- Desde un punto de vista colectivista, lo moralmente deseable no es que todo el planeta sobreviva, sino «desear» que todo el planeta sobreviva, aunque luego muera la mitad de la población.
En la columna de este domingo de Rosa Montero en El País se cruzan los caminos del mesianismo, la irracionalidad y la empatía suicida.
Rosa Montero cita en su columna el dilema moral planteado por Henry Shevlin, director educativo del Leverhulme Centre for the Future of Intelligence de la Universidad de Cambridge.
El dilema dice así:
«Imagina que en tu país todos deben escoger entre tomar una píldora azul o una píldora roja. Si más del 50% de la población escoge la azul, todo el mundo vive. Si no se alcanza ese porcentaje, los de la píldora roja viven y los de la azul mueren.
Para dificultar las cosas, cada núcleo familiar ha de tomar la misma píldora. Es decir, debes elegir color por ti, por tu pareja y por tus hijos, por ejemplo.
Y ahora piénsalo bien, piénsalo con calma y sinceramente: ¿tú qué harías? Es una decisión terrible, ¿no es así? Una deliberación verdaderamente agónica.
¿Merece la pena sobrevivir a cualquier precio? ¿Hasta qué punto de envilecimiento puede seguir siendo la vida digna de vivirse?».
Columna | «¿Merece la pena sobrevivir a cualquier precio? ¿Hasta qué punto de envilecimiento puede seguir siendo la vida digna de vivirse?», por Rosa Montero https://t.co/ByJQiDhm8j pic.twitter.com/AENFR2lIRG
— EL PAÍS (@el_pais) December 14, 2025
Cuando leí el dilema, pensé que no lo había entendido bien. Que algo se me estaba escapando.
Voy a reescribir el mismo dilema, pero un poco más claro, para que se entienda el absurdo.
«Debes escoger entre dos pastillas. La azul es venenosa. Pero si el 50% o más de las personas la escoge, se vuelve inocua e inmuniza contra sus efectos a toda la humanidad. La roja es directamente inocua. ¿Cuál escoges?»
¿Se comprende ahora lo ridículo del dilema? Sólo un imbécil con balcones a la calle escogería la azul y arriesgaría aquello que ya tiene garantizado simplemente escogiendo la roja.
Así que leí el texto de Rosa Montero por segunda vez.
Pero seguía sin ver el dilema por ningún lado. ¿Por qué escoger la azul? Especialmente cuando mi decisión compromete también a mi familia.
«Espera, cariño, voy a poner tu vida, la mía y la de los niños en riesgo pudiendo optar, sin perjuicio para absolutamente nadie, por la opción que nos asegura a todos la supervivencia».
O dicho de otra manera, ¿cuál es la ventaja de la pastilla azul, si pone tu vida en manos del azar?
Pero para Rosa Montero, el dilema es «terrible» y «agónico». Incluso insinúa luego que la opción de la pastilla roja es «envilecedora» y conduce a una vida «que no es digna de vivirse».
Ahí es nada. «No es digna de vivirse».
Claro, hay una posible explicación para la «agonía» de Rosa Montero.
Pero es tan estúpida que hasta yo, cuya confianza en la racionalidad del prójimo ronda el cero absoluto, me resistía a atribuírsela.
Así que recurrí a la IA.
«¿Por qué Rosa Montero cree ver un dilema allí donde yo no veo ninguno?» le pregunté a la IA.
Y me contestó esto:
«El dilema que Rosa Montero ve radica en una tensión moral, no en la lógica fría. Aunque la elección de la pastilla roja parece ‘obvia’ (sobrevives siempre y, si todos la eligen, nadie muere), Montero la enmarca como una elección que podría implicar un ‘envilecimiento’ o degradación ética.
Elegir rojo representa el camino seguro, pero potencialmente egoísta o conformista: priorizas tu supervivencia y la de tu familia, pero abandonas la esperanza de un outcome mejor para todos (donde la mayoría azul salva a la sociedad entera).
En cambio, optar por la azul es un acto de fe y heroicidad: arriesgas todo por un mundo donde prevalezca el bien común, pero con la incertidumbre de que otros no te sigan.
Para Montero, esto ejemplifica que la verdadera prueba del carácter humano surge cuando la supervivencia choca con valores superiores, y elegir lo ‘seguro’ podría equivaler a una vida no digna de ser vivida si implica traicionar esos valores».
