- Vox salvó al sanchismo. Ahora lo que debería buscarse es descabalgar a Sánchez sin guerritas para determinar qué caballo corre más. Ese enfrentamiento es un nuevo favor a nuestro Pinocho
Me permito este desahogo desde una información interesadamente olvidada. En mis etapas de bloguero dialogaba con los comentaristas. En el columnismo, no. Hoy interrumpo esa costumbre. No opino de comentarios concretos, algunos con descalificaciones gruesas. Por ejemplo, y deteniéndome en lo más próximo, sobre mi último artículo «La alternativa redefinida» (29/7/25). Me refiero a esa activa brigadilla voxiana que salta sobre mí cada vez que escribo (no ataco) de ese partido que respeto; tres millones y medio de votantes merecen ser respetados. Esta reiteración, en su faceta insultante, ya me resulta cansina. Cuando critico al PP o a otras formaciones recibo opiniones favorables o desfavorables pero cordiales. Toda expresión es libre y la mía también, pero descarto ofender. Hoy recuerdo un inapelable favor político de Vox al sanchismo, que desde entonces estamos pagando todos.
Citaré literalmente algunas fuentes. Titular de «Noticias TVE», 28 de enero de 2021: «El Gobierno salva el decreto de los fondos europeos gracias a la abstención de Vox y el apoyo de EH Bildu». Juan Casillas publicaba el mismo día en ABC, bajo el título «Vox salva con su abstención el decreto del Gobierno sobre los fondos europeos»: «El real decreto-ley sobre el reparto de los fondos europeos, que ha salido adelante esta tarde en la Cámara Baja, ha pendido de un hilo por momentos, hasta que fuentes del grupo parlamentario de Vox han confirmado su abstención a ABC, con lo que el Ejecutivo ha evitado su primera derrota parlamentaria del año». Votaron «no», además del PP, ERC, Junts, UPN, CUP, BNG y Ciudadanos. Otro titular de ABC: «Un salvador inesperado». La repetida pregunta sigue en el aire: «¿Qué negoció el Gobierno con Vox?». Espinosa de los Monteros, ya fuera de la política, negó cualquier negociación. Por lo visto el favor a Sánchez fue gratis.
El tema coleó y meses después en El Confidencial del 5 de agosto de 2021, Ángel Alonso y Pablo Amigo, titularon: «El Gobierno congela el decreto de los fondos europeos en el Congreso y ‘olvida’ cambiarlo», recordando: «Uno de los momentos más delicados del Gobierno en lo que va de legislatura se lo salvó Vox. Ocurrió el 28 de enero en el Congreso. El pleno celebró el debate para la convalidación o derogación del decreto ley sobre el plan de recuperación y resiliencia que habría de gestionar el reparto de los fondos europeos, así como la posterior votación. Si no llega a ser por la abstención del partido de Santiago Abascal, Pedro Sánchez se habría encontrado con una de sus medidas estrella completamente arruinada».
No se trataba de poner en cuestión la existencia de los fondos europeos, como Vox señaló, sino de asumir o desechar, dar vía libre o no, al control del reparto de esos fondos desde una entidad independiente, como en otros países de la UE. El PP anunció su voto negativo por «la discrecionalidad, falta de transparencia y concentración de las decisiones». Votaron en contra partidos muy distantes y curiosamente en el apoyo coincidieron Vox y Bildu. Luego se supo que los herederos del terrorismo consiguieron de Sánchez, a cambio de su voto, el «compromiso» de aumentar la financiación de los ayuntamientos y «mejorar el control de la gestión de los fondos». No cumplió.
Años más tarde, la UE se quejaba –y se queja– de que no sabe a dónde han ido a parar parte de esos tan cuantiosos fondos y, al parecer, la entreguista doña Úrsula, que encarna la peor presidencia de la Comisión Europea, no investigó, y ni el PP ni Vox se pusieron las pilas para primar el asunto en Bruselas. Ya anunció Sánchez en su último balance mentiroso que, si nuevamente no tiene Presupuestos, ahí están los fondos europeos para enmendarlo. Una solución impropia.
Vox repite que PP y PSOE son lo mismo, trasladando un acuerdo supranacional en el ámbito parlamentario europeo a la política española, más allá de la lógica renovación pactada de instituciones en el ámbito nacional. Un comentarista denunciaba que el PP no vetó en la UE a la vicepresidente Teresa Rivera, pero hasta dudo que fuese posible. El PP votó en contra. Pero mi curiosidad celebraría saber más sobre el voto de Vox aquel 28 de enero de 2021. Se corrió un tupido velo. Vox salvó al sanchismo. Ahora lo que debería buscarse es descabalgar a Sánchez sin guerritas para determinar qué caballo corre más. Ese enfrentamiento es un nuevo favor a nuestro Pinocho.