Pedro J. Ramírez-El Español
Muchos de los viajeros que han llegado a España en este inicio de agosto, dentro del segmento del turismo de calidad, lo han hecho leyendo el editorial en el que The Economist describe a Sánchez noqueado por una corrupción «de la que no tiene a nadie más a quien culpar» y «cada vez más vulnerable al chantaje de sus variopintos aliados».
El mismo semanario que el presidente invocó el lunes como gran aval del éxito de su política económica, sostiene desde el jueves que «no hay ninguna buena razón» para que continue en la Moncloa. Y sólo le ofrece dos salidas.
La primera es la misma que postula EL ESPAÑOL desde la imputación de Santos Cerdán: que dimita y se vaya a su casa, dejando el PSOE en manos de una «figura veterana». ¿Pero existe esa persona capaz de mantener la unidad en el partido y lograr una nueva investidura o incluso un triunfo electoral?
En nuestro último sondeo preguntamos por separado sobre quién debería ser el nuevo secretario general del PSOE y quién su candidato, si Sánchez tirara la toalla. Los resultados son muy elocuentes.
Entre el público en general, el rotundo favorito para lo primero era Page, mientras los votantes socialistas se decantaban por Illa. Dos figuras en polos opuestos sobre la cuestión nacional que fracturarían el partido y tendrían que renunciar a sus feudos para emprender una aventura más que incierta al frente de Ferraz.
Respecto a la inmediata candidatura a la Moncloa, de la que lógicamente quedaban excluidos los presidentes autonómicos, tanto el conjunto de votantes como los socialistas coincidían en apostar por Eduardo Madina -alguien que lleva más de diez años fuera de la política- con un 24,6% de apoyo.
Madina es el ‘pudo haber sido’ del PSOE y de momento no ha mostrado interés alguno en volver a esa peor vida de la que le sacó la derrota en las primarias del 14.
El hecho de que los únicos otros dos nombres con preferencias de dos dígitos entre votantes del PSOE sean Óscar Puente (15,5%) y Zapatero (10% raspado) denota el páramo que está dejando tras de sí Sánchez. Los fervorosos tendrían que optar entre un ministro con más interés por las broncas tuiteras que por su gestión y un expresidente mucho más escorado a la izquierda que cuando gobernaba.
Ese ranking también es la prueba del descrédito que anega al actual ejecutivo pues en otras circunstancias Margarita Robles, Félix Bolaños o la propia Pilar Alegría -antes de sus flagrantes mentiras como portavoz- habrían tenido mucha mejor consideración.
Y no es casualidad que la preferencia por la número dos del partido y el gobierno, la calcinada María Jesús Montero, esté por debajo del 3% entre los socialistas, augurando el desastre al que conduce al partido en Andalucía.
He aquí la última coartada que llevará a Sánchez a descartar su dimisión. Además de para salvar a España de la ultraderecha, además de para intentar salvar a su familia de la Justicia utilizando los resortes del poder, el ‘Presidente Indispensable’ no puede irse porque no ve a nadie en el PSOE capaz de sucederle.
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La segunda salida que The Economist ofrece a Sánchez es, por supuesto, la convocatoria de elecciones anticipadas, «para perderlas probablemente». Sobre este adverbio pende la suerte de la legislatura.
Sánchez ha hundido al PSOE y a la izquierda en general hasta una intención de voto tan baja como para que la oposición supere ya en más de 30 escaños la mayoría absoluta.
Eso implica que el PP sólo necesitaría la abstención de Vox para la investidura de Feijóo y luego podría gobernar en solitario. La gran paradoja de los últimos sondeos es que a este paso va a ser Sánchez quien a la vez impulse el crecimiento de Vox y garantice su exclusión del nuevo gobierno.
Esta foto demoscópica de fin de curso tendrá que ser el punto de partida de la reflexión a la que le insta The Economist y que Sánchez no podrá eludir en La Mareta. ¿Existe algún escenario en el que pueda anticipar elecciones con alguna «probabilidad» de ganarlas o de repetir al menos la esfumada «mayoría progresista» de julio del 23?
Cuanto más hondo llegue Sánchez, más imposible le será volver a la superficie y escapar al lúgubre destino que se ha forjado.
Y si no fuera así, ¿cuándo le conviene poner las urnas con más «probabilidades» de que su derrota no sea lo suficientemente severa como para obligarle a dimitir como líder del PSOE?
