Pablo Sebastián-Vozpópuli
- No actúa como presidente del Gobierno de España sino como presidente de sí mismo
Mientras estamos a la espera inquietante del resultado del encuentro en Alaska de Donald Trump y de Vladimir Putin de este viernes para ver si el estadounidense logra del ruso un ‘alto el fuego en Ucrania, en España el fuego abrasador de los incendios pone en evidencia la ausencia del presidente Pedro Sánchez ante esta catástrofe nacional que ya se ha cobrado la vida de varias personas y destruido casas y bosques sin que el Gobierno haya sabido y podido reaccionar a tiempo y con la eficacia necesaria.
Sabido es que Sánchez, refugiado en su residencia estival de La Mareta, no actúa como presidente del Gobierno de España sino como presidente de sí mismo. Y no ha dado la cara en los incendios porque teme la ira popular que ya lo puso en fuga en Paiporta tras la Dana de Valencia.
Sánchez sí se disfraza de estadista y actúa con más premura y decisión si se trata de ofrecer indultos y amnistías a los golpistas catalanes que sostienen su Gobierno
Ya llegó tarde a la pandemia para evitar que se celebrara una manifestación feminista en Madrid cuando varias ministras y dirigentes del PSOE estaban contaminadas. Y no quiso declarar el estado de alarma en Valencia para el que el también ausente presidente valenciano Carlos Mazón se comiera el marrón, tras desaparecer en la tarde que murieron decenas de ciudadanos.
Y Sánchez desaparece durante la ola de los incendios mientras le echa al PP de Feijóo al perro ladrador Oscar Puente, el pirómano (‘esto está calentito’) que ha destrozado la Renfe y sumido en el caos la red ferroviaria nacional de alta velocidad.
Sin embargo, Sánchez sí se disfraza de estadista y actúa con más premura y decisión si se trata de ofrecer indultos y amnistías a los golpistas catalanes que sostienen su Gobierno para que él pueda permanecer en el poder, a ser posible, dos años más. A sabiendas de que, de una manera ya irreversible, ha hundido electoralmente al PSOE.
Adelanto electoral
Salvo que antes de 2027 se precipiten los acontecimientos con el adelanto electoral si los nacionalistas vascos y catalanes y la extrema izquierda de Podemos y Sumar se encabriten y derriben al Gobierno. O salvo que los encartados de la corrupción sanchista, los Ábalos, Cerdán y Koldo, decidan cantar ante el juez del Tribunal Supremo que los investiga.
Y, cualquiera de ellos o los tres, reconozcan la presunta financiación ilegal del PSOE, así como las corruptas andanzas de los que fueron compañeros del viaje de Sánchez en el famoso Peugot. O que se sustancie en los juzgados el posible ‘tráfico de influencias’ de su esposa Begoña Gómez y su hermano David Sánchez, ambos procesados y a la espera de juicio oral, a igual que el Fiscal General del Estado, Álvaro García Ortiz.
Mientras tanto, el presidente permanece bunkerizado en La Moncloa o en La Mareta, lleva más de 400 días sin conceder una entrevista y disfraza en los telediarios su pretendida actividad con viajes al extranjero esporádicos, e inútiles y sin contenido político de alcance.
Sánchez ha vuelto a desafiar a Trump, como lo hizo con los gastos españoles de defensa en la OTAN, permitiendo que China coloque en España su operadora de telecomunicaciones Hawuei,
Pero alejado Sánchez de las grandes decisiones de la OTAN y la UE, como ha acaba de ocurrir en las recientes consultas que, a instancias de Alemania y en vísperas del encuentro de Trump con Putin, celebraron los principales líderes de países europeos y atlánticos con el presidente americano. Y en las que fue excluida España, quedando Sánchez fuera de juego como suplente.
Y mientras que, con la ayuda de su nuevo ‘embajador volante’ José Luis Rodríguez Zapatero (ahora presunto español de la confianza de Xi Jinping, Maduro y Puigdemont), Sánchez ha vuelto a desafiar a Trump, como lo hizo con los gastos españoles de defensa en la OTAN, permitiendo que China coloque en España su operadora de telecomunicaciones Hawuei como el ‘caballo de Troya’ de terracota china en el seno de la UE. Lo que preocupa tanto en Washington como en Bruselas.
Mientras tanto, Sánchez se mantiene en el poder y sueña con aprobar en otoño los PGE de 2026 (ahora seguimos con los de 2023), motivo por el que ya está preparando un viaje a Bruselas para verse con el prófugo y delincuente Carles Puigdemont. Al tiempo que negocia con Salvador Illa y Oriol Junqueras la ‘financiación singular’ y discriminatoria de Cataluña. Y prepara la entrega al PNV de Aitor Esteban y al País Vasco la competencia de la Seguridad Social.
Lanza soflamas contra Cáritas y contra la Conferencia Episcopal, y ya veremos si pronto también contra el Papa León XIV, lo que da pie a los provocadores de las redes sociales para afirmar que Abascal es ‘¡ateo!’
Con lo que quedarían -al menos temporalmente y hasta próximos comicios- completamente rotas la unidad fiscal y territorial de España y la ‘caja’ de la Seguridad Social. Lo que Sánchez intenta disimular y tapar paseando en sus telediarios los disparates de Santiago (‘y cierra España’) Abascal, desde Vox, con su estrategia para la nueva reconquista española contra el Islam, con un discurso anti cristiano y xenófobo, en línea con otros de Donald Trump.
Incluso lanzando Abascal soflamas contra Cáritas y contra la Conferencia Episcopal, y ya veremos si pronto también contra el Papa León XIV, lo que da pie a los provocadores de las redes sociales para afirmar que Abascal es ‘¡ateo!’ y que solo adora al becerro de oro de Donald Trump.
El que ahora confía con lograr un alto el fuego en la guerra de Ucrania en su mano a mano con Vladimir Putin, quien ya ha anunciado desde Moscú, lo que para muchos analistas es una buena señal: una conferencia de prensa conjunta con Trump, al término de la cumbre bilateral de Alaska, con la que Trump cree que puede relanzar su liderazgo en los EE.UU. y en el mundo y lograr un primer paso para conseguir (si también pusiera fin a la guerra de Gaza) ¡el Premio Nobel de la Paz!