Juan Carlos Girauta-El Debate
  • ¿Cuán probable es que la segunda versión obedezca al miedo pánico de una víctima de 18 años?

¿Con cuál de las dos versiones de la muchacha de Ferrol encajan las investigaciones realizadas hasta ahora? ¿Con la de una agresión sexual en grupo o con la de una fabulación de ella?

¿Cabe imaginar otra versión de los hechos, distinta a las ofrecidas por la muchacha, que encaje mejor con los datos proporcionados al juez por la Policía Nacional y por los servicios hospitalarios?

¿Retirada la denuncia, va la Fiscalía a actuar de oficio? (De momento se está otorgando, como mínimo, una parcial verosimilitud indiciaria a la primera versión: el juez mantiene la condición de investigado del sujeto una vez liberado, y además le impone las prohibiciones de aproximarse a la denunciante y comunicarse con ella).

¿Es acaso posible colegir que el juez otorga total credibilidad a la segunda versión (la de que todo se lo ha inventado la muchacha) a partir de la decisión de poner en libertad al único sujeto que había sido localizado entre los señalados?

¿No continuó la Policía buscando al resto de los inicialmente acusados del delito o delitos después de la segunda versión de la denunciante?

¿Llegó la joven, tal como informaron los medios, ensangrentada al servicio de Urgencias hospitalarias y recibió allí asistencia médica, permaneciendo ingresada a tal efecto?

¿No resulta sumamente fácil responder a la pregunta anterior dada la constancia documental que siempre queda de aquello que atiende un servicio de Urgencias: exploración, pruebas, diagnóstico inicial, decisión de proceder al ingreso…?

¿Se ha encontrado semen de uno o varios varones? ¿Se identificaron en el hospital lesiones compatibles con penetraciones, incluyendo objetos?

¿Recoge el informe de Urgencias el hallazgo de lesiones compatibles con los golpes que la muchacha refirió haber recibido en su primera versión?

¿Se practicó un reconocimiento psicológico o psiquiátrico? ¿Se consideró conveniente administrar a la joven medicación específica para ese tipo de problemas?

Si la respuesta es afirmativa, ¿fue porque reconocieron los síntomas de un estado de shock, de un trauma reciente?

En caso afirmativo, ¿eran esos síntomas, unidos a la exploración física, compatibles con una violación reciente, con haber sido aterrorizada y paralizada mediante golpes y amenazas graves, tal como narró la denunciante en su primera versión?

Volviendo a la facilidad de consultar el informe médico, ¿no deberíamos seguir llamando «víctima» a la denunciante pese a su segunda versión? Dijera lo que dijera después, ¿no es ella, objetivamente, una víctima si en efecto sangraba, si en efecto fue golpeada, si en efecto llegó en estado de shock a Urgencias?

¿Por qué no oímos al movimiento feminista? ¿No debería movilizarse la sociedad si la sencilla y preceptiva comprobación del informe médico resulta coincidir con algunas de las lesiones propias de la violación grupal inicialmente descrita? (Es obligado que cuando esto se publique la existencia o no de lesiones está más que esclarecida. Sería incomprensible que no fuera así. Además, en estos casos los informes médicos se acompañan a la denuncia).

¿Cuán probable es que la segunda versión obedezca al miedo pánico de una víctima de 18 años?