O sea que sí. Que la cosa era tan estúpida como parecía.
Pero ojo, que Rosa Montero no está sola. Porque en las respuestas al tuit original de Henry Shevlin, el 62% de los tuiteros escogió la pastilla roja y el 38%, la azul.
Luego hice la prueba en mi propia cuenta de X, avisando incluso de que el dilema era estúpido. Y el 33% de la gente escogió la pastilla azul.
Así que parece razonable suponer que aproximadamente una de cada tres personas escogería la azul y dos de cada tres, la roja.
Everyone in your country has to take a blue pill or red pill.
– if >50% pick blue, everyone lives.
– if not, red pills live and blue pills die.One person picks a single colour for their whole household. What do you choose for yourself, your partner, and kids?
— Henry Shevlin (@dioscuri) November 26, 2024
Es decir, que si una raza de alienígenas sádicos aterrizara en la Tierra y nos planteara este dilema, 3.140 millones de idiotas se suicidarían voluntariamente a cambio de la satisfacción de haber escogido la opción «moralmente correcta» aunque hubiera una opción alternativa que les garantizara el resultado deseado (sobrevivir) sin incertidumbres ni perjuicio a terceros de ningún tipo.
Lo que demuestra que, desde un punto de vista colectivista, lo moralmente deseable no es que todo el planeta sobreviva, sino «desear» que todo el planeta sobreviva, aunque luego muera la mitad de la población. Vivan mis buenas intenciones manque pierdan.
Atentos, porque la diferencia entre una y otra opción (entre sobrevivir y «desear» que todos sobrevivan) no es sutil y, además, define a la perfección cómo entiende una parte importante de la humanidad la moralidad. La moralidad, y la ideología.
Porque lo que dice este dilema es que hay gente dispuesta a sacrificar su propia vida, la de su familia y la de millones de personas a cambio de una fantasía: la de que sus deseos son moralmente superiores a los de quienes optan por la elección que garantiza el resultado que todos desean.
O sea, que morir colectivamente es superior moralmente a sobrevivir individualmente.
O lo que es lo mismo: mejor morir colectivamente que sobrevivir todos en base a decisiones individualmente «egoístas».
Así que para el colectivista medio, que 8.264 millones de seres humanos sobrevivan no tiene ningún valor si él no disfruta de la sensación de que sus deseos son moralmente superiores a los del resto de los seres humanos.
Y es más. Que él, su familia y casi la mitad de los seres humanos mueran como consecuencia de ese exhibicionismo moral es «heroico» puesto que su intención «era buena».
Es una combinación extrañísima de beatería infructuosa, hijoputez larvada, incapacidad para el pensamiento lógico y complejo de mala persona que se purga (en el caso del dilema planteado) en ellos mismos, en su familia y en los demás.
Yo escogería la pastilla roja sin dudarlo un segundo.
Y respecto a los 3.140 millones de idiotas que escogieran la azul, pues allá ellos. El que sólo bebe cerveza, se lo merece. Y el que vota muerte, pudiendo vivir, también.
La verdadera «agonía» es que, en la vida real, la elección de Rosa Montero también nos acaba matando a los que escogemos la pastilla roja. Lo que, a la vista está, hace infinitamente más atractiva para los y las rosasmontero de la vida la pastilla azul.
De hecho, ese es todo el atractivo de la pastilla azul: la colectivización de la muerte.
La pastilla azul, por si no han entendido la moraleja de Rosa Montero, es el socialismo.
Y eso dice todo lo que uno necesita saber sobre el socialismo y el porqué de la atracción del socialista medio por la destrucción de todo lo que huela a vida, librepensamiento y sentido común.
PD: Aparentemente, el «dilema» original radica, según Henry Shevlin, en que siempre habrá gente que no piense lógicamente y que escoja la azul, así que esa gente sólo podrá ser salvada de la muerte si un número suficientemente alto de quienes escogerían la roja deciden arriesgarse y optar por la azul de forma altruista. Pero ese es un dilema diferente que presupone que el prójimo es estúpido y que los demás hemos de poner en riesgo nuestra vida para salvar a los idiotas de sí mismos.
The problem is that not everyone will be rational and pick red. Those people can only be saved if others join them in picking blue.
— Henry Shevlin (@dioscuri) November 27, 2024