José Alejandro Vara-Vozpópuli
- Nada de elecciones, pero sí un relevo en la cúspide del Gobierno. Al cabo, Sánchez ya no es un presidente, es un superviviente, un zombi, un sonámbulo
A Begoñita Perón la han arrojado del balcón. La borraron del vídeo de los dos años de la no victoria electoral de 2023. Cayó Begoña y, en la misma tacada, cayó también Cerdán. Dos al precio de uno, diría Felipe González. El navarrico, por presunto chorizo, porque está en la trena, porque apesta y porque ya ‘no es de los nuestros, no es del PSOE’, Marichús dixit.
¿Y Begoña? Su evaporación súbita del instagran sociata (una celebración más mustia que el ascenso a segunda regional del Quintanar del Rey) tiene regusto a castigo, a reconocimiento de delito. A una flagelación pública. Si se borra a Begoña es porque tizna, porque ha ingresado en la categoría de los desahuciados. O, conjeturan los bienpensantes, fue por una cuestión técnica, porque en las imágenes no se despegaba de Cerdán y hubo que cortar por lo insano. El PSOE ha cancelado a Begoña en pleno vendaval de las saunas de don Sabiniano mientras su esposo trotaba por las Andes. ¿Autorizó Sánchez el tijeretazo? De ser así, semejante decisión tiene algo de mezquino y vil. Y de muy mala persona. Primero, porque queda feo castigar a tu pareja cuando atraviesa momentos delicados. Segundo, porque la estás condenando públicamente. Y tercero, porque con los prostíbulos de su papi se sufragó la campaña del Peugeot, amén de los pisitos del matrimonio, en Pozuelo y Mojácar y de bien nacidos.
Margarita Robles acaba de ser humillada por Félix Bolaños en el pulso a muerte por el control de los secretos oficiales que ‘el ministros trasversal’, será redicho, ha empaquetado rumbo al Congreso «
Es posible que fuera la propia destronada quien consintiera la amputación. Sería un acto de sacrificio impensable dado en su aquilatado nivel de soberbia, cual el de su marido, así como su desmesurado afán de protagonismo. O quizás se trata de la asunción de que esto se acaba. En el congreso sevillano del PSOE, hace apenas unos meses, Sánchez sacó de paseo a su primera dama entre aclamaciones de las ovejitas que balaban ‘Begoña, Begoña’. También confirmó a Santos (Cerdán) como número tres de la pandilla. Con un par. ¡Dales duro Perro!
Cosas extrañas suceden ahora en la izquierda. Otra señora de enorme prestigio y tradición en la mafieta, Margarita Robles, acaba de ser humillada por Félix Bolaños en el pulso a muerte por el control de los secretos oficiales que ha enjaretado «el ministro trasversal», como se autodenomina el titular de Justicia, Presidencia y Relaciones con las Cortes. Cayetana Álvarez de Toledo le llama ‘el bulócrata’, título excesivo para tan minúsculo monaguillo.
Acento y Pepiño
Bolaños se ha erigido en el titular de la Autoridad Nacional para la Protección de la Información Clasificada, es decir, el guardián de los secretos del Estado, que hasta ahora custodiaba el CNI, o sea, Robles. A la ministra de Defensa le han dado las escurrajas, esto es, que se ocupe de los legajos referidos a la OTAN, algo tan apasionante como irse de vinos con Elma Saiz (¿o Sainz?, ¿o Sanz?), que parece el defensa central del Lagunartea F.C., pero que es ministra de algo. Enrabietada e iracunda, como solo Margarita sabe, se declaró insumisa, se negó a suscribir el proyecto, se cruzó de brazos a lo Mafalda con la sopa y forzó a que Marlaska y Albares se evitaran también estampar la firma para evitar la imagen de un cruce de navajas entre dos ministros de peso. Una gresca grotesca, si se piensa que Sánchez ha puesto en manos de Huawei, que apadrinan por aquí los Pepiños y Zapatero, la custodia de las escuchas judiciales de este país. Tanto pelea por los misterios insondables de nuestra reciente historia y le entregan a los chinos la llave de todas las pesquisas de los tribunales españoles. Esto huele a que alguien se lo está llevando y a carretadas. Acento, de Blanco, aparece por todos los rincones. Y al fondo, aquel Bambi emergido tras el 11-M, que menudea entre Pekín, Maduro, Marruecos y el golpismo catalán, o sea, el voto que controla a Sánchez.
