
¿Te acuerdas de la chulería con que el galgo de Paiporta se llevó a su Bego a los mítines como respuesta a sus imputaciones? Bueno, pues ya ha dejado de sacarla. Ayer fue solo al besamanos del Palacio Real.
Hay una foto sumamente descriptiva de la tribuna de invitados durante el desfile de la Fiesta Nacional. En ella se ve a Pedro Sánchez y a Oscar Puente. El primero consulta empecinadamente su móvil, mientras el homo presapiens bosteza hasta el punto de arriesgar el encaje de sus mandíbulas. Betania lo resumía con un puntito melancólico: “Sánchez y Puente se aburren. Uno mira el móvil y el otro bosteza”.
La gran noticia del fin de semana ha sido el premio Nobel de la Paz concedido a María Corina Machado, gran momento para la reconquista de la libertad en Venezuela. Sánchez no la felicitó, naturalmente. Es más incomprensible que no lo hiciera el Rey de España, peor aún cuando la Casa Real lo explicó mintiendo: dijo que el Rey no felicita más que a los premiados españoles. Era mentira, porque sí felicitó al presidente de Colombia, Juan Manuel Santos cuando se lo concedieron a él.
Pedro Sánchez Pérez Castejón rizó el rizo: fue abucheado con los gritos de rigor a su llegada al desfile, tomó el olivo antes de que terminara el besamanos sin quedarse al tradicional corrillo con los periodistas. Hubo una excusa sobre el viaje que debía emprender para asistir a la firma del acuerdo de paz en Oriente Medio. ¿Y a qué va? Se preguntarán ustedes. Quarters colgaba una foto del ministro de Exteriores con una expresión seráfica, con esa sonrisa que ilumina la cara de los tontos. Y comentaba: “El retrasado éste dice que España ha tenido un papel decisivo en el acuerdo de paz de Gaza”.
El pretexto del viaje a Egipto era mentira, claro. No salía hasta esta mañana. La Infanta Sofía esbozó una sonrisita al oírse los primeros silbidos y abucheos a Pedro Sánchez. Fue un detalle de agradecer.
Contaba The Objective que dos activistas del del movimiento Futuro Vegetal atacan un cuadro de Colón en el Museo Naval de Madrid para denunciar el actual neocolonialismo extractivista que explota sus recursos naturales”. ¿Cómo acabar con estas performances subnormales? se preguntaban algunas buenas gentes en la red. Se me ocurre que de manera análoga a cómo se terminó hace unos años con la kale borroka que incendiaba autobuses urbanos con una propuesta que hizo en su día Ramón Jáuregui: empezaron a pasar la minuta del coste de los autobuses a los padres. Fue mano de santo. Ellos se encargaron.
Cesare Lombroso pondera que le hayan dado el Nobel a María Corina Machado sin tener en cuenta los criterios de Gonzalo Miró y Sarah Santaolalla.
Ione Belarra, ojos de loba: “El 12 de octubre debe quedar como un día para la recuperación de la memoria del genocidio en America Latina y nuestró país tiene que buscar otro día para celebrar su fiesta.
Pastrana: Lo peor de la historia de España es haber producido ejemplares como esta cosa.
Claro que tampoco debía olvidar a Irene Montero: “¿Cómo podemos seguir siendo una sociedad que celebra un genocidio, una invasión, un expolio, un saqueo?¿Cómo podemos seguir siendo una sociedad que no se da cuenta de que celebrar el expolio, el saqueo es lo que permite a las elites europeas justificar hoy la ocupación de Palestina? Y todo en este plan.
Tiene a quién parecerse. Pablo Iglesias ha seguido el magisterio de Sarah Santaolalla, la balaustrada, que había comparado a Hitler con Netanyahu. A Iglesias Turrión no le ha sentado bien el Nobel de la paz que se ha concedido este año a María Corina Machado. “Se lo podían haber dado a Hitler”, comentó. Andrei Serbin Pont, que se lo glosaba así: “Hola, Pablo. Con unos amigos estábamos haciendo apuestas de quién haría el comentario más hijo de perra sobre el Nobel a María Corina Machado y la verdad es que aunque todavía hay tiempo estamos seguros de que ganaste”. Joaquín Leguina lo glosaba muy justamente en The O bjective: “Que este tarado haya sido profesor en la Universidad Complutense y luego vicepresidente del Gobierno habla bien claro de adónde ha ido a parar la política española. Con una sedicente izquierda maleducada y mentirosa que en ningún gobierno de la UE tendría cabida.”
Claro que también se lo podían haber dado a su padre, que hacía propaganda de un grupo terrorista. O a él mismo, que se confesaba fan de la guillotina como elemento civilizador y deseaba a sus adeptos “besos y piolets, pezqueñines”. El piolet es la herramienta de paz con la que Ramón Mercader, aka Jacques Mornard, se abrió paso hacia el cerebro de Trotsky en su casa de México.
Cayetana Alvarez de Toledo comentaba el silencio del Gobierno sobre el Nobel de María Corina: “El silencio del Gobierno de España es la prueba definitiva de su complicidad con Maduro”.
OK Diario daba la noticia de que tras la inspección de Trabajo al contrato de Silvia Intxaorrenda, le han rebajado el sueldo en más de 100.000 euros al año. Bueno, sus infamias nos van a salir ahora un poco más baratas.
Jesús Astolfi colgaba un aviso en X: “Israel responde al Gobierno de España: “Tenemos material de sobra para destruir el Gobierno de España y al partido de extrema izquierda que los conforma (Podemos/Sumar). Sabemos todo lo que ocurrió en Atocha y sabemos todo lo que Pedro Sánchez habló con Mohamed VI entre otras cosas”.