Ayer estuve tomando un café con la encargada de Negocios de Israel en España, Dana Erlich, que me confirmó en persona y en contacto directo la excelente impresión que me había producido cuando la entrevistaste aquí. Tuve un alto grado de acuerdo con ella en casi todo lo que comentamos. Critiqué la insuficiente comunicación de Israel frente al acierto de los terroristas de Hamás en difundir su propaganda, lo que ha llevado a toda la izquierda española a abrazar como un solo hombre (y una sola mujer) la idea de que en Gaza se está cometiendo un genocidio. El asunto es tanto más grave cuanto que ya se sale de la izquierda y anida en las cabezas de algunos opinadores de ‘El Mundo’ y aún más allá: parece que Luis Herrero también usaba el concepto fetiche ayer aquí. Ya habíamos comentado la inadecuación del término genocidio a lo que está pasando en Gaza. Comentaba yo hace tiempo que desde la guerra del Yom Kippur hasta la actualidad la población palestina se ha multiplicado por cinco y que es un raro propósito de exterminio el que tiene el ejército israelí cuando avisa previamente de sus ataques.

Comentaba Dana Erlich que para una parte de la opinión pública, y no solamente la española, la propaganda de los terroristas se acepta como hechos probados, tomando como sinónimos Hamás y población palestina, y aceptando el número de víctimas mortales que producen los ataques israelíes entre los palestinos según las estimaciones de los terroristas. Por otra parte, su propaganda es imbatible: Si Israel no avisara de su ataques estaría cometiendo genocidio. Pero si avisa para que la población civil se aparte, estaría incitando a un desplazamiento ilegal y difundiendo terror psicológico entre la población.

Nuestro querido Pedro Corral me enviaba ayer una reflexión sobre la actitud de Pedro Sánchez cobre el conflicto y recordaba el último lío entre Israel y Hamás en Gaza antes de la masacre terrorista del 7 de octubre de 2023. Se produjo el 5 de mayo de 2021, duró 15 días y hubo muertos y heridos por los dos bandos, más en la parte palestina como suele ser costumbre en enfrentamientos armados. Pues bien, Pero Corral, en un admirable ejercicio de periodismo se dedicó a rastrear las intervenciones del presidente Pedro Sánchez durante esos 15 días según las recoge la página web de la Moncloa:  tras su llegada a la Alfândega  do Porto, en el Foro Social de la Unión Europea; en el Delphi Economic Forum de Atenas; en un acto para proclamar a España como un polo de hidrógeno verde en Europa; en rueda de prensa tras la celebración en Bruselas del Consejo Europeo Extraordinario, en sus respuestas durante la Sesión de Control en el Congreso de los Diputados, en la Feria Presur; en la Cumbre Social Europea, en la XIII cumbre hispano-polaca, en comparecencia conjunta con el primer ministro de Polonia. No hizo ni una sola referencia al conflicto, al genocidio, a la población masacrada de Gaza, a los niños asesinados por el ejército israelí. Claro que entonces no tenía a su mujer imputada por cinco delitos, ni se había hecho evidente que había ejercido de madama en los prostíbulos de papá, de los que Sánchez habría sido partícipe a título lucrativo. Tampoco había sido imputado su hermano, ni se conocía que pretextando vivir en Portugal para ahorrar impuestos vivía en plan topo en el Palacio de la Moncloa y que su mujer, la japonesa Matsumoto, usaba la ambulancia medicalizada de la presidencia del Gobierno para ir a la consulta del ginecólogo, ni que su fiscal general del Estado haya sido procesado por un delito de revelación de secretos, etc. etc.

El gran Parmenio citaba en mi blog a Marta Flich, la de los implantes mamarios sufragados por el nieto de Franco, Jaime Martínez Bordiú y se asombraba  ante las categorías políticas que maneja la moza: «Las revoluciones no son fáciles, pero hay que hacerlas y yo creo que estamos en el lado bueno de la historia

Antes de que se haga mucho daño, apostilla Parmenio, alguien que la quiera debería explicar a Marta que cuando las revoluciones se dirigen desde el poder se llaman golpe de Estado.

Aina Vidal es portavoz adjunta de Podemos en el Congreso de los Diputados. Entrevistada por Nacho Abad hizo un recital de burricie que la encarama a lo más alto del podio. “¿Usted sabe quién gobierna e n Gaza?” preguntó el periodista. “Ahora mismo en Gaza no gobierna nadie”, dijo la mozuela. Abad quiso darle otra oportunidad: “¿Hamás está mandando en Gaza ahora?” alo que ella replicó bastante encampanada: “Dejen de justificar un genocidio” Abad se rebotó ante la acusación de apoyar el genocidio y preguntó si Hamás es una organización terrorista. “es que siempre están con la misma historia, rematando ‘in bellezza’ antes de que Naco Abad diera por termina da la entrevista y la despidiera.