En mi opinión, como titulé en mayo, «Cuanto más resista Sánchez, mejor para Feijóo». Es más, desde la perspectiva del interés general lo que nos conviene es, como pedí en junio, «Que Sánchez siga cavando su hoyo».
Cuanto más hondo llegue, más imposible le será volver a la superficie y escapar al lúgubre destino que se ha forjado. Si hemos aguantado estos dos años vergonzosos y estériles, bien merece la pena que los que resistamos ahora un poco más seamos los ciudadanos, a cambio de la garantía de sepultar para siempre la forma de gobernar de Sánchez.
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En la naturaleza del presidente está aferrarse al optimismo de la voluntad. Y no digamos si tiene a Zapatero como vecino y consejero asiduo en Lanzarote.
Entre los dos pueden montarse la película de que el próximo curso puede salirles todo bien. E incluso tejer una escalera de diez peldaños con sus conjeturas favorables.
1.-Que el ciclo de crecimiento económico se prolongue sin que las costuras de los servicios públicos revienten por la llegada record de turistas e inmigrantes, ni la rebelión contra los impuestos estalle entre las clases medias.
2.-Que Puigdemont se avenga a pactar una vuelta a España amparada por el Constitucional, aun a riesgo de que el Supremo recurra al TJUE y mantenga viva la orden de detención.
3.-Que el TJUE dicte sentencia sobre las primeras cuestiones prejudiciales planteadas, declarando la amnistía compatible con el derecho de la UE.
4.-Que además de prestarse a ese azaroso regreso, Puigdemont acceda a respaldar las leyes de Bolaños contra los jueces y la prensa y la ley de las 37 horas y media para dar oxígeno a Yolanda a costa de la viabilidad de muchas pymes.
5.-Que ya puestos, Puigdemont se avenga a negociar también el primer presupuesto de la legislatura a cambio de promesas vagas sobre una consulta de autodeterminación.
6.-Que Podemos vuelva al redil con el señuelo de la inclusión de medidas sociales en ese Presupuesto y levante el veto a la cesión de la inmigración a Cataluña.
7.-Que el Fiscal General sea absuelto por revelación de secretos y su negativa a dimitir sea una fuente de inspiración para quienes como el propio Sánchez se consideran injustamente perseguidos.
8.-Que el novio de Ayuso sea condenado por delito fiscal y eso pueda servir de munición contra la segunda figura más emblemática del PP, omitiendo que los problemas de González Amador con Hacienda anteceden al inicio de esa relación.
9.-Que las acusaciones contra Montoro y su Equipo Económico adquieran consistencia durante la instrucción, pese al escepticismo de la fiscalía, y puedan ser exhibidas como arquetipo de la corrupción sistémica del PP, pese a que no salpiquen a ninguno de sus actuales dirigentes.
10.-Que la juez de Catarroja culmine su instrucción unidireccional contra el Gobierno valenciano, despreciando las pruebas sobre la responsabilidad de quienes bloquearon las obras hidráulicas y no alertaron de la crecida del Poyo, y siente en el banquillo a altos cargo de Mazón, redoblando la presión sobre él.
Es posible e incluso probable que alguna de estas hipótesis se haga realidad en los próximos meses. Pero hacer depender la suerte del autodenominado «Gobierno progresista» a que sucedan todas es como confiar en hallar un yacimiento de perovskita en un recodo volcánico a la salida de La Mareta.
E incluso si fuera así y todos esos pájaros volando pudieran ser abatidos de forma encadenada por Sánchez y Zapatero, quedaría en pie el imponente parque de atracciones de la corrupción ante cuya entrada se agolpan expectantes esos turistas ilustrados que han llegado este verano leyendo The Economist.
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Se trata de un descomunal PedroPark cuyo extenso recorrido también puede ser acotado en diez espacios o experiencias inolvidables.
La primera atracción se titula «España en un Peugeot» y permite reconstruir las primeras andanzas y trampas contra sus propios compañeros del D’Artagnan del «no es no» y sus tres mosqueteros: el arrojado Athos de Torrent, el forzudo Porthos de Barakaldo y el sibilino Aramis de Milagro. Los visitantes podrán hacer el recorrido virtual de Navarra a Dos Hermanas mientras suenan dos himnos tan hispanos como «Viaje con nosotros» y «En el coche de papá».
