Jesús Cacho-Vozpópuli

  • «El Capo disminuido se fue ayer a La Mareta de vacaciones gratis total para él y familia»

La noticia más importante del verano, en mi opinión, es que el Gobierno Sánchez ha aprobado la creación de una Comisión Interministerial para coordinar las actuaciones relacionadas con los eclipses solares totales previstos para el 12 de agosto de 2026, el 2 de agosto de 2027 y el 26 de enero de 2028 que, por lo visto, solo se van a poder observar desde España, sin duda privilegio inaudito del Altísimo para con nuestro país. La nota gubernativa habla de “Trío de Eclipses”, así como suena, como si se tratara del “Trío Los Panchos”. Y a fe que no encuentro explicación razonable para el escaso eco que entre el gentío ha tenido este asunto extraordinario y la no menos asombrosa diligencia mostrada por este Gobierno siempre presto a dedicar sus mejores esfuerzos en pro de nuestra felicidad. La exclusiva, un auténtico scoop capaz de rivalizar en importancia con la fecha del desembarco de Normandía, fue adelantada, como corresponde a su relevancia, por El País, siempre en conexión directa con Su Sanchidad. Y, en efecto, el Consejo de Ministros del martes dio luz verde a un Real Decreto, que hace el número tropecientos de los por ÉL aprobados, regulando la composición y funcionamiento de este “grupo de trabajo” cuya misión consistirá en “planificar y coordinar las acciones destinadas a garantizar la seguridad ciudadana durante los eclipses, fenómeno astronómico extraordinario que plantea tanto desafíos logísticos y de seguridad como oportunidades y bla, bla, bla”. Les ahorro la lista de ministros implicados en la “task force” gubernativa, porque les supongo muy tranquilos en lo que a «nuestra movilidad, seguridad, prevención y atención en salud pública» se refiere dada la cantidad de analfabetos que integran este Ejecutivo. Solo añadiré para completar el cuadro que la cosa estará liderada por el ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, el prestigioso científico vallisoletano Óscar Puente. Estamos en las mejores manos.

El asunto me ha parecido la rúbrica idónea a un curso político enloquecido

Un Gobierno que durante más de 7 años no ha sido capaz de ejecutar unas pequeñas obras en el barranco del Poyo que podrían haber evitado la muerte de más de 200 personas víctimas de una brutal torrentera, y un personaje que, consecuencia de su pasmosa estulticia, ha hundido en la miseria una red de ferrocarriles que hasta su llegada funcionaba razonablemente bien, incluso muy bien en cuestiones de puntualidad en lo que al AVE se refiere, resulta que van a protegernos de no sé qué peligros excepcionales derivados de unos eclipses que ellos, en su infinito talento, se van a encargar de dirigir y encauzar. El asunto entero me ha parecido la rúbrica idónea a un curso político enloquecido, la metáfora perfecta de la realidad enajenada en la que vive España desde junio de 2018, la paranoia en la que habita un equipo, o más bien un personaje, porque este Gobierno no existe como organización colegiada, que no gobierna porque no puede gobernar, que no dispone de Presupuestos, que es rehén del chantaje permanente al que le someten sus socios, que está de corrupción hasta las orejas, empezando por la que rodea al entorno familiar del sátrapa, y cuyo horizonte vital no es otro, no puede ser otro, que el banquillo de los acusados para muchos de sus miembros, empezando por el propio jefe de la banda, con estación término en la cárcel.

