Cristian Campos-El Español

1.Si borras tus mensajes de móvil tras enterarte de que te investigan las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado no estás ocultando pruebas o confesándote culpable de la manera más evidente posible. Sólo estás practicando una buena higiene digital.

Nueve de cada diez delincuentes, en efecto, recomiendan borrar los mensajes de móvil al menos una vez al día. Diez de cada diez adúlteros, también.

2. Gracias al juicio al fiscal general hemos podido saber que los tcharmiles mediáticos de Pedro Sánchez pueden tener la exclusiva periodística de sus vidas y, en lugar de publicarla y ganarse el favor inmediato del presidente, guardarla en secreto durante días para proteger al fiscal general, previendo un juicio que se celebrará un año después.

3. El argumento jurídico de «sé que el fiscal general es inocente porque conozco la fuente, pero no la puedo decir» dejó tan impresionados a los jueces del Tribunal Supremo que a Manuel Marchena le tuvieron que dar las sales y abanicarle durante media hora antes de que recuperara su ser y pudiera continuar el juicio.

4. Tener acceso a un documento antes que el fiscal general demuestra por lo visto que él no lo filtró, aunque después la Fiscalía elaborara una nota de prensa con frases textuales del mismo que demostraban una neurosis persecutoria y 100% bolivariana contra Alberto González Amador, el novio de Ayuso.

Lo que no impidió que, como por arte de magia, la obsesión personal del fiscal general del Estado coincidiera en la misma estrecha ventana de tiempo con la filtración a la prensa. ¡Qué casualidades pasan!

5. Que tres periodistas declaren haber tenido el correo antes que nadie, pero sin que ninguno de ellos lo publicara primero, es pura coincidencia, no coordinación.

En EL ESPAÑOL nos cortamos un dedo antes que coordinar nuestras informaciones con la competencia de El Mundo, el ABC o El Confidencial. Pero entre la prensa sanchista la cosa es, por lo visto, habitual.

Lo nunca visto: que tres periodistas sanchistas tengan una información que perjudica a la principal rival de Sánchez y se la guarden en nevera hasta que la información llegue al fiscal general del Estado.

¿Por qué?

6. El secreto profesional te permite declarar que alguien es inocente sin aportar ninguna prueba, convirtiéndote en juez, jurado y testigo (mudo) simultáneamente. Supongo que cuando no has dado una sola noticia en toda tu vida que haya perjudicado al PSOE, esa es lo más parecido posible a una exclusiva.

Me conozco el percal de memoria: soy catalán y conozco muy bien esa prensa catalana que nunca ha dado una sola noticia sobre la corrupción de CiU, Junts, ERC o el PSC.

7. Si varios periodistas afines al Gobierno testifican a tu favor, es decir a favor del Gobierno, eso no es una red mafiosa de influencias. Es periodismo independiente.

8. La Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil no sabe investigar ni los jueces instructores del Tribunal Supremo instruir, pero los columnistas de la prensa socialista niquelan ambas tareas.

¡A ellos les vas a venir con el Derecho romano cuando de Derecho rumano, el que utilizan en su día a día Leire Díez y el fiscal general del Estado, lo saben todo!

9. Cuando el presidente del Gobierno declara tu inocencia antes de que termine el juicio no está interfiriendo en el Poder Judicial. Está «confiando en la justicia». Siempre y cuando, claro, la justicia sentencie lo que él está ordenando sentenciar.

Y si luego te condenan a pesar de todo, pues se te indulta y se revienta el Estado de derecho, ese apaño franquista que tantas molestias genera entre los socialistas corruptos de bien.

10. Elaborar al dictado una nota de prensa con información confidencial no es hacer pública información confidencial. Es ejercer la transparencia para que esa información confidencial deje de ser confidencial y la conozca toda España.

Vamos a empezar a aplicar entonces esa transparencia a la vida privada de los políticos, los jueces y los fiscales sanchistas para ver si entre todos conseguimos que redescubran las virtudes de la confidencialidad.

O todos puritanos o todos libertinos.

11. Si todo el mundo tenía el correo, entonces nadie lo filtró. Es el milagro de la multiplicación de los documentos confidenciales.

Como en Asesinato en el Orient Express de Agatha Christie, todos se comprometieron a darle una puñalada al novio de Ayuso y todos se convirtieron así en la coartada de todos los demás.

12. Los fiscales pueden supervisar personalmente y con prisas qué frases entrecomilladas de un caso secreto se publican, pero eso no es filtrar secretos. Eso es preservar la dignidad de una institución.

De una institución que filtra secretos, claro.

13. Una fuente anónima que sólo habla con medios progresistas es mucho más creíble que los informes de la Guardia Civil.

Pero eso es porque en la España de 2025 hemos vuelto al Jurásico del Derecho y al Precámbrico del periodismo. Pronto veremos a los primeros periodistas monocelulares brotar de una charca de barro primigenio.

14. «No fue el fiscal general» es una verdad absoluta cuando sale de la boca de alguien que dice que no puede revelar cómo y por qué lo sabe.

Ahora dirán, tras pactarlo previamente, que el filtrador original fue un cualquiera (un cualquiera que recibió el correo filtrado como tantos otros) y aquí paz y después gloria.

¡Loado sea Pedro Sánchez en las alturas! ¡Todo es poco para él!

15. Tener un «dilema moral bastante gordo» en sede judicial es la nueva forma de decir «estoy mintiendo, pero tengo muy buena intención: la de salvar a un camarada con el objetivo de reventar a Isabel Díaz Ayuso”.

16. Si el Supremo te procesa con indicios suficientes, pero los periodistas dicen que eres inocente, obviamente el Supremo está equivocado.

¡Van a saber más de Derecho los jueces del Supremo que tú!

17. Cuando declaras que conoces al culpable, pero te niegas a revelar su nombre, el juez debe aceptarlo como prueba de descargo. Así funciona el Derecho procesal moderno.

En Afganistán, sobre todo.

18. Una máquina del fango es cualquier investigación judicial que incomode al Gobierno, aunque la ordene el Tribunal Supremo. Y si a ti te chirría esta afirmación, tú también eres fango y mereces acabar tus días en prisión.

19. En España hay dos sistemas judiciales. Uno para los ciudadanos y otro para los fiscales generales de Pedro Sánchez, su familia y sus minions. Y la obligación de la prensa es recordarlo uno y otro día, sin descanso. Que la turra no pare.

20. En realidad, el sanchismo mediático no debería preocuparse por nada. El Tribunal Supremo tiene difícil condenar a Álvaro García Ortiz porque el borrado de su móvil, a pesar de ser una prueba flagrante de culpabilidad, impide su condena más allá de toda duda razonable.

La Fiscalía sabía a quién filtraba la información y el sanchismo ha comprado a muy buen precio el silencio de sus terminales mediáticas.

¿Mi apuesta? El Supremo absolverá a Álvaro García Ortiz. Estado no come Estado. Pero, como dice el editorial de EL ESPAÑOL, Álvaro García Ortiz puede o no ser un delincuente.

Pero lo que está claro es que ha sido un peón de las cloacas de Sánchez contra Isabel Díaz Ayuso y que en esa guerra sucia, habitual en la historia del PSOE, él ha usado como arma arrojadiza una institución cuyo objetivo no es destruir a los rivales políticos de su amo, sino defender la legalidad.

*** Apúntate y recibe cada miércoles esta newsletter para leerla antes que nadie y no perderte la información más relevante.