Pablo Sebastián-Vozpópuli
- Podrían ser motivo suficiente como para que Sánchez decidiera disolver las Cortes y adelantar las elecciones generale
A las ya acordadas aperturas de juicio oral del Fiscal General, Álvaro García Ortiz, y del hermano del presidente, David Sánchez, se van a sumar en los próximos días las de la esposa de Pedro Sánchez, Begoña Gómez, y la del ex ministro José Luis Ábalos. Todos estos por causas de corrupción. Y también irá al banquillo el novio de Isabel Ayuso, Alberto González Amador, procesado por fraude fiscal. Lo que configura un otoño político y mediático de especial intensidad que el presidente Sánchez ha pretendido camuflar bajo la bandera de Palestina. A lo que acaba de añadir el envío de un buque patrullero de ‘acción marítima’, el Furor, de la armada ‘invencible’ española para ayudar y socorrer, en caso de emergencia, a la ‘flotilla’ de apoyo humanitario a los palestinos que navega hacia la franja Gaza.
Adelanto electoral
Y todo esto cuando en el Congreso de los Diputados se acaba de ‘reprobar’ a la ministra de Igualdad, Ana Redondo, por el escándalo del fracaso de las pulseras electrónicas de los maltratadores de las mujeres agredidas. Y cuando desde Podemos y Junts le están retirando a Sánchez, los que hasta ahora eran sus apoyos parlamentarios. Lo que impide al Presidente aprobar los PGE de 2026, cuyo ‘techo de gasto’ ya está fuera del plazo oficial. De manera que los ‘cinco banquillos’ anunciados y especialmente los cuatro que afectan a la corrupción familiar y política del PSOE, podrían ser motivo suficiente como para que Sánchez decidiera disolver las Cortes y adelantar las elecciones generales, aunque solo fuera para lograr él aplazar los procesos judiciales que le afectan personalmente y también al PSOE.
Aunque sabido es que Sánchez se resiste a las elecciones en la creencia de que ni Podemos ni Junts se sumarían a una hipotética moción de censura a la que tampoco se atreve el líder de la Oposición, Alberto Núñez Feijóo, porque cree el líder del PP que perdería la votación y que ello le proporcionaría un nuevo ‘balón de oxígeno’ a Sánchez. El que desde Nueva York ha dicho que está convencido de la inocencia de su hermano David y de su mujer Begoña. Aunque le faltó añadir: ‘Porque el principal responsable de ambos desafueros soy yo mismo que los impulsé, desde el PSOE y desde la presidencia del Gobierno, con ese ‘tráfico de influencias’ del que se beneficiaron Begoña y David». Lo que sin duda es así, como cierto es que no debió de asistir -por ‘conflicto de intereses’- al Consejo de Ministros en el que se aprobó el rescate de Air Europa, por la participación de su empresa matriz, Globalia, en los negocios de Begoña. Y como cierto parece que conocía, y por eso lo cesó, la corrupción y las andanzas eróticas de su ex ministro de Transportes y secretario de Organización del PSOE, José Luís Ábalos. Aunque lo mantuvo en el escaño de diputado para conseguir su silencio en la muy presunta financiación ilegal del PSOE y en las intrigas que adornaron la llegada a España de la vicepresidenta venezolana Delcy Rodríguez con un desmesurado equipaje y una misteriosa escala en Madrid que organizaron Ábalos y Koldo. Y que sigue siendo un misterio como la entrega de la soberanía del Sáhara Occidental a Marruecos y en violacion de las resoluciones de la ONU.
El feminismo imposible
Dos pájaros de cuenta estos Ábalos y Koldo como Cerdán, que sigue en prisión, que además se han vanagloriaban de su ‘puterío’, como el Tito Berni. Lo que se suma a las connivencias de Sánchez y su esposa con el negocio de las saunas gays y prostíbulos del suegro de Sánchez, Sabiniano Gómez. Como lo denunció en el Congreso Feijóo preguntándole al presidente: «Pero ¿de qué prostíbulos ha vivido usted?». Y lo que, añadido al fracaso de las pulseras electrónicas de los maltratadores y al desastre de La Ley del ‘Sí es si’ de la ex ministra Irene Montero, con la que más de mil delincuentes sexuales vieron rebajadas sus condenas, coloca en la peor evidencia el tan impostado ‘feminismo’ del PSOE y de su Gobierno. De los que ahora huyen Podemos –Pablo Iglesias dijo esta semana ‘que se vayan a la mierda’-, y sus hasta ahora aliados de Junst que están sufriendo en Cataluña un severo castigo electoral. Como el que anunció una encuesta reciente de La Vanguardia que anunciaba a Junts en Cataluña una pérdida de 14 escaños de los 35 que tiene por causa de los pactos de Puigdemont con Sánchez que han benefiado al partido xenófobo e independentista Aliança Catalana de Silvia Orriols. Lo que hace imposible en un futuro no lejano (porque el PSC perdería a su vez 6 escaños) la repetición de un gobierno de la izquierda catalana o la llegada de otro nacionalista.
Efectos demoledores
A pesar de todos estos pesares Sánchez, de momento, no adelanta las elecciones y mientras tanto se refugia como ‘polizón’ de la flotilla que navega hacia Gaza a la espera de nuevos acontecimientos y del anunciado recurso de Begoña ante la Audiencia Provincial de Madrid. La que animó al juez Peinado a investigar el posible delito de ‘malversación’ por haber utilizado Begoña a su asistenta de Presidencia, Cristina Álvarez, en sus negocios privados. Un caso idéntico a otro del que hay, en la jurisprudencia del Tribunal Supremo, un sentencia condenatoria (‘470/2.014’) de la Sala de lo Penal del Alto Tribunal. Y cuando el juez Peinado pretende, en vistilla de este sábado, sentar a Begoña Gómez en el ‘banquillo’ y ante un ‘tribunal popular’. No existe en los años de La Transición de nuestro país ni en nuestro entorno europeo una situación política tan desastrosa y similar a la que ahora está liderando Pedro Sánchez, negándose a dimitir y a convocar elecciones, a pesar de todos estos escándalos de corrupción y del abuso de poder, sin Presupuestos del Estado desde 2023 y sin una estable mayoría parlamentaria que le permita legislar y, en consecuencia, gobernar. Y a no descartar nuevas e importantes revelaciones sobre la corrupción en caso de que los ahora camino, o ya sentados, en sus respectivos banquillos, decidan confesar para pactar con la fiscalía una ‘sentencia de conformidad’. Evitando así su entrada en prisión como lo hizo Víctor de Aldama y como seguramente lo hará el novio de Ayuso, González Amador. Confesiones que, en los casos, de Ábalos, Koldo y Cerdán, tendría efectos demoledores para Pedro Sánchez y el PSOE. Los que de momento se niegan a reconocer la gravedad de la situación y su ineludible responsabilidad.