Jesús Cuadrado-Vozpópuli

  • Ignorad la corrupción y centraos en un “sí, pero el PIB”, vino a mandatarles antes de huir a La Mareta

Sánchez no es nada sin propaganda. Necesita para aguantar en Moncloa dosis diarias, como el drogadicto exige las suyas. Pero ocurre que el nutrido ejército de activistas que le sirven ya no da abasto. Taponan una fuga y surgen decenas por todas partes. En ese sinvivir andan, plató a plató, los tertulianos sanchistas que deben adaptar los guiones elaborados en Moncloa sobre la marcha, al hilo de la avalancha de casos de corrupción de Gobierno y partido que inundan la plaza pública.

La imposibilidad de responder en tantos frentes ha llevado a los estrategas monclovitas a recomendar el recurso de jugar al empate –“en todos los partidos…”-. Pero cómo empatas los dos secretarios de organización de Sánchez acusados por corrupción; una mesa bilateral en Suiza al servicio de un prófugo; una Ley de Amnistía otorgada a cambio de siete votos; un cupo por el que los extremeños financian a Cataluña; y, sobre todo, un Gobierno que asume que no puede gobernar. ¡Empata eso, sufrido tertuliano de la causa!

Sánchez se va a la playa confiado en la labor de un ejército de propagandistas, pero no puede ignorar que “ya no hay pájaros en los nidos de antaño”. Desde sus inicios, el sanchismo se organizó como una maquinaria engrasada con dinero público para fabricar falsificaciones de la realidad, hasta provocar una epidemia de mentiras que ha infectado toda la escena política. Hoy ese tinglado se viene abajo y no hay manipulaciones que puedan taponar las fugas de agua que se multiplican día a día.

No hay relato que haga olvidar a los españoles la pérdida de poder adquisitivo que está provocando que cada vez más familias con hijos no puedan pagarse una semana de vacaciones. ¡Agenda social!

El pasado lunes, el “doctor” Sánchez dictaba un balance de dos años de gobierno como guion para activistas y tertulianos. ¡Pobres! Ignorad la corrupción y centraos en un “sí, pero el PIB”, vino a mandatarles antes de huir a La Mareta. Ponte en el lugar de un propagandista medio e intenta convencer a los españoles que en los siete años de Gobierno han pasado de tener que emplear 178 días a 228 de trabajo al año para pagar los impuestos (Fundación Civismo); o cuyas familias, como demuestra Fedea, deben pagar un 30% más por IRPF desde que España disfruta de “un gobierno progresista”; y peor, si se miden los ingresos reales por ocupado. ¡Como un cohete!

En esa comparecencia, por enésima vez, volvió a mofarse de los españoles con sus apelaciones a una agenda social a la danesa que produce resultados a la búlgara, como muestran las cifras de Eurostat e ignoran los cuentos del PSOE sanchista -y no hay otro-. Ya pueden esforzarse los disciplinados activistas del régimen, pero no hay relato que haga olvidar a los españoles la pérdida de poder adquisitivo que está provocando que cada vez más familias con hijos no puedan pagarse una semana de vacaciones. ¡Agenda social!

Van a tener que sudar sangre los animosos tertulianos Afra, Miró, Maestre, etcétera, para someterse al ridículo de tener que avalar los mensajes del balance del absurdo de Sánchez. Entre otros, el anuncio de presentar proyecto de presupuestos de 2026, pero, si no se aprueban, no importa, él sigue; o la decisión de agotar la legislatura, con o sin aval parlamentario, aunque el 70% de la población exige que se convoquen ya elecciones; o tratar como “financiación singular” un cupo catalán que rechaza el 80% de los españoles. Se les podría decir a los incansables tertulianos del sanchismo aquello de “y luego dicen que el pescado es caro”.

Les gusta el dinero público

Se han convertido en especialistas de un lenguaje orientado a banalizar un PSOE en descomposición, el que inicia esta deriva a partir del Congreso de Sevilla en febrero de 2012. Allí Pérez Rubalcaba pactó con José Blanco y su grupo, entonces liderado por Óscar López, nombrado su secretario de Organización. Creía que les controlaba, pero le controlaban. A partir de ahí, se fabricó un régimen de Patrimonialismo (Max Weber) que hoy explota por todas partes en forma de corrupción generalizada, sistémica. Les gusta el dinero público y se nota, ya lo creo.

El momento que se vive en España pide a gritos el cambio nacional drástico que solo puede liderar Núñez Feijóo, obligado a unir a los españoles, a derecha e izquierda, en un proyecto colectivo que supere el desastre provocado por siete años de gobiernos sanchistas. Atienda el candidato a las palabras de Shakespeare en Julio César: “En las cosas humanas hay una marea que, si se toma a tiempo, conduce a la fortuna”. Si se deja pasar, el resultado es conocido.