Editorial-El Debate

  • La victoria del PP en Extremadura, la irrupción de un frente de izquierdas y un nuevo retraso en el Presupuesto desinflan el entusiasmo de Sánchez

Pedro Sánchez inicia el año 2026 con claras señales de agotamiento a su alrededor: el arrollador triunfo del PP en las elecciones extremeñas, unido al auge de Vox; la irrupción en el horizonte de un frente de siglas a la izquierda del PSOE, mientras crecen dentro las voces díscolas lideradas por el exministro Jordi Sevilla; y el nuevo retraso en la presentación de los Presupuestos, postergados al menos hasta el primer trimestre. Todo ello ha desinflado el entusiasmo con el que Sánchez abría un ciclo electoral en España que se antoja crucial para la estabilidad de la legislatura y para su futuro como secretario general del partido.

El fiasco en Extremadura no lo es solo por el raquítico resultado de los socialistas, que perdieron la cita con las urnas por primera vez -tocaron fondo con 18 escaños con la candidatura de Miguel Ángel Gallardo, diez menos que en 2023-. Casi cobra una mayor relevancia la suma de votos de sus rivales. Aunque el PP de María Guardiola no lograse con sus 29 diputados la mayoría absoluta para librarse de las ataduras de Vox, su contundente victoria y el ascenso de quien está llamado a ser su socio necesario para la investidura constituyen un serio toque de atención para Sánchez en próximas convocatorias. Lo que se ha venido en definir como cambio de ciclo político se explica en que las derechas han aglutinado nada menos que el 60% de los sufragios en juego en lo que era un feudo socialista. Con ese balance, los partidos afrontan el siguiente duelo en Aragón el 8 de febrero.

Está por ver el efecto de las medidas aplicadas por el líder del PSOE para paliar los daños y prevenir otros. La entrada de Milagros Tolón como ministra de Educación y el ascenso de Elma Saiz a la portavocía del Gobierno confirman su voluntad de rodearse de fieles para compensar la salida de Pilar Alegría, cabeza de lista en los comicios aragoneses. Una cita para remarcar el retroceso de los socialistas o la remontada.

En su entorno, Sumar debe decidir si se deja atraer por los cantos de sirena de las izquierdas, mientras Jordi Sevilla examina el desencanto con las políticas de Sánchez. Lo que sí es una realidad es el nuevo aplazamiento en la presentación del Presupuesto por falta de apoyos, a la espera de un gesto de Junts y de la reacción del PNV al incumplimiento de traspasos comprometidos. Para entonces, la sucesión de resultados electorales en Aragón y, un mes después, en Castilla y León quizá no haga necesario el eventual regreso de Puigdemont para el devenir de la legislatura.