La detención de siete presuntos miembros de ETA practicada por la Ertzaintza no pasó desapercibida para los medios de comunicación hispanohablantes de América del Sur. Sólo el corresponsal del diario argentino El Clarín destacó el aspecto más novedoso: que será la primera vez que los miembros de la banda terrorista también sean acusados de tráfico de drogas.
Sospechan una crisis de financiación en la organización separatista. En un operativo, la policía autónoma vasca incautó dosis pequeñas de cocaína y marihuana.
ETA será acusada por primera vez ante la justicia por tráfico de droga, anunció ayer el Consejero de Interior del gobierno socialista vasco, Rodolfo Ares. La detención de un importante comando de la organización terrorista y el arresto de siete personas acusados de varios actos de violencia culminó, además, con un resultado inesperado al encontrar la policía autónoma vasca bolsitas de cocaína listas para vender, marihuana y diversos elementos para manipular la droga.
La acusación de narcotráfico estará contenida en un segundo expediente después que se imputara a los siete detenidos por diversos atentados terroristas.
ETA vive en estos momentos su peor momento en cincuenta años de actividad terrorista. La organización está a la desbandada, un 150 presos de ETA, 25% del total de 600 detenidos en cárceles españolas no se han sumado a una campaña ordenada por la dirección para realizar diversos actos en enero.
Los duros golpes de las fuerzas antiterroristas, a los se ha sumado ahora la policía autónoma vasca, ha creado una seria crisis de financiación que limita todavía más las actividad de la organización. Esta es la razón, según fuentes de la investigación, por las que ETA se ha lanzado a participar en el narcotráfico para continuar con su campaña de violencia.
Las pruebas de la participación de ETA en el narcotráfico las encontró la policía autónoma vasca que el martes pasado inició un vasto operativo para arrestar a un comando muy importante integrado por terroristas no fichados.
Cinco pistoleros fueron arrestados en seis localidades de Guipuzcoa y Vizcaya y otros dos terroristas pocas horas después. También fueron descubiertos tres escondites de armas y explosivos y la sorpresa para la policía vasca fue el hallazgo de 41 bolsitas conteniendo cocaína listas para comercializar. Además, se encontraron dos bolsas con marihuana y elementos para manipular las drogas como cuatro balanzas y substancias para «rebajar» la cocaína.
Los capturados son responsables de un espectacular atentado con coche bomba con cien kilos de explosivos en 2008 contra la comisaria de la policia vasca en Ondarroa, que provocó gran destrucción no solo en la sede de la Ertzainza sino en muchas casas vecinas y catorce heridos. El grupo desarticulado también atacó con explosivos las obras del Tren de Alta Velocidad uno de los principales objetivos de sabotaje para ETA y repetidores de televisión.
«Las detenciones del comando terrorista con drogas listas para comercializar y elementos para manipular la cocaína confirman mis revelaciones sobre los vínculos de ETA con el narcotráfico». Así lo declaró ayer el escritor italiano Roberto Saviano, autor del libro «Gomorra» sobre las actividades de la camorra napolitana, y también colaborador de la película del mismo nombre.
Saviano denunció que ETA obtenía drogas de las FARC colombianas «para conseguir a cambio apoyo y armas». «Me pregunto por qué el Gobierno español se ha dado cuenta sólo ahora. Hace dos años que cuento cómo las investigaciones de la policía antimafia italiana han demostrado que ETA trafica con cocaína ¿Por qué el Gobierno lo desmintió cuándo yo insistía en que ETA es una organización implicada en la dinámica del narcotráfico internacional?», precisó Saviano.
Las revelaciones sobre el hallazgo de pruebas concretas sobre las actividades de ETA en complicidad con el narcotráfico, aumentarán el desprestigio en que está sumergida la organización. Una cantidad importante de presos se desvinculan de la disciplina, nueve importantes dirigentes han sido expulsados. En todos ellos ha ganado fuerza la tendencia de quienes quieren abandonar la violencia terrorista porque este planteo lo rechazan incluso simpatizantes del nacionalismo radical afín a Batasuna.
Pero, la dirección de ETA está en manos de los más irreductibles, partidarios de continuar «con un enfrentamiento total con el estado para obligarlo a negociar». Es obvio para los nacionalistas radicales que ésta es una posición absurda teniendo en cuenta la debilidad operativa de ETA. El descubrimiento de sus actividades de narcotráfico para financiarse no hace sino aumentar esta convicción y el aislamiento terrorista.
EL CLARÍN, 31/1/2010