El Capo disminuido se fue ayer a La Mareta de vacaciones gratis total para él y familia. Del 2 al 23 de agosto sin dar palo al agua. Una obscenidad, más que un exceso, dada la situación del país. En realidad ha ido a Lanzarote a coger carrerilla para, cual Ulises atado al palo mayor de su soberbia, los oídos de los “vasallos felices” (en expresión del italiano Matarella) que le rodean taponados con cera virgen, seguir resistiendo las demandas de las sirenas que le piden poner fin al calvario colectivo. Porque el sujeto se queda, faltaría más. Normal en un tipo que carece por completo de esa “ética de la responsabilidad” de que hablaba Weber. En realidad la nota boba gubernativa emitida con motivo de los eclipses insinúa algunas pistas sobre sus intenciones. El tipo pretende seguir protegiéndonos también en enero de 2028, último de los insólitos fenómenos citados, dando la razón a quienes piensan que el yerno de Sabiniano ha venido para quedarse, que no habrá forma de desalojarle de Moncloa en los próximos 20 años, y que, en consecuencia, podemos ir diciendo adiós a elecciones generales libres tal como las hemos conocido desde 1978. Todo lo que hace y dice el personaje trae el aroma del dictador vocacional que hay en él, la voluntad gris del autócrata reñido con cualquier principio democrático. El trágala de quien asegura que el Fiscal General del Estado, ambos pies ya en el banquillo, no presentará su dimisión porque a él no le sale de la entrepierna. ¿Quién defiende al Estado cuando el jefe del Ejecutivo lo utiliza como escudo para su propia supervivencia política y judicial? La ofensa supondrá someter al rey Felipe al humillante ejercicio de presenciar, 5 de septiembre, la apertura del año judicial presidida por un eventual delincuente por condena del Supremo. Una demostración de poder absoluto, de impunidad buscada, de provocación manifiesta. “Si yo no sobrevivo, Alemania no se merece sobrevivir…”

El Poder lo está matando por dentro

Llega a La Mareta necesitado de respiración asistida. Arrastrándose como un perro. Se sabe odiado por una gran mayoría de españoles y ese castigo se refleja en su cara prematuramente avejentada. el Poder lo está matando por dentro. El rechazo que siente en su derredor está alterando el equilibrio, siempre difícil, del psicópata. El “Pedro Sánchez, hijo de puta” se ha convertido en alternativa a la canción del verano de cualquier fiesta o concentración popular surgida por las esquinas de España. Cree que los jueces le persiguen sin razón y que la prensa «conservadora» participa de una conspiración urdida para sacarlo del poder a la fuerza. Me cuentan que su peor castigo, paradoja entre las paradojas, se lo inflige su propia madre. Magdalena Pérez-Castejón, 73, ex funcionaria. La señora no entiende que siendo su hijo presidente del Gobierno y teniéndolo todo en su mano, incluido el BOE, no pueda, no sea capaz de rescatar a su hermano, músico de mundial fama, de las garras de los tribunales, de modo que cuando Pedro diariamente la llama siempre escucha el mismo triste lamento, “tu hermano, Pedro, tu hermano, pero como es posible que no acabes con la pesadilla que sufre tu hermano”. La señora no hace ni mención a los problemas de Begoña con la Justicia. Que la zurzan. A la señora solo le importa el futuro de su hijo David. “Tu hermano, Pedro, tu hermano”.

La prensa adicta ha reflejado fielmente la sensación de alivio, casi el salvavidas del ahogado, con el que Pedro y familia han recibido la llegada de las vacaciones de agosto. “Sánchez llega al descanso veraniego agotado físicamente y tocado personalmente, con evidentes gestos de desgaste y una delgadez inusual, pero con capital político suficiente, aunque débil, para pensar en reactivar la legislatura a partir de septiembre”. La frase pertenece, cómo no, al copista de guardia del diario El País, que el pasado fin de semana titulaba su columna de esta guisa: “Sánchez fía su supervivencia política al impulso de la agenda social”. El presidente presume de resultados económicos, pero él sabe que eso no le salvará del desastre porque es mentira. Los españoles, víctimas de un acusado desequilibrio entre precios y salarios que aceptan con cristiana resignación, no viven hoy mejor que en junio de 2018. Lo ha resumido bien Núñez Feijóo, como es su obligación: “Desde la llegada de Sánchez al poder los precios han subido un 22% (39% en el caso de los alimentos). Los españoles han sufrido 97 subidas de impuestos, de modo que el 90% declara haber perdido poder adquisitivo. La brecha de renta real per cápita con el resto de Europa se ha incrementado un 15,3%”. Basta entrar en cualquier supermercado para comprobarlo. De modo que la única vía de eventual salvación para el sátrapa está en seguir la senda de esa engañosa “agenda social”, es decir, en seguir comprando el voto cautivo de aquellos sectores de población aferrados al vicio extractivo de la subvención con cargo al erario público. A la venezolana manera. No tiene más política económica que esa. Seguir dándole a la manivela del gasto público y continuar acumulando deuda.

