Tonia Etxarri-El correo

Desde que el pasado viernes un informe de la UCO desveló pagos en billetes de procedencia desconocida, en sobres con el membrete del PSOE, a los dos últimos secretarios de Organización socialistas PSOE (uno de ellos, ministro) la oposición se ha instalado en la exigencia constante de información. No importa. El Gobierno sigue esquivando las respuestas. Mientras los socios, tan exigentes con la corrupción del PP y tan permisivos con la del PSOE, permanezcan amarrados a su escaño, Sánchez seguirá acogiendo con desdén los movimientos de Feijóo.

Ocurrió ayer en la sesión de control del Gobierno a la oposición, que es en lo que se han convertido estos debates parlamentarios. El caso es que Feijóo, que lleva meses creyendo que el muro que levantó Sánchez para dividir al país en dos mitades enfrentadas está a punto de caer, fue al choque al anunciarle que tendrá que comparecer ante la comisión de investigación en el Senado donde estará obligado a decir la verdad. Pero Sánchez ni se molestó en responder al jaque del líder de la oposición. Con un provocador «!Ánimo, Alberto!» dio por cumplida su contrarréplica. Una reacción que encaja, por otra parte, con la actitud de un presidente que ha reconocido, explícitamente, que está dispuesto a seguir gobernando, sin Presupuestos e, incluso, sin el Parlamento ¿Qué más le da?

El lehendakari Pradales, que ayer estuvo en la capital de España y que sigue buscando el ‘cara a cara’ con el PP, centra sus dardos contra Madrid. Pero no contra el Gobierno central como en tiempos pasados (no tendría sentido teniendo en cuenta que el PNV, además de Bildu, es de los socios más leales que está teniendo Sánchez, a pesar de todo), sino contra Isabel Díaz Ayuso. Ni una valoración sobre el informe de la UCO. Pero ayer insistió en utilizar a la presidenta madrileña para emplazar a Feijóo a la moderación porque cree que el PP está «muy nervioso».

Más que nervios, lo que denotan los movimientos de Feijóo es impaciencia. Lleva tiempo persuadido de que el PSOE acabará imputado por un presunto caso de financiación irregular, adelantándose a la Fiscalía que es quien deberá decidir si lo hace o no después de escuchar a Koldo y Ábalos ante el Tribunal Supremo. Porque, en realidad, el informe de la UCO –ante el que se aferra tanto la oposición para hablar de la posibilidad de un sistema de pagos ilícitos como Sánchez para negarlo– está investigando las cuentas bancarias del PSOE y las de Ábalos y Koldo. Lo que ha averiguado es que el partido pagó con dinero ‘cash’ no declarado, y lo avala con una grabación letal: «El sobre de Ferraz, a la mesa del ministro». Palabra de Koldo.

Entre soles, lechugas y chistorras (la jerga que presuntamente utilizaban los investigados para referirse a sus cobros en efectivo) transcurrió el ataque de la oposición. Y al presidente del Gobierno le dio la risa al saberse convocado para comparecer ante el Senado. Ahí, en esa risa que no pudo ver el lehendakari, es donde la oposición captó los nervios del presidente.