La segunda atracción se llama «Las Arrecogías de Ábalos» y muestra a Jésica, Andrea, Miss Asturias y las demás hallando cobijo en los brazos del ministro de Fomento y sustento en las empresas públicas sobre las que mandaba. Los visitantes tendrán acceso al catálogo de lencería fina que manejaba el alter ego de Sánchez.
¿Quién se anima a compartir la lluvia de billetes con un pañuelico rojo anudado al cuello?
La tercera atracción, «Los audios de Koldo», requiere de auriculares y permite escuchar las cuitas del asesor ministerial sobre asuntos tan variados como el espionaje a rivales del partido, su abnegación en el servicio público, la «limpieza del sable” por expertas en la materia o las normas de elegancia en el vestir «con el pezón por delante». Si algún visitante quiere pasar allí la tarde, no hay problema: tiene hasta 22.000 audios a sus disposición.
El cuarto espacio singular, «Cerdán y el manantial de Servinabar», muestra al pronto secretario de Organización del PSOE colocando a su hermana, su cuñado y sus amigos políticos, justo debajo del surtidor de la constructora manejada por su amigo Antxon Alonso en amable concierto con las presidentas Uxue Barkos y María Chivite. ¿Quién se anima a compartir la lluvia de billetes con un pañuelico rojo anudado al cuello?
El quinto itinerario, «Las mordidas de los contratistas», representa los momentos gloriosos en los que en el Ministerio de Transportes, en el chalé de El Viso de Ábalos, en el restaurante La Chalana, en la sede de Ferraz o en uno de los bares de enfrente los sobres con billetes cambiaban de manos y bolsillos. Los visitantes podrán observarlo todo por el ojo de una cerradura. ¿Quién es ese que aparece por ahí? Ah, el jefe de gabinete de la Ministra de Hacienda.
La sexta atracción, «Ay, fontanera», se desarrolla sobre un tablado y presenta el recorrido de Leire Díez de la nómina de Correos al juzgado en el que declarará como imputada, pasando por la consultora de Gaspar Zarrías, el piso de Diego de León y las reuniones en Ferraz con Cerdán y su equipo para preparar la guerra sucia contra los adversarios de Sánchez. A los visitantes no sólo se les permite, sino que se les recomienda ir batiendo palmas para animar a la muchacha.
El séptimo es un número de magia titulado «El diploma de José María Angel» y representa la creación mediante Inteligencia Animal de un título inexistente, de una carrera inexistente, con un encabezamiento regio inexistente, que sirve para que su titular comparezca durante décadas pulcramente en sociedad: «Yo pertenezco a la generación de las buenas formas». A los visitantes se les entregará un facsímil del documento.
La octava atracción, «Los rescatadores de Air Europa», incorpora a los visitantes al vuelo rasante hacia los 475 millones de la SEPI, en un avión pilotado por Pepe y Javier Hidalgo, con Begoña Gómez, Ábalos, Aldama y Koldo en los primeros asientos del pasaje. No se preocupen que es un avión grande y hay sitio para todos.
La novena atracción de carácter anticipatorio, «El fiscal general en el banquillo», permite asomarse a la vista de la Sala Segunda del Supremo justo en el momento en que García Ortiz, en su doble condición de garante de la legalidad y acusado de un grave delito, va a ser interrogado servicialmente por uno de sus subordinados. Por respeto a la Justicia, se recomienda guardar silencio.
Y como atracción final, «Beneficiario a título lucrativo», los turistas culminarán su inmersión en el «Spain is different», observando a un joven concejal con una prometedora estampa, mientras mira su reloj en la esquina entre la calle de San Bernardo y la calle del Pez bajo el sugestivo resplandor de unas luces de neón. Todavía no ha llegado su hora. La hora de erigirse en paladín de la igualdad y látigo contra la prostitución.
Decálogo por decálogo, la suerte parece echada. Cualquier otro haría caso a The Economist y convocaría uno por uno a sus más estrechos colaboradores con un mensaje inequívoco: “Yo me bajo en la próxima, ¿y usted?”.
Pero, como pronosticó Tellado el otro día, Sánchez es de los que prefieren «morir matando». Más vale prepararse para lo peor como preludio de lo mejor. De momento el PedroPark seguirá creciendo en visitantes y número de atracciones.