Beatriz Becerra-El Español
  • Lo raro no es que Santos Cerdán esté en la cárcel. Lo raro es que Ábalos y Koldo no estén con él.

Por si no han oído hablar de este género, el fisking consiste en desmenuzar las declaraciones de un personaje público y aplicarles un análisis crítico con una dosis de ironía.

Y coincidirán conmigo en que la entrevista a Santos Cerdán desde prisión que publicó ayer martes La Vanguardia se presta especialmente bien al ejercicio.

Ah, La Vanguardia. ¿Por qué aquí la primera entrevista a Cerdán? Buena pregunta.

Tal vez porque, tras años adoptando el catecismo independentista, ese que proclama la inocencia con soberbia de mártir, el diario ha interiorizado que dar la primera palabra al acusado, sin repreguntas ni confrontación, es una forma de poder.

Lo fue con el procés; ahora lo es con la presunta corrupción socialista. La presunción de inocencia convertida en presunción de impunidad. Y el periodismo, en altavoz cómplice.

Dicho esto, vamos con el divertimento.

1. “Estoy bien, sorprendido por las noticias que van saliendo y por un sentimiento de indefensión por estar aquí dentro”

Qué curioso. Sorprendido por las noticias… no por las investigaciones. El sentimiento de indefensión, viniendo del ex número tres del partido que dirige el Gobierno, suena tan auténtico como un discurso de unidad en un mitin preelectoral.

2. “No cabe duda que hay un objetivo mediático de verme dentro y con ello de dañar la imagen del partido y del Gobierno”

Vieja, vieja estrategia: cuando no puedas negar los hechos, denuncia el relato. Convertirse en víctima de los medios es la primera línea de defensa de quien se queda sin argumentos. Además, es puro ABC del sanchismo. El problema es que, en este caso, hay ingente información factual: audios, nombres, fechas y cantidades. No titulares maliciosos.

3. “No reconozco las conversaciones ni ha existido ese contexto con Koldo ni Ábalos”

¿Los audios los generó una inteligencia artificial con su timbre de voz, su acento navarro y sus detalles sobre adjudicaciones y cantidades exactas? El «yo no reconozco» ha pasado de ser una coartada pobre a una caricatura de coartada.

4. “No reconocemos estos audios”

¿Quiénes son esos “nosotros”? ¿Usted y su abogado? ¿Usted y Koldo? ¿Usted y el subconsciente colectivo socialista? Esto no es un referéndum sobre la veracidad de una grabación, es una instrucción judicial con pruebas que, en otras latitudes, bastarían para dimisiones fulminantes y largas condenas.

5. “Las concesiones las hacen los funcionarios. Yo no podría, ni aunque hubiera querido, porque no tenía acceso ni poder para hacerlo”

Nadie le ha acusado de firmar con su puño y letra las adjudicaciones, señor Cerdán. Se le acusa de dirigir una trama de intermediación mafiosa donde el acceso al poder se convertía en comisiones. El burócrata firma; usted abría la puerta, según los jueces.

6. “La ‘trama navarra’ es inexistente”

A ver si nos aclaramos: no reconoce las grabaciones, niega el contexto, pero también niega el resultado. Es decir: si hubiera habido una trama, usted no la habría liderado. Pero como no la hay, tampoco importa si usted aparece organizándola.

7. “No, que yo sepa no” [sobre financiación ilegal del PSOE y pagos no justificados]

El comodín de la evasión moral. En boca de un ex secretario de Organización del PSOE, no suena a prudencia, sino a complicidad implícita.

8. “Yo lo propuse como conductor” [sobre Koldo García]

Y un conductor terminó negociando adjudicaciones, cobrando comisiones y representando al ministerio. Qué interesante concepto tienen del mérito y la promoción interna en el PSOE. De chófer a asesor, de asesor a presunto comisionista. Ascenso meteórico made in Ferraz.

9. “Fue decisión de Ábalos” [sobre Renfe y otros cargos de Koldo]

Sí, claro. Y usted pasaba por allí. Su grado de amnesia selectiva es tan sospechoso como la puntería con la que reparte culpas: siempre caen en el mismo sitio, convenientemente lejos.

10. “Soy inocente y no he hecho nada de lo que dice la UCO. Han hecho un atestado donde fuerzan las cosas para llegar a unas determinadas conclusiones que no se ajustan a la realidad”

Acusar a la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil (con décadas de experiencia en desarticular tramas de narcotráfico, terrorismo y crimen organizado) de forzar la realidad no es sólo soberbio, sino imprudente. Hay muchas formas de declarar la guerra al Estado de derecho. Esta es una de las más torpes.

11. “Lo que sostengo es que soy inocente”

Sostener e insistir no convierte en verdad una falacia. El mantra de la inocencia sin evidencias es el recurso de quien cree que la opinión pública se maneja con titulares de autoayuda política. Y ya no cuela.

12. “Sí, en los dos partidos” [sobre las negociaciones con Bildu y PNV]

La mención de Otegi como testigo de cargo debería, por pudor democrático, restar puntos y no sumarlos. Pero qué más da. Para el Partido Socialista que lidera Pedro Sánchez, si sirves para sacar adelante una investidura, todo lo demás se diluye. Comisiones, grabaciones, adjudicaciones: todo queda reducido a “ruido”.

13. “Yo pensé que lo tendría claro” [sobre Pedro Sánchez]

No hay decepción más cínica que la del que esperaba impunidad por lealtad. El “yo pensé que Pedro me defendería” revela la cultura de partido: lo importante no es la verdad, sino la cobertura. Que no se rompa la cadena de protección mutua. Y cuando se rompe, el que cae se siente traicionado, no culpable.

14. “Si todo se aclara yo quiero vivir tranquilamente con mi familia, pasar página y no volver nunca más a la política”

No se preocupe, señor Cerdán. A juzgar por lo que han aclarado los autos judiciales y las grabaciones, su deseo será fácilmente cumplido. No volverá a la política, y probablemente tampoco a una vida exactamente tranquila. Y eso, en una democracia sana, no debería ser una tragedia. Debería ser justicia.

Permítanme añadir a este ejercicio una reflexión personal.

A este cuestionario domesticado, le falta la pregunta que, a mi juicio, debería haber encabezado (o cerrado) la entrevista: «¿Por qué está usted en la cárcel, señor Cerdán, mientras Koldo García pasea libre y José Luis Ábalos conserva su escaño y su arrogancia? ¿Quién escribe el guión de esta inmunidad selectiva?».

Porque lo raro no es que Santos Cerdán esté en la cárcel. Lo raro es que los otros dos no estén con él.