Narciso Michavila-ABC

  • Cuando en marzo se abran las urnas en Castilla y León habrán pasado más de setecientos días sin citas electorales: el paréntesis más largo de la democracia

España atraviesa el periodo más largo sin elecciones, lo que para las consultoras de investigación social como GAD3 tiene la consecuencia positiva de poder centrarnos en los proyectos que dejan margen empresarial, que no son los electorales, pero con el inconveniente de no poder calibrar las encuestas de voto. Cuando en marzo se abran las urnas en Castilla y León habrán pasado más de setecientos días sin citas electorales: el paréntesis más largo de la democracia. La última vez que ocurrió algo parecido fue en las europeas de 2014. Entonces, el resultado sorprendió al comprobar que el bipartidismo se hundía más de lo previsto por los sondeos. Igualmente, el actual hundimiento de la izquierda estatal detectado por todas las investigaciones podría ser aún más profundo, en línea con lo ocurrido en las últimas elecciones y con unas decisiones políticas cada vez más alejadas de los valores de su electorado.

Este barómetro confirma movimientos de voto detectados anteriormente. En la izquierda se produce una intensa fuga de voto -especialmente de mujeres, votantes de centro y del sur peninsular- hacia la abstención y, en menor medida hacia el PP. Sánchez retiene la hegemonía en el espacio de la izquierda, pero lo hace a costa de ceder el centro a Feijóo, que a su vez pierde apoyo masculino y de derecha en favor de Vox. El resultado es un desplazamiento inédito del electorado hacia la derecha como sucedió en 2023 donde, la coalición de gobierno de izquierdas solo fue posible con el apoyo de Junts y del PNV. Esta dependencia de formaciones de derechas se está convirtiendo en el principal lastre electoral de la coalición de gobierno.

El desplome de la izquierda no es exclusivo de España; tampoco lo es el escenario político. La tensión institucional, la polarización, la ruptura de consensos básicos, la hiperpolitización de la vida pública o la negación de la realidad por parte de los gobernantes están presentes en otras democracias occidentales. Tampoco son exclusivos de nuestro país los grandes debates -vivienda, corrupción, inmigración, fiscalidad o gestión de los servicios públicos- ni el desgaste que está suponiendo en las formaciones de gobierno. No es casualidad que las formaciones que suben no tengan responsabilidades de gobierno: Vox, ERC, Bildu y BNG.

Hasta que no se abran las urnas en Castilla y León no podremos saber si el hundimiento inédito de la izquierda es real o, por el contrario, se trata de un espejismo.