Su Gabinete ardía enveulto en las llamas de los secretos oficiales, esa exigencia del PNV que ha disparado una nueva sesión de tensiones en un Ejecutivo que se cuartea. «Yo estoy bien y todos los ministros lo hacen estupendo», confesó el viajero a su retorno del periplo latinoché.
El jefe supremo correteaba por el Cono Sur vestido con el ponchito, rasgueando el charango y coreando himnos de Víctor Jara y Quilapayún, mientras su Gabinete ardía en las llamas de los secretos oficiales, una exigencia del PNV que provocó una nueva escena de tensiones en un Ejecutivo que se cuartea. «Yo estoy bien y todos los ministros lo hacen estupendo», confesó el viajero a su retorno del periplo latinoché. O sea, que habrá crisis.
Robles y el triministro se dispensan un odio feroz desde el escándalo Pegasus, cuando la titular de Defensa tuvo que degollar sin miramientos a su jefa de los servicios de Inteligencia a requerimiento de los golpistas catalanes, que fabulaban sicalípticas teorías sobre espionajes a tipejos tan anodinos como el gordinflas Junqueras, obsesionado tan sólo con qué se come hoy y a la esposa de Puigdemont, locutora radiofónica en sus horas libres y de la que muy poco se habla. O se habla demasiado (en los ambientes).
“En ningún sitio está escrito que el PSOE no vaya a desaparecer”, relató Rubalcaba, que bien conoció de qué engrudo tóxico está elaborado el percal sanchista.
Extraños movimientos, entre el furor y la ira, que delatan aguas turbulentas en el subsótano del Gobierno. El presidente estará bien, aunque delgado (practica el ayuno intermitente) pero sus compinches le castigan, lo han convertido en el payaso de las bofetadas, lo han colocado en la zozobra parlamentaria permanente. Desechan la posibilidad de elecciones pero no de un relevo en la Moncloa, como dice el de Waterloo. Nada de elecciones, pero sí un relevo en la cúspide del Gobierno. Al cabo, Sánchez ya no es un presidente, es un superviviente, un zombi, un sonámbulo que se aferra a este largo día que no pasa, pero que ya declina.
El PP le ayuda en la tormenta, como un cireneo pródigo, y le obsequia con todo tipo de montoros y noelias. Tanto da. Nadie contempla ya sin vértigo los estertores de este tiempo crepuscular abrumado de serias dudas. “El sanchismo querrá sucederse a sí mismo, y será más peligroso”, advertía Lambán. En el caso de que sobreviva. Ahí, Italia. Ahí Francia, tan cerca.Por eso los exabruptos crecientes de los óscares (López y Puente, los Pompof y Tedi de la pandi) y los manotazos extemporáneos de un Bolaños que deriva en carcajada. “En ningún sitio está escrito que el PSOE no vaya a desaparecer”, relató Rubalcaba, que bien conoció de qué engrudo tóxico está elaborado el percal sanchista.
La incógnita decisiva se cifra en saber qué hará el Congreso cuando el Supremo presente el suplicatorio para procesar a Sánchez. Como diría De Quincey, llegado ese momento, estaremos ante el cenit una espléndida pesadilla. «Ni tan mal».
EL VARÓMETRO
-RNE=RIP?
-Muy pocos en Paraguay sabían quien es Sánchez.
-La ley de lobies, congelada, depende del ministro Óscar López, uno de los tres niños de Pepiño. (Junto a Sánchez y Hernando) ¿ quié le extraña que…?
-Pinchar terminales y móviles de periodistas, la última ocurrencia de Bolaños para defender la llbertad de información.
–Rufián acabrá en el PSC y Yolanda en el PSOE. Al tiempo.
-¿Quienes son los dos ministros que le tienen muchas ganas a Óscar Puente?