Antonio Jiménez-El Debate
  • Yolanda Díaz afirma que Madrid «baja impuestos a los ricos mientras pide más financiación para que el conjunto de los españoles paguemos sus servicios públicos». Illa y Díaz mienten y lo saben. Difunden bulos contra Madrid para justificar el privilegio del cupo catalán

Residenciar en ‘Madriz’, terminado en ‘z’ como enfáticamente lo pronunciaba Arzalluz, algunos de los males y déficits administrativos que por maledicencia, inoperancia, incompetencia o vagancia no solucionan los responsables políticos en sus regiones es más viejo que la humedad. Echarle la culpa a Madrid, sede del Gobierno de la nación, es el recurso utilizado por el independentismo y por políticos sectarios para exculpar errores propios y mala gestión ante sus electorados. Madrid, en términos machadianos, rompeolas de todas las Españas, deviene en ‘Madriz’ cuando es utilizado políticamente, no para atacar ahora a Sánchez que está a pachas con el independentismo, sino a Isabel Díaz Ayuso, con falsedades y mantras como el del dumping fiscal.

Si por algo se singulariza el sanchismo es por haber inoculado en la ciudadanía el veneno del enfrentamiento y la tensión social. Aquello que Zapatero confesó a Gabilondo en una víspera electoral: hace falta tensión. Tensionar la sociedad y enfrentar a unos españoles contra otros y a las ciudades y comunidades autónomas en función del color político de sus regidores, es una de las señas de identidad del sanchismo. Y es lo que viene haciendo Sánchez para justificar sus cesiones al separatismo y al nacionalismo catalán y vasco a cambio de sus votos para seguir en la Moncloa. Y el Madrid de Ayuso es su obsesión y, a la vez, su frustración permanente.

Con la excusa de contribuir a la normalización política y en favor de la convivencia, ha cruzado líneas rojas como la de la amnistía, reprobada por la inmensa mayoría de los ciudadanos, a pesar de que esa justificación no ha colado ni en Bruselas. Esa misma estrategia la aplican ahora a la financiación singular de Cataluña o cupo catalán. Empiezan vendiendo la especie separatista de que Cataluña está infrafinanciada y necesita un sistema propio y terminan atacando a ‘Madriz’ y a Ayuso por ejercer su autonomía en materia de impuestos y bajarlos, tras reprobar el citado cupo que rompe la caja común de Hacienda y dinamita la solidaridad interregional privilegiando a Cataluña en detrimento del resto de España .

Salvador Illa, «cuídate del agua mansa que de la brava me cuido yo», ha enseñado la patita y evidenciado una vez más que detrás de esas gafas de pasta gruesa que le dan la apariencia de hombre moderado y prudente hay un político sectario que comparte más cosas con el separatismo que con el socialismo. Illa que depende de Junqueras como Sánchez de Puigdemont, pretende defender su cupo anticonstitucional, acusando a Madrid de insolidaria y atacando las rebajas fiscales de Ayuso porque, dice, «alteran la competencia».

En esa misma línea argumental, Yolanda Díaz afirma que Madrid «baja impuestos a los ricos mientras pide más financiación para que el conjunto de los españoles paguemos sus servicios públicos». Illa y Díaz mienten y lo saben. Difunden bulos contra Madrid para justificar el privilegio del cupo catalán y cuestionan el derecho que las comunidades tienen a ejercer su soberanía fiscal, bajando los impuestos como hace Ayuso o subiéndolos como ha hecho el separatismo y mantiene Illa. Cataluña es la comunidad donde se pagan más impuestos en general y autonómicos en particular de toda España mientras Madrid con la menor presión fiscal del país, paradójicamente, recauda más y es la que contribuye solidariamente más que todas, incluida Cataluña, al fondo que compensa a las regiones con menor renta.

Madrid triplica con casi 8.000 millones de euros la aportación de Cataluña a ese fondo de solidaridad interregional siendo, como evidencian los datos de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada, Fedea, una de las cinco comunidades que menos financiación por habitante recibe del Gobierno. Dato que contrasta con ese otro bulo con el que Sánchez y el separatismo pretenden justificar la financiación singular de Cataluña basándola en la supuesta injusticia que supone recibir menos dinero del que le corresponde por parte del Estado. Mentira desmontada por el economista Jesús Fernández-Villaverde y el inspector de Hacienda Francisco De la Torre en su libro La Factura del Cupo Catalán en el que demuestran con datos rigurosos e incontestables que Cataluña está mejor financiada que Madrid y su problema es consecuencia de la mala gestión de la Generalitat, cuyo gasto en políticas identitarias y nóminas afectas al separatismo es incompatible con la mejora de los servicios públicos que presta a sus ciudadanos. Y todo eso mientras estos sufren la mayor presión fiscal de España.

Y no, Madrid no baja impuestos solo a los ricos, como demagógicamente afirma esa indigente intelectual que le baila el agua a Sánchez para no dejar el Gobierno, aunque los diputados de Sumar terminen cabiendo en un taxi en las siguientes elecciones, sino a todos sus ciudadanos, incluida ella. Decisión que el gobierno madrileño de Ayuso toma después de compensar solidariamente a las comunidades con peor renta y en el convencimiento de que el dinero que supone ese alivio fiscal autonómico está mejor y cunde más en el bolsillo de los ciudadanos que ya están suficientemente esquilmados por la cascada de impuestos y subidas constantes que sufrimos desde que Sánchez ocupa la Moncloa.