Jomaca reproducía la foto de una manifestación propalestina con una gran bandera de lo mismo en la que puede leerse ‘Gays por Gaza’, lema que da nombre a un movimiento. Traemos aquí otra foto en el mismo sentido: «Queers for Palestine». Jomaca no lo ve claro: “El movimiento Gays por Gaza es sinónimo de ‘Movimiento judíos por Mauthausen’ o del Movimento toros por la tauromaquia. Serán tolays.

Cuenta The Objective que según el Gobierno las pulseras anti maltrato no han dejado de funcionar en ningún momento y pide tranquilidad. El ministro Oscar López y próxima víctima de Isabel Díaz Ayuso ha denunciado que “hay algunos tratando de generar alarma”. En el mismo sendero, la alucinada ministra de Igualdad dice que “son bulos y desinformaciones, y que las pulseras han funcionado en todo momento”.

Pedro Otamendi matizaba que las pulseras fallan y han puesto en riesgo a cientos de mujeres: es ya algo evidente”.

Convivencia Cívica Catalana publicaba la foto de un tipo con micrófono y explicaba: “Este tipo es Bentanach, fundador de la organización terrorista Terra Lliure y amigo personal de Torra y Puigdemont, y dice lo siguiente: “que los niños hablen castellano con alegría en el patio es inmoral. Esto sí es un genocidio y no lo de Ucrania”. En manos de esta tropa está el Gobierno de España.

El Capitán general de los Tercios impoartía una clase práctiuca: “Si le sacas 4.000 euros a una persona y le das 1.000 euros a cuatro personas que no trabajan, pierdes un voto pero ganas cuatro. Esta es la estafa piramidal más grande la historia. Se llama socialismo”.

Pablo Haro Urquízar hacía un cita de Ana Rosa: “Por huevos. Este es el lema de la última campaña de Igualdad. Una campaña que ha costado nada menos que 1,6 millones de euros. Mira donde ha ido a parar lo que se ahorraron con las pulseras antimaltrato de todo a cien. Hay que convenir que la campaña cuesta un huevo y que la ministra es una huevona.

Ignasi Guardans está haciendo muchos méritos para subirse al podio. Lo último ha sido criticar la admirable intervención de la viuda de Charlie Kirk en el funeral: “Como viuda de un crimen condenable generaba toda mi empatía y la de millones. Ya, si pretende en erigirse  en heredera ‘moral’ y nueva propagandista de las mismas causas y mensajes tendrá la misma estima y respeto que su difunto marido”. Fernando Díaz Villanueva preguntaba : “¿pero como se le ocurre a Erika Kirk pronunciarse sin haberlo consultado antes con Ignasi Guardans?”

Sarah Santaolalla se hacía eco de la propuesta estúpida de Angel Víctor Torres para que le den el premio Nobel de la Paz a Pedro Sánchez: yo te digo una cosa: solo por ver qué diría el Partido Popular si le dan el premio Nobel de la paz, solo por ver, porque son capaces de decir que el premio nnobel de la paz es de comunistas, de bolivarinos, que Maduro ha intervenido, que Otegi estaba en el jurado, que no ees el premio nobel de la paz que es el de la guerra, vamos al guerracivilismo. Su novio la miraba y sonreía complacientón. Yo pensé que ella era más majadera aún d lo que me había parecido y que él se estaba ganando el derecho a no dormir en el sofá.

Pablo Franco encontró en la prensa un ejemplo que proponer: “A ver a todas las parejas que je tenido en mi vida, ¿tanto cuesta sintetrizar? Aprended de este redactor, por Dios. Y reproduce un admirable titular del ABC: “El atropello de un tren a una vaca, que dio a luz en el impacto, deriva en el hallazgo de un cadáver en Gijón”.

Cuentan Angela Martialay y Manuel Marraco que una magistrada de Violencia sobre la mujer informó que en su juzgado se había puesto una pulsera a un denunciado por maltratador que vivía en Canarias, mientras su presunta víctima, la denunciante, residía en Cáceres. Y la pulsera sonaba.

Lo bueno si breve, dos veces bueno, había establecido Baltasar Gracián. Nada dijo sobre la aplicación de su máxima al concepto de ‘lo malo’. Debió añadir que en cambio, lo malo es mucho más llevadero cuando es breve. Algo de esto pasó ayer con la intervención de Pedro Sánchez en la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York. Es verdad que las intervenciones eran breves, cinco minutos por término medio, pero Sánchez fue un plusmarca: expuso su plan para Palestina en dos minutos. Y le dio tiempo para decir ‘genocidio’, lo cuenta Carmelo Jordá en Libertad Digital.

También en Libertad Digital, Cristina Losada parafrasea con acierto la única sentencia razonable que ha salido de los labios de Patxi López, al responder sin asomo de duda: ¡sí, por supuesto! Cuando Patxi le preguntó: «Pedro, ¿tú sabes lo que es una nación?». Por supuesto que no lo sabía. Alguien debería preguntarle si sabe qué es genocidio. Ningún otro dirigente europeo le acompaña en la banalización.”