ETA garantiza a los verificadores que no volverá a la violencia

DIARIO VASCO, 27/1/12

Los expertos instan a los etarras a iniciar el desarme para evitar «situaciones potencialmente peligrosas»

ETA «está comprometida» con el cese definitivo de su actividad armada y «no tiene intención alguna» de volver a cometer atentados, aunque sigue estando «armada» y cometiendo delitos como la falsificación de documentos. El informe emitido ayer por la Comisión Internacional de Verificación, en adelante CIV, constata y explica el trabajo que los seis expertos internacionales están realizando para «contribuir a la oportunidad histórica de una paz duradera». Y aunque evidencia que ETA «sigue siendo una organización clandestina», expresa su convencimiento de que la decisión comunicada el pasado 20 de octubre de poner fin a los atentados es parte de «un proceso irreversible».

Los verificadores, que estos días han visitado por segunda vez Euskadi y se han reunido con partidos, empresarios o representantes de la Iglesia para recabar información, publicaron el primer análisis de situación tras el cese definitivo de la violencia. La CIV especifica que sus consideraciones derivan de «contactos directos» con ETA, y que a ellos la organización armada les ha trasladado que «está comprometida» con las dos comunicaciones más relevantes que ha realizado en el último año, la del pasado mes de enero cuando decretó el alto el fuego permanente y la, fundamental, el anuncio del cese definitivo de su actividad armada el 20 de octubre. Ese compromiso se traduce, según interpretan los verificadores, en una decisión clara de no volver a atentar. «ETA no tiene intención alguna de cometer u organizar actos de terrorismo o violencia en el futuro», afirma el grupo formado por Ronnie Kasrils, Ray Kendall, Chris Maccabe, Ram Manikkalingam, Satish Nambiar y Fleur Ravensbergen.

Todos ellos, con experiencia en la resolución de otros conflictos violentos en diversas partes del mundo, creen, tras estos primeros meses de trabajo, que el proceso hacia la paz con mayúsculas va bien encaminado y es «irreversible», pese a que evidencia que ETA «sigue siendo una organización clandestina y armada».

Tras esta constatación, los verificadores admiten que la ausencia de asesinatos, atentados, agresiones, amenazas y extorsión -tal y como les han confirmado sus interlocutores políticos y sociales en Euskadi- no significa que la organización no comenta «actos ilegales» como la falsificación de documentos o el mantenimiento de los arsenales. La CIV reconoce que sigue siendo así, pero matiza que dichos delitos «no están necesariamente relacionados con la preparación de actos violentos».

Junto a estas ‘acciones’ de ETA, la comisión advierte también de la existencia de «incidentes aislados de desórdenes de tipo kale borroka» o indica que «toma nota» de las cuestaciones «a favor de los familiares de presos», pero también desvincula ambas de la decisión del alto el fuego.

Así las cosas, la CIV advierte en primer lugar a la organización armada de que «la posesión continuada de armas y explosivos puede dar lugar a situaciones potencialmente peligrosas», e insta de forma no directa a los etarras a comenzar el desarme y, «especialmente» a dejar de portar «armas personales».

Esta cuestión, la del desarme, es uno de los puntos técnicos cruciales en este proceso de verificación del fin del terrorismo, y aunque por el momento no hay movimientos en ese sentido, la CIV especifica que «ha comunicado» a la banda su recomendación para que comiencen a deshacerse de los arsenales.

Respecto a los actos