- Así que el PNV tiene mucho que callar en lo que respecta al caso Koldo y eso le obliga a silbar y mirar al techo cuando el PP le recuerda que son cómplices de la corrupción del Gobierno. Está por demostrarse, y la justicia está en ello, si fueron algo más que cómplices
Es curioso como determinados asuntos que afectan a partidos que se creen con derecho de pernada en España desaparecen de la agenda de algunos medios de comunicación. Como si no interesaran. O como si no interesara que interesasen. O como si su interés desapareciera para salvaguardar los intereses de algunos. Es el caso de las conexiones del PNV con el reo Santos Cerdán León. Cuando se especula sobre el inalterable aval de los nacionalistas vascos a las tropelías del Gobierno de Pedro Sánchez no es difícil reparar en los intensos nexos que mantiene la marca navarra del PNV, Geroa Bai, con la empresa Servinabar, la famosa constructora participada en secreto por el exsecretario de Organización del PSOE, a la que se adjudicó multimillonarios contratos públicos. De hecho, hay nombres del núcleo duro nacionalista que estuvieron en las licitaciones y el socio de Santos, Joseba Antxón Alonso, fue el hilo conductor de Pedro con el PNV para que este traicionara a Rajoy y apoyara la moción de censura de junio de 2018 y, por si fuera poco, es amigo de un amigo de Otegi, al que también sumó al Frankenstein. Lo ha reconocido Santos Cerdán en la entrevista desde la cárcel para La Vanguardia.
Esta vergonzosa alianza tuvo su correlato en los negocios corruptos. El PSOE y el PNV se aliaron no solo para convertir a Sánchez en presidente del Gobierno, sino que antes, Cerdán, portavoz del grupo foral socialista, ya manejaba los hilos con Geroa Bai, en el Gobierno de Navarra, para que las adjudicaciones no dejaran de regar de dinero a Servinabar. Así que el PNV tiene mucho que callar en lo que respecta al caso Koldo y eso le obliga a silbar y mirar al techo cuando el PP le recuerda que son cómplices de la corrupción del Gobierno. Está por demostrarse, y la justicia está en ello, si fueron algo más que cómplices.
Esta formación, construida por un racista como Sabino Arana, acaba de celebrar sus 130 años de historia. Su génesis se basa en una indisimulada xenofobia mezclada con una absurda mitología, que ha desembocado en una ideología nacionalista y supremacista que cree en una raza superior, la vasca, y en el euskera como lengua ‘nacional’. Su historia es la de la ambigüedad frente a los asesinos de ETA, con los que compadrearon –lo que ha derivado en que Bildu finalmente les haya hecho el sorpasso, en una suerte de justicia poética– y la de las traiciones a los dos partidos de Gobierno en España, a los que ha arrancado competencias propias de estados a cambio de su apoyo en la carrera de San Jerónimo. De hecho, han sido conservadores para apoyar a Aznar o a Rajoy, y progresistas para sostener a Sánchez. La cuadratura del círculo solo en manos del cinismo hecho partido.
Cómo olvidar cuando Aznar llegó a un acuerdo con Xabier Arzalluz para gobernar en Moncloa en 1996 y un año después el mismo correoso nacionalista se echó en brazos de ETA y suscribió el Pacto de Estella. Hoy, el electorado burgués nacionalista le está abandonando al comprobar que su estrategia de colaborar con Sánchez le ha apartado de sus políticas conservadoras y le ha hecho abrazar un intervencionismo económico propio de Venezuela, lo que solo ha llenado de votos, la saca de Otegi.
Núñez Feijóo ha sido siempre muy bien visto por el PNV, relación que se afianzó con la colaboración leal que mantuvieron el líder gallego y el exlendakari Urkullu –ambos curiosamente nacidos el mismo día– durante la cogobernanza de la pandemia. Sin embargo, esa relación se ha roto por la implacable oposición que realizan los populares a las cesiones de Sánchez con sus aliados separatistas, incluidos los vascos. Lo último que ha dicho el nuevo líder de ese partido, Aitor Esteban, es que se siente preocupado por la ‘mayoría negativa’ que se está formando en el Congreso. Es de esperar que en Génova tomen nota –más allá de las polémicas tuiteras de Miguel Tellado y Esteban– y si consiguen gobernar manden de una vez por todas a este partido a la irrelevancia en Madrid para que deje de ser el perejil de todas nuestras salsas con solo cinco escaños. Que Aitor explique lo que calla.