Ignacio Camacho-ABC
- El cambio de tono de Feijóo supone un salto cualitativo en la estrategia de subrayar la degradación ética del sanchismo
Se sorprende un periódico alemán de que el PSOE haya tenido que prohibir el consumo de prostitución a sus afiliados. A veces hay que ampliar la perspectiva para darse cuenta del punto de degradación alcanzado en una legislatura podrida donde esta clase de asuntos se han normalizado en el debate cotidiano. Hasta ahí ha subido la riada del escándalo. En ese contexto de envilecimiento poco tiene de extraño que el jefe de la oposición sacara a relucir las ‘saunas’ del suegro de Sánchez en un forcejeo parlamentario. Algunos añoramos el tiempo en que la escena pública existían ciertos tabúes caballerosamente respetados, pero en medio de esta atmósfera encanallada quizá ya no tenga sentido conservarlos; sería como meterse vestido de frac en un pantano. La tópica comparación de la contienda política contemporánea con el goyesco duelo a garrotazos suele olvidar que los antagonistas del cuadro están –o parecen– enterrados hasta las rodillas en barro.
Sí resulta evidente que la agria réplica de Feijoo supone un salto cualitativo. Un cambio de actitud crucial que revela la decisión de endurecer el tono para subrayar la situación agónica del sanchismo. Existe una obvia analogía con el clima de 1996, cuando la corrupción acosaba a González y Aznar profería contra él discursos feroces y golpes bajos que extendían una patente sensación de fin de ciclo. Entonces se hablaba de graves desfalcos institucionales, negocios ilícitos y hasta de crímenes de Estado, pero la degeneración no había llegado a los prostíbulos, el punto crítico donde cualquier aspiración de nobleza se derrumba por un precipicio moral sin posible retorno al más mínimo atisbo de juego limpio. Al presidente se le ha abierto una brecha en el voto femenino y al intentar cerrarla en falso se ha asomado a un pozo cavado hace tiempo por él mismo al dar por sentado que en su estrategia de resistencia cualquier recurso está permitido.