por ende, de Pedro Sánchez, en su intento de asaltar el Eurogrupo: “En el Eurogrupo, Cuerpo a tierra”.