Pablo Sebastián-Vozpópuli
- El líder del PP parece tener prisa en el adelanto electoral
El hundimiento de Pedro Sánchez y del PSOE ha comenzado -aunque de manera muy lenta- y está arrastrando en su viaje al infierno de la política a sus compañeros nacionalistas de investidura PNV y Junts. Los que, aún sin romper del todo, se están apartando de Sánchez porque en el País Vasco como en Cataluña la compañía de Sánchez, ahora tocado por su corrupción, está favoreciendo a Bildu y la Aliança Catalana en sus respectivos territorios.
Hasta el punto de que Bildu ya supera al PNV y PSOE en el País Vasco y en Navarra, mientras Junts figura en Cataluña en tercer lugar (detrás del PSC y ERC) pero empatado con la Aliança Catalana de Silvia Orriols. Un empate que se rompería a favor de Orriols si Junts reanuda sus relaciones con el Gobierno y Puigdemont se hace una foto con Sánchez en Waterloo.
A la desesperada y mientras dice sin pudor que Ábalos era para él un ‘gran desconocido’ en lo personal -aunque está encarcelado por corrupción en su dimensión política- Sánchez se ha humillado ante Junts reconociendo que no ha cumplido el ‘pacto dé Bruselas’. Y prometiendo que lo cumplirá. Pero sin entender Sánchez que, ahora, es a Puigdemont a quien no le interesa la foto con un Sánchez en Waterloo porque su partido Junts , que además tiene a los Pujol en el banquillo, está inmerso en una crisis ‘existencial’.
El regreso del prófugo
Y porque Sánchez los engañó (como a todo el mundo) ofreciéndoles lo que no podía: el regreso del prófugo a España (antes dijo que lo traería preso); la lengua catalana en la UE; el control del Tribunal Supremo y de la corte de la UE. Y lo que no les quería conceder: la ‘financiación singular’ para Cataluña y la autodeterminación. Pero, sobre todo, porque Puigdemont, además de las mentiras e incumplimientos de Sánchez, sabe que en este momento está en juego la ‘supervivencia’ de Junst en la política catalana.
Y así, con el barco del Gobierno encallado en los arrecifes del Congreso y ardiendo sus costados por la corrupción, vamos a asistir al espectáculo de sus aliados nacionalistas saltando por la borda, como ratas que huyen del naufragio, y a los de la extrema izquierda (Podemos ya se puso el flotador) buscando salvavidas, mientras Sánchez sigue braceando en tan proceloso mar y chapoteando en la ciénaga de la corrupción intentando llegar a la orilla electoral de 2027.
La crucial cita en Extremadura
Pero el primer aviso del hundimiento electoral del PSOE les llegará en las elecciones de Extremadura del próximo día 21, donde Sánchez se empeñó en mantener como cabeza de cartel del PSOE a su líder extremeño y ahora procesado Miguel Angel Gallardo, con el único objetivo de ‘aforarlo’ como parlamentario extremeño y posible senador, para que el juicio del hermano del presidente, David Sánchez, se aplace dos o tres años.
Otro cortafuegos dilatorio que no impedirá el efecto dominó de escándalos y abusos del sanchismo. Donde ya han sufrido la reciente condena del Fiscal General García Ortiz, mientras la ‘peste porcina’ de la corrupción sanchista acaba de incorporar a los ‘cochinetes’ ya infectados de los Ábalos, Koldo, Cerdán y Leire Díez al asesor de monclovita de Sánchez, Paco Salazar, un acosador sexual que se paseaba con la bragueta abierta por los despachos que ocupaba en La Moncloa.
Todo ello mientras el hijo de Ábalos ha acusado a Begoña Gómez de haber impulsado, ‘por putero’, la caída de su padre, cuando ella había sido la contable de las saunas gays y los prostíbulos de la empresa de su padre Sabiniano. Del que Koldo dijo que había financiado las primarias de Sánchez de 2017 en el PSOE. Amen de los alquileres de las iniciales viviendas del matrimonio Sánchez/Gómez pagados por Sabiniano, como denunció Feijóo en el Congreso. Un Sabiniano a quien Sánchez, muy agradecido, invitó para que asistiera a su investidura en el palco de honor del Congreso de los Diputados.
De manera que, si la primera causa de la ruptura de Junts con Sánchez es el temor creciente a un ‘sorpasso’ de Aliança Catalana, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, que sigue dando palos de ciego con su amenaza de moción de censura como si se tratara de una piñata, debería de saber y entender que si para Silvia Orriols es inaceptable otro pacto de Junts con Sánchez mucho más grave sería que Junts pactara con el PP de Feijóo que representa a la única nación española.
Y esto ¿no lo saben en el PP? Pues no lo saben de la misma manera que no saben que el PP nunca debió -como lo ha hecho- cortejar a Puigdemont, un golpista, sedicioso, malversador y prófugo de la justicia. Lo que, por otra parte, constituye un gravísimo error político de Feijóo que benefició y justifica el notorio crecimiento electoral de Vox en la derecha española sobre todo a costa del PP.
Liderazgo de la derecha
Todo ello porque Feijóo parece tener mucha prisa en el adelanto electoral, no vaya a ser que en el PP, ante los errores y la debilidad de su liderazgo, se ponga en marcha una operación -como fue la de la caza de Pablo Casado– para que Isabel Díaz Ayuso encabece, ¡por fin!, el cartel electoral nacional del PP en las elecciones 2027, tras volver a ganar por mayoría absoluta en Madrid. Lo que nadie debería descartar dado que la presidenta madrileña -que dice que Sánchez la quiere ‘acuchillar’ como ella acuchilló a Casado- ya ejerce a diario y desde su sede en La Puerta del Sol de Madrid el liderazgo actual de la derecha española y de la oposición frente a Pedro Sánchez, el primer inquilino de La Moncloa, y también frente a Santiago Abascal, el líder de Vox.
O sea, que ‘en todas partes cuecen habas’ y ‘donde las dan las toman’, como se dice en el refranero español. Y cierto es porque Sánchez se va hundiendo poco a poco ante la impaciencia y la desesperación de un Feijóo que ha llegado incluso a cortejar al mismísimo Puigdemont. Lo que, además de ser un gran disparate, está beneficiando a Abascal y está promocionando para el liderazgo del PP a Isabel Ayuso, la lideresa y la primera inquilina de La Puerta del Sol de Madrid.