Jesús Cuadrado-Vozpópuli

  • Una campaña sin complejos ni escrúpulos. Al estilo chavista, en las antípodas de Suecia o Dinamarca

Para resistir en Moncloa, sacrifica a los candidatos autonómicos socialistas, y los ridiculiza. El pasado miércoles, los españoles que encendieron la tele para averiguar cómo va a afrontar el presidente del Gobierno la falta de apoyo parlamentario se encontraron con otra exhibición de gamberrismo institucional del sanchismo en el Parlamento. En lugar de rendir cuentas, se dedicó a exigírselas a las comunidades autónomas. Cuando, como señaló Núñez Feijóo, la lógica democrática y el interés nacional exigen convocar elecciones, la coalición gubernamental y sus socios se hicieron los distraídos, en tanto el presidente “doctor”, como si durante estos siete años hubiera estado en la oposición, se dedicó a dibujar un plan electoral para confrontar con cada presidente autonómico.

La interpretación, al día siguiente en El PaísNicolás Sartorius, uno de los ideólogos socialistas de cultura comunista, escribió en un artículo guía las claves de la campaña electoral que Sánchez abrió en el Congreso. Para cada fracaso acumulado, réplica estándar: la culpa es del capitalismo. En el horizonte, una avalancha de retórica sobre fondos buitre y privatización de la sanidad. El intelectual sovietista tira del recurso habitual: blindar derechos en la Constitución. Pueden fallar en todo cuando gobiernan, pero, al ir a elecciones, anuncian decretar lo que Pablo de Lora denomina “los derechos de broma”, y ya está, solucionado. Al estilo chavista, en las antípodas de Suecia o Dinamarca.

Manipulación de datos

Una campaña sin complejos. Nadia Calviño ofrecía recientemente un anticipo. La ex vicepresidenta ha alardeado de injerencias suyas en el INE para inflar los datos de crecimiento económico. Eso, previa dimisión forzada de quien dirigía profesionalmente el organismo. Para obtener ventaja electoral, ha sido práctica habitual del sanchismo la colonización partidaria de las instituciones básicas del Estado, desde el Cis de Tezanos al Banco de España, del CNI a todos los órganos reguladores, ahora al servicio de comisionistas del Psoe. Y tienen sus motivaciones. Hace una semana Jesús Fernández-Villaverde, economista español del máximo prestigio internacional, publicaba un artículo en el que interpreta actuaciones como las de favorecer a la tecnológica china Huawei desde el Gobierno en estos términos: “La única explicación plausible es la venalidad de los dirigentes del Psoe, oficiales y reales”. Sí, es por dinero.

En este plan electoral, la movilización de la quinta de la ceja es central. Un ejemplo, el manifiesto de vergüenza ajena en apoyo a Sánchez de julio pasado, cuando los casos de corrupción apretaban. Iba firmado por los habituales Almodóvar, Ana Belén, Serrat, Miguel Ríos, etcétera. Cuando las evidencias inundaban los juzgados, estos artistas denunciaban “la crítica de conservadores y reaccionarios” como una conspiración contra el “Gobierno de coalición progresista”. Pasados solo tres meses, a uno de ellos, Víctor Manuel, le preguntaron en La Sexta si volvería a firmar y respondió “pues, seguramente, no”. ¿Qué quedará por salir?, pensaría. A todo este grupo le dio una lección por anticipado el gran Paco de Lucía: “Fui de izquierdas hasta que gané los dos primeros millones de pesetas y los guardé en el banco. Y no hice ninguna escuela, ni doné a los niños de África. Ya nunca más dije públicamente que era de izquierdas”.

Más pobreza, más desigualdad

Y la clave de bóveda del plan electoral sanchista: ¡la economía va como un cohete! De poco les servirá el cuento, si para los españoles va como un triciclo. Trucos como hacer pasar Pib total por Pib per cápita tienen poco recorrido. Basta leer el  IX Informe Foessa de 2025, recién publicado, para comprobar qué desastres han provocado los siete años de Sánchez en las economías familiares: mayor inestabilidad laboral, más pobreza, aumento de la desigualdad… La clave apuntada: con Sánchez se ha impuesto un modelo productivo de bajos salarios. En la misma línea, la Ocde refleja una evolución del salario medio en 2019-2024 que sitúa a España en el furgón de cola. Eurostat, en un informe publicado la semana pasada, muestra que nos alejamos cada vez más de Europa en poder adquisitivo de los salarios. La cesta de la compra no engaña y, en este contexto, solo a los fanáticos podrá convencer el “nuevo” plan sanchista.

Coda. ¡Qué indecente Rufián en el pleno del Congreso, calificando de “golpista” a la líder de la resistencia democrática venezolana María Corina Machado!