Juan Carlos Viloria-El Correo

  • Si Aliança Catalana sigue creciendo, Puigdemont tendrá que aumentar su hispanofobia

Caprichos de la política. Ha tenido que ser la extrema derecha, pero no la de Abascal, sino la de Silvia Orriols, independentista de Ripoll, hispanofóbica, antiinmigracionista y ultra a toda prueba, quien ha metido el miedo en el cuerpo a Carles Puigdemont. Tanto asustar con que viene Vox y ahora resulta que quien de verdad asusta es el independentismo de extrema derecha catalán, que, a su lado, hace que los posconvergentes de la proclamación de la República catalana de treinta segundos, con su financiación singular para el territorio y la exigencia de cooficialidad de la lengua en Europa, sean unos colaboracionistas con el Estado opresor. ‘Botiflers’ es poco decir.

Silvia Orriols y su Aliança Catalana representan el ‘desiderátum’ del independentismo. Nacionalismo etnicista, hispanofobia, fanatismo y agitación de la teoría del reemplazo. Es decir, que los flujos migratorios serían una artimaña del centralismo español para diluir la identidad catalana. La intransigencia como bandera, hasta negarse a participar en las elecciones generales «porque nos da igual la gobernabilidad del país vecino». Pero, otra vez caprichos de la política, por el efecto mariposa la detonación de Aliança Catalana le golpea en la línea de flotación a Pedro Sánchez, el gran agitador del miedo a la extrema derecha española.

El miedo de Puigdemont no es gratuito, porque, según sondeos de intención de voto, los de Orriols están en disposición de arrebatar a Junts la primera posición en Girona y Lleida. Pero hay un problema, porque con los de Aliança no se atreverán a levantar cordones sanitarios, ni a reventar sus mesas en la calle con la estelada, o rasgar sus carteles. Entre otras razones porque muchos nuevos votantes de AC proceden de sus filas. Son los frustrados del ‘post-procés’ y del malestar social que provocó la «ensoñación republicana», como dijo el juez Marchena. Y es que Cataluña es terreno abonado para la ultraderecha. Ha perdido peso económico, emprendedores y empresas se van, Barcelona está en pleno declive, la inmigración alarma y el futuro político es volátil. Eso explica que, aunque Orriols suba como la espuma, Vox también. La cuestión es cómo piensa Junts frenar el ‘tsunami’ Orriols que amenaza con llevárselos por delante.

De momento se han separado de los socialistas con una suspensión temporal de la convivencia. Pero si Aliança sigue subiendo en las encuestas, tendrán que aumentar su hispanofobia y puede que acaben dando una patada al tablero de la política española echando a Sánchez de la Moncloa.