Miquel Giménez-Vozpópuli
- Que esto no eran unos casos “aislados” sino una macro trama de corruptelas tan tupida y extensa que nadie puede aducir que no sabía lo que pasaba
Tras los últimos acontecimientos y el número e importancia de lo socialistas que han sido detenidos el sanchismo ha hecho explosión. Quizá no se perciba extra muros del partido, pero sí de puertas adentro. Un importante dirigente del PSOE de antes, y ahora una silente escultura que con su no querer intervenir ha ayudado, y mucho, a consolidar a Sánchez – se lo espeté a bocajarro y se puso clorado como un tomate – me lo confesaba ayer, día en el que casualmente habíamos quedado para tomar un café. “Se ha acabado. Sánchez y todo el tinglado, pero también el socialismo. Esto nos costará muy caro”.
Yo le dije que si fuera así, cosa que no tengo muy clara porque hay mucho cenutrio dispuesto a sacar a hombros a Sánchez gritando “¡Vivan las caenas!”, lo tendrían más que merecido. Que esto no eran unos casos “aislados” sino una macro trama de corruptelas tan tupida y extensa que nadie puede aducir que no sabía lo que pasaba. Así es, le repliqué, esto se ha acabado para el sanchismo y todo lo que comporta. Incluso para Sánchez de quien se rumorea que está a media hora de pillarse un avión – me lo dijo ese dirigente – aunque yo no lo creo, porque muy mal tendría que ver la cosa para abandonar el poder. Ese es de los que se aferran al cargo con uñas y dientes.
El problema no es Sánchez, que sí, que también lo es. El problema es como una de las formaciones que fue uno de los pilares de la Transición pasó de organizar seminarios en Jávea para hablar de Eduard Bernstein, pionero en revisar el concepto del marxismo, Anthony Giddens, creador de la llamada Tercera Vía, o el frecuentemente citado por un servidor Norberto Bobbio al imperio de las saunas.
¿Cómo se va de Ludolfo Paramio a Leire Díaz sin pasar por la casilla de salida? Ese sería un debate interesante para entomólogos de la política pero a efectos prácticos creo que nos importa un huevo de avestruz. Que aquel partido se ha convertido en una máquina de corrupción es tan evidente que en la Internacional Socialista, donde Sánchez es el mandamás, incluso un partido con una tradición tan corrupta como el PRI mejicano se rasga las vestiduras ante lo que sucede en España, lo que ya es decir.
Ahora empieza la hora del navajeo y de ver si Leire, la que dijo ser periodista y estar elaborando un libro, cumple su amenaza acerca de que si el PSOE permite que vaya a la cárcel se van a enterar. No es la única que puede hablar de con conocimiento de causa.
Imaginen si Ábalos, Santos Cerdán, Koldo ed altri se ponen de acuerdo y organizan un orfeón. Cada detenido por la justicia, cada investigado, cada nuevo caso es un escalón más en la escalera del pánico por la que está cayendo Sánchez a velocidad de vértigo. Me decía el dirigente socialista – catalán, por cierto – que Adriana Lastra está tras las bambalinas de estos Idus de Marzo, intentando sacar tajada. Igual que Page y algún que otro/otra/otre más. Es lo mismo. Heredar el post sanchismo lleva veneno. Sobre todo cuando la primera pregunta que se hacen en Ferraz a primera hora de la mañana es si han detenido a alguien más. Al final, sólo quedará el portero. Y porque es automático.