Inocencio Arias-El Debate
  • El plan de paz puede estar cogido con alfileres pero si Trump se emplea a fondo, continúa retorciendo el brazo a los dos contendientes y los muchos países árabes que lo han apoyado hacen lo propio con los terroristas de Hamás podemos tener esperanzas de que seguirá delante

La noticia es estupenda, regocijante. Se para la guerra en Gaza, se detiene el sufrimiento palestino y el desasosiego y la intranquilidad de las dos poblaciones.

El plan de paz puede estar cogido con alfileres pero si Trump se emplea a fondo, continúa retorciendo el brazo a los dos contendientes y los muchos países árabes que lo han apoyado hacen lo propio con los terroristas de Hamás podemos tener esperanzas de que seguirá delante. Como ustedes habrán oído o leído tiene varias fases : alto el fuego, liberación de rehenes judíos y presos palestinos, desarme de Hamás, retirada gradual de Israel, una fuerza internacional compuesta deseablemente por elementos árabes y algún destacamento estadounidense, una administración técnica palestina, un plan de reconstrucción sufragado por países ricos árabes, Washington y, por supuesto, nos costará los cuartos, Europa (a Rusia en estas ocasiones ni está ni se le espera) y en el horizonte lejano y difuso un Estado palestino. Muchos vericuetos pero hay que soñar aunque los malvados extremistas de cualquier bando nos despierten.

Se ha dado este paso importante por varias razones:

1) Israel ha descabezado a los aliados de Irán, es decir a Hamás, Hezbollah, Siria…y ha dado un bofetón serio a los ayatolás, ayudado por Estados Unidos, en la reciente guerra de los doce días.

2) Trump se ha involucrado profundamente en la operación. Puede que le mueva su ego desmesurado y su ansia por conseguir el Nobel de la paz, puede que lo haga, como comenta, por parar el sufrimiento y traer la estabilidad a la zona, puede que desee no distraerse cuando tiene otros temas como la ascensión de China que le preocupa para mantener la hegemonía de Washington, el hecho es que se ha volcado.

Un detonante que le ha debido encolerizar y lanzar avisos perentorios incluso a su propio amigo Netanyahu ha sido el bombardeo por Israel de las oficinas de Hamás en Qatar olvidando que en ese pequeño país hay una gran base americana y su familia reinante tiene importantes negocios con el yerno de Trump y alguno de sus amigos. El presidente americano ha debido concluir que era el momento de poner firme a Netanyahu, un político que había desafiado a Obama y dado plantón a Biden.

En esta ocasión, el líder judío no podía viajar a Estados Unidos como en el pasado a agitarle el gallinero al presidente. Trump controla el partido republicano con rigidez. (Otra cosa en la que se parece a Sánchez). Alguien ha comentado que vuelve la relación de vasallaje de un presidente israelí al de Estados Unidos. Veremos si dura.

Trump no estaba entre los presentidos al Nobel de la Paz que se concede este 10 en octubre, quizás por eso presionaba tanto en estos días, pero si el plan de paz prosiguiese tendría bastantes papeletas para la próxima edición a pesar del rechinar de dientes de la progresía mundial.

Francia ha querido subirse al carro vencedor convocando una reunión en Paris. Los israelíes echan espumarajos por la boca y dicen que Macron es un hipócrita que quiere tapar sus vergüenzas domésticas. La maniobra de Macron, la cortina de humo, resulta familiar en nuestros pagos. El ministro israelí indignado señala que es inaceptable que se haya invitado a la España de Sánchez a ese cónclave. Trump acabará leyéndonos la cartilla.

Y aquí viene nuestro papel, poco airoso:

–El ministro Albares, fiel monaguillo de su petulante amo, declara que España es «fundamental» en la solución del drama de Oriente medio, que «ha sido clave» en el proceso y que va a seguir siendo importante. Con un par. Trump es un principiante que va a tientas, los negociadores, Egipto, Turquia, Qatar unos pardillos; toda la Unión Europea, que pagará una parte de la factura, una figurante (lo es). Sin embargo, los artífices son Sánchez y España.

Hay pocos casos más claros de pretendiendo ser protagonista resultar realmente aspirante a comparsa.

–Nuestro gobierno propugnó la solución de dos estados, algo correcto, pero lo hizo en un momento inoportuno que le ganó la animadversión visceral de Israel para la eternidad. Querer aprobar una ley antiisraelí a dos años justos del ataque de Hamás era una injuria que colmó el vaso.

–Cuando la inmensa mayoría árabe y palestina saludaba el plan de paz una parte de nuestro gobierno lo consideraba inaceptable. ¿ Que sabrá el mundo comparado con Sumar o Podemos?

–Nuestra inefable Yolanda dice que España debería convocar la Conferencia de Paz. Gran memez. ¿Vendrían Trump y Netanyahu… o Hamás, Corea del norte y los de Puebla? Es de Miliki y Fofito.

–La flotilla política provocadora, con etéreo cargamento humanitario, estaba jaleada por nuestro gobierno y ¿financiada?; hacemos un costoso papelón con la fragata cuando no hay dinero para comprar lanchas a la Guardia Civil y la estratega Irene Montero se indigna de que el buque no entre con la flotilla en la zona israelí para impedir que la intercepten. Un pelín ignorante. ¿Quería que la fragata entrara en combate con los barcos y aviones israelíes para tener más titulares? Es de Gila.

Resultado: Hamás es un fan de Sánchez cuya popularidad se desborda con Maduro, el castrismo y los ayatolás. Pedro distrae la atención sobre su mujer y las chistorras, busca afanoso rédito electoral populista… pero en el mundo occidental, el nuestro, España, como gallito rebelde, roza el ridículo.

Inocencio F. Arias es embajador de España