Tenemos un problema que engorda desbocado llamado pensiones

Resentido como narcisista y dispuesto a hacer todo el mal posible como retorcido Maquiavelo, la continuidad del personaje se traducirá en un destrozo mayúsculo, tanto más acusado cuanto más larga sea su agonía. España en eclipse total. Ruina política y naturalmente económica. Estrago institucional, porque del Estado no quedarían ni las raspas en el horizonte de julio de 2027. Leído estos días: “Un decreto en pleno agosto independizará la Hacienda catalana de la española”. Y quiebra económica, como cabe colegir de un país parado en mitad de ninguna parte, carente de las reformas de fondo que reclama con urgencia. Francia se dispone a ajustar por importe de 44.000 millones, con pensiones congeladas y la eliminación de dos festivos. “Cuanto más insostenible [la deuda] se vuelve, cuanto más aplastante es su peso, cuanto más punitiva es su carga, más parece reírse todo el mundo como si fuera el año 1940” (Édouard Tetreau en Le Figaro). Es un esfuerzo gigantesco para un país reacio a cualquier tipo de sacrificio pero al borde mismo de una tragedia a la griega. España tiene comparativamente el mismo nivel de endeudamiento externo que Francia en relación con su PIB, pero aquí nadie abre la boca pidiendo lo que cualquier padre de familia cauteloso exigiría a los suyos. Y además tenemos un problema que engorda desbocado llamado pensiones. Acabamos de enterarnos de que el Tesoro ha transferido casi 30.000 millones (exactamente 29.765) a la Seguridad Social para poder pagar las de la primera mitad del año, un 6,7% por encima de lo que transfirió en el mismo periodo de 2024. El Estado gasta 13.500 millones mensuales en abonar pensiones, una cifra que se acercará a los 200.000 millones a final de año, a un ritmo de crecimiento imposible de sostener. Pero aquí nadie parece preocupado.

Este es un país rehén de una organización criminal que se ha apoderado del Estado con fines de lucro privados y que amenaza con conducirlo a una especie de suicidio colectivo ante la impotencia de unas instituciones cuya capacidad de reacción el propio sátrapa se ha encargado de dinamitar primero. Un grupo mafioso protegido por ese “club de los inocentes” de que hablaba el leninista Willi Münzenberg, esos millones de españoles dispuestos a disculpar, cuando no a negar, cualquier tipo de tropelía cometida por el capo de la banda. Ya puede venir descansado de La Mareta porque le espera una vuelta de las vacaciones que uno no desearía a su peor enemigo, con la amenaza del banquillo pendiendo sobre su hermano y su propia mujer, además de sobre los íntimos de “la banda del Peugeot”. Ello por no aludir a ese dogal que sus socios van estrechando de forma paulatina alrededor de su cuello. Aseguran que García Ortiz se va a comer el marrón de una condena por no revelar el nombre de quien realmente le ordenó filtrar los datos fiscales de un tal González Amador (el heroísmo del sujeto llega al extremo de borrar los mensajes para proteger al capo), pero cuesta imaginar que los KoldoÁbalosCerdán y Cía se dejen conducir mansamente al matadero por salvar el culo de este diabólico mequetrefe. Aún más difícil parece que el equilibrista, auténtico pato cojo, pueda mantenerse sobre el alambre hasta la Navidad sin romperse la crisma contra la pista de un circo que sostienen los enemigos de la nación de ciudadanos libres e iguales. No podrán, la España profunda saldrá de nuevo a flote como ha salido tantas veces a lo largo de la historia. De momento, disfrutemos de la playa, los que puedan, y del secreto placer que produce observar las huellas que el exceso de maldad está dejando en el rostro del desalmado. Le ha ocurrido lo peor que podía pasarle a un sedicente galán de telenovela: se le ha quedado cara de gilipollas, guiño de boboalastres, gesto de tontoelpuebloDorian Gray a la española o la cara como espejo del alma. Un final más que merecido.