José Alejandro Vara-Vozpópuli

  • La izquierda de la izquierda es un quilombo desmarañado que se precipita hacia el abismo. Sánchez no da con la fórmula

¡Qué escándalo, he descubierto que Junts es de derechas! Yolanda Díaz, como el capitán Renault con el juego en Casablanca, impostaba este miércoles en el Congreso que los herederos de Pujol son unos tremendos reaccionarios que «se alinean con la patronal española y con los que se están forrando a costa del pueblo trabajador». A punto estuvo de llamarles esclavistas pero se quedó en «chantajistas», algo que nadie del Ejecutivo habia osado decirles hasta ahora. Le ha llevado su tiempo, pero, al fin, la vicepresidenta primera ha caído en la cuenta de que estos postconvergentes son miembros activos de facholandia, que se la pasan entre el Liceo y Monserrat, entre Baqueira y Cadaqués, entre la Caixa y el tres per cent. Curiosamente, a ellos les debe el cargazo. Y el sueldazo, y el pisazo de 443 metros cuadrados, la residencia oficial más grande de todo el Ejecutivo. Y el buga blindado. Y los chóferes. Y las secretarias, y el Falcon cuando iba a ver al Papa peronista (este Prevost de ahora no la recibe), y su coach de outfits, y hasta su coiffeur…Al cavernícola de Puigdemont le debe su prodigiosa situación económica, política y personal. Sin Junts, ni ella estaría en el Gobierno, ni Sánchez en la Moncloa. Algo ha tardado en darse cuenta. Tuvo que recibir el sopapo más doloroso de su carrera para ver al fin la luz. Junts acaba de tumbarle su prodigiosa ley destroza-empresas por la que se trabajaría menos sin merma salarial (en Francia ya lo hicieron y ahora está en llamas). ¿Pero no eran del bloque de la mayoría social de la gente, un socio comprometido con el gobierno de coalición progresista para acabar con las derechas reaccionarias de este país?  Se quedó de piedra. Perdió la color y se le mudaron súbitamente la cara y el gesto, como a Luke Skywalker al escucharle a Darh Vader lo de ”yo soy tu padre”. Y luego, reaccionó. Yoli biquiños se convirtió en la Bette Davis de Eva al desnudo, «abróchense los cinturones de seguridad« y la emprendió a bastonazos con  una Miriam Nogueras tan pasmada como Marilyn en The Misfits al descubrir que la comida de su perrito se elabora con carne de caballo.

Sánchez se fue al estreno de Amenábar. Al cabo, la peli sobre ese Cervantes gay la ha pagado él, o sea nosotros, que le hemos regalado al niño de Tesis 2,4 millones de euros para perpetrar tan colosal  truño al decir de Boyero. Tras la proyección, el presidente y esposa salieron del cine cada uno por su lado, a escondidas, cual almas que lleva el diablo (“claro que puedo salir a la calle, hay gente que me aplaude”, dijo en telePepa), él con zancadas de triplista, cobardón a la fuga, un dejà vu estilo Paiporta. En ese momento, la número tres del Ejecutivo hacía pucheritos en el banco azul, sola y abandonada, con la única compañía del sacristán Bolaños, pérfido como el bastardo Edmund del Rey Lear, y sus cuatro ministriles de Sumar que se aferran al escaño entre temblores de futuro, con música de fondo del ‘this is the end’ de The Doors.

Los escaños de la caverna.- Yoli tiene más pasado que futuro, chamullan en el PSOE. Se le fue mano con Junts, no estaba prevista esa reacción tan airada, apuntan los escribas del régimen. Los siete escaños de la caverna catalana siguen siendo fundamentales para la continuidad del menguante Frankenstein.. No por temor a que no le voten presupuestos, que al gran narciso le trae al pairo, ni por el riesgo de que sucumban a la tentación de sumarse al PP en una moción de censura impensable. Es el pánico a que no secunden la ‘ley Begoña’ con la que el triministro de Justicia, ultramarinos y coloniales  pretende archivar las causas de la dama imputada y el hermanísimo de la batuta averiada. El prófugo ya le advirtió a Zapatero que no cuente con esa ley si no hay un Consejo del Poder Judicial catalán, es decir, lo que figuraba en el Estatut que tumbó un TC verdaderamente constitucional. Además, ahora no está Santos Cerdán, el alcahuete que calmaba al forajido de Waterloo y le prometía rápida amnistía (¿qué hay de lo mío?), el catalán en Europa y la competencia en inmigración para frenar a Silvia Orriols, esa talibana de Ripoll con problemas de xenofobia y de champú.

Se afanan ahora los ochocientos asesores de Moncloa en suturar el costurón a base de ungüentos y vaselinas. Saben que Puigdemont se divierte haciendo sufrir al Gobierno, humillándolo, demostrando quién dice cómo están las cosas. Es un sádico impredecible que estos días se siente poderoso. El problema para Sánchez es que eso que llaman el ‘espacio a la izquierda’ del PSOE es un quilombo desquiciado y declinante al decir de las encuestas (del CIS ni hablar) En la derecha se produce la misma evolusiónq ue en el resto de Europa, un crecimiento firme, en el que Vox arrambla con votos del PP pero entre ambos suman mayorías que superan incluso los 200 escaños. El voto de Sumar se diluye, o va a la abstención o se dispersa entre ecologistas, ultramontanos regionales y hasta en las filas de Abascal, ojo con los jovenzuelos cabreados. Podemos no toca bola. Sólo toca colegios privados y chaletazos para la parejita de Galapagar.

Abrazos y besiños en Ferrol.- Si nadie reemplaza a Sumar, si no hay siglas para el relevo, resultará muy difícil que Sánchez recomponga su mayoría. Este miércoles se vio en el Congreso. Junts votó con la derecha, su sitio en el tablero cuando se trata de una cuestión que afecta a la economía. La izquierda social mayoritaria es un trampantojo. Eso no existe. Por eso Sanchez se dejó manosear por su vicedos en la botadura de la fragata Bonifaz de Navantia, en una ortodoxa ceremonia con la Reina Sofía como madrina, la bandera de España a todo trapo, el himno nacional bien entonado y la bendición del capellán castrense, Vicente Chumillas, con sus manotadas de hisopo como está mandado. No sonaron las gaitas pero Yolanda Díaz se explayó en sonrisas y biquiños como si nada hubiera pasado. Sabe que su resurrección es imposible. Se piensa la Teresita Mendoza de La reina del sur, como le espeta algún compañero maligno, pero no pasa de ser un venenoso compendio de trepa, intrigante y traicionera, que se maneja con arte por el territorio de la patraña y que no ha logrado superar el nivel de oradora de guardería. ¿Y qué hacemos con ella si todavía la necesitamos?, se preguntan algunos dirigentes del sanchismo. Bueno, que hable, que haga ruido, que ahora, cuando avanzan los heroicos jueces y aprietan los implacables informes de la UCO, es una buena liebre para soltar en las tertulias, calentar debates, distraer la atención. Lo de Gaza les funciona ahora a tope pero la Vuelta acaba mañana.