- Se trata de un llamamiento de urgencia, de un S.O.S. a los partidos no nacionalistas para que se centren en lo mucho que los une y no en los detalles que los separan, para recomponer una alternativa ética, repleta de libertad, solidaridad, democracia y respeto a la vida
EH Bildu es una federación de partidos políticos cuyo principal soporte estructural, ideológico y social es el partido denominado Sortu, la actual marca electoral de ETA. Esta misma semana, al conocer la muerte por causas naturales del terrorista etarra Jakes Esnal, participante, entre otros crímenes execrables, en el atentado contra la Casa cuartel de la Guardia Civil en Zaragoza, perpetrado en diciembre de 1987 y en el que ETA asesinó a once personas, entre ellas a cinco niños, hiriendo a otras 88 personas, Sortu a través de sus redes sociales, le ha dado las gracias a este criminal «por trabajar por el país». Ahora llegaría el momento de las palabras gruesas y altisonantes proferidas por las personas decentes, llegaría la maldición de su nombre por parte de las asociaciones de víctimas, llegaría la constatación de ese horrible triple dolor que padecen las víctimas directas y sus familias: primero el asesinato real, después el asesinato social y ahora, como no y como remate, el enaltecimiento del criminal, llegarían las críticas políticas que reprocharan al Gobierno el sempiterno intento de blanquear o mirar hacia otro lado ante tanta ignominia.
Pero, para colmo de esquizofrenia, lo que no llega es una respuesta serena, pero firme, de los poderes públicos ante este repetitivo e inacabable escarnio. Veremos a algún familiar de este asesino, de pregonero en las próximas fiestas de Bilbao o de San Sebastián, veremos su foto en las txosnas mientras suena la alegre música festiva y veremos carteles de su dulcificada imagen en la próxima manifestación que esta jauría de personas indignas convoque para recorrer nuestras calles sembrando el miedo y marcando muy claramente los límites de lo que se puede pensar y lo que no, de lo que se puede hacer y lo que no.
No habrá fotos de los niños muertos. Hasta 21 niños asesinó ETA. Pero mientras gritan por Palestina, esconden a los niños asesinados en Erandio, Pamplona, Zaragoza o San Sebastián que ellos justificaron y celebraron. Indignos digo y me quedo corto. Les seguiremos viendo amenazantes en asociaciones, sindicatos, universidades e instituciones. Es imposible blanquearlos, es un esfuerzo inútil. Son lo peor de la sociedad. No hay escalón inferior. Me da igual su ideología política. Para ellos matar está bien. Ayer lo hicieron, lo jalearon y lo aplaudieron. Hoy lo siguen haciendo, sin vergüenza, con altanería y plenos de odio. Los sondeos electorales dicen que es muy probable que este detestable monstruo gane las próximas elecciones en el País Vasco. De hecho, en aquellos lugares en los que el miedo y la mentira ha calado muy hondo, ya gobiernan. Ciertamente, ese dato radiografía y define muy bien a la enferma sociedad vasca que ha construido con puño de hierro y durante décadas un nacionalismo ciego, inmoral e indecente, que con sus políticas está llevando al peor de los sumideros a todos los ciudadanos vascos. Los jóvenes se marchan a buscar un futuro mejor fuera del País Vasco. Las estadísticas comparativas reflejan simplemente la realidad. Olvídense de circunvalaciones, presupuestos, inteligencia artificial o inversiones. Son excusas. Olvídense de futuro, prosperidad o justicia social. Son palabras vanas, son simple atrezzo ante un escenario de manifiesta decadencia moral.
Este no es un artículo de «opinión», es un artículo de certezas y de hechos reales. No se trata de hablar de alternancia, del juego de la política o de la aritmética parlamentaria. No se trata de derecha o izquierda. No. Se trata de un llamamiento de urgencia, de un S.O.S. a los partidos no nacionalistas para que se centren en lo mucho que los une y no en los detalles que los separan, para recomponer una alternativa ética, repleta de libertad, solidaridad, democracia y respeto a la vida que alumbre de luz ética y de futuro real a las nuevas generaciones.
Rafael Carriegas Robledo fue diputado nacional del PP por Vizcaya