Iñaki Ezkerra-El Correo
- La diana del odio no es en principio el PP como en la guerra de Irak, sino Israel
Es difícil no olerlo de lejos: el tufo que tiene la agresiva campaña contra la guerra de Gaza a reposición, a plagio, a ‘revival’ de la movilización de marzo de 2004 contra la segunda guerra de Irak. Hay dos diferencias de partida entre aquélla y la presente, pero veremos cómo se disuelven y se transforman en similitudes de llegada. La primera es que la de 2004 partía de un PSOE en la oposición que hoy está en el Gobierno, pero también es cierto que se trata de un Gobierno tambaleante por el cerco judicial que lo rodea, o sea, necesitado no solo de una cortina de humo que borre ese cerco, sino de una rehabilitación moral frente a la sociedad que lave su imagen ante la perspectiva cada vez más verosímil de su disolución y de una convocatoria electoral.
La otra diferencia es que hoy la diana del odio no es en principio el PP, como hace veintiún años, sino Israel, pero ese punto de disimilitud se irá disolviendo en la medida en que los comicios se aproximen. Aunque resulte absurdo, antes o después nuestra izquierda populista señalará como responsable de los bombardeos sobre Gaza a nuestra derecha inoperante. Ya Aznar se ha asomado a los medios para hacerle la cama a Feijóo con una apología acrítica de la guerra que facilite esa homologación. Aznar no ve, o no quiere ver, que Netanyahu usa la desproporción bélica en la respuesta a Hamás como una huida hacia delante del cerco judicial a sus corruptelas y de la oposición que tiene en su país. El expresidente español no ha aprendido la lección de 2004, el precio que tuvo poner las patas sobre la mesa de Bush y logrará que al final parezca que es el PP el que bombardea los hospitales gazatíes.
Como en 2004, a la mal llamada izquierda abertzale se le ha dado el regalo de sentirse con fuerza moral para denunciar la violencia que solo ve en el ojo ajeno. Y, por su parte, Vox hace también lo que puede para echar más leña al fuego de la confusión. ¿Con qué autoridad moral denuncia las corruptelas del social-populismo quien invoca como aliados éticos a un Trump, un Orban y un Netanyahu que, como líderes populistas que son, coinciden asombrosamente con Sánchez en sus ofensivas contra los jueces y en sus trapisondas para acabar con la separación de poderes del Estado de Derecho?
Sí. Netanyahu ha hecho de su ultrabelicismo una táctica de salvación personal como Sánchez de ese ultrapacifismo que nos ha devuelto al 2004, a aquella guerra de Irak que, como ésta, se presentó como la única en la historia de la Humanidad. Dicen que detrás de la agitprop propalestina está Zapatero. No sería raro, dadas las obvias coincidencias de hoy con su ‘modus operandi’ de ayer. Con él sería completo el ‘revival’: Zapatero y Aznar volviendo de sus tumbas políticas. ¡Vivan los zombis!