Editorial-ABC
- No se puede edulcorar la violencia ni revestirla de causas sociales
La reciente ola de violencia callejera en el País Vasco, protagonizada por jóvenes radicales que reviven los métodos de la ‘kale borroka’, es un síntoma alarmante de que ciertas ideologías no desaparecen sino que simplemente mutan. Grupúsculos vinculados a la Gazte Koordinadora Sozialista (GKS) y a su estructura heredera de Batasuna, recurren a la intimidación, el asalto y el ataque directo a la Ertzaintza, como ocurrió en Azpeitia, Hernani u Ordizia. Estas agresiones no son aisladas: responden a una lógica de sustitución del debate democrático por la imposición del miedo. Que se pinten amenazas de «tiro en la nuca» y se asedien comisarías recuerda a un pasado que muchos creímos cerrado. Y resulta preocupante que EH Bildu, en lugar de condenar de forma clara estos hechos, los justifique o desvíe el foco criticando el modelo policial. No se puede edulcorar la violencia ni revestirla de causas sociales. El Estado de derecho debe responder con firmeza. La juventud vasca debe aprender que la paz no es solo ausencia de armas: es respeto a las reglas que nos unen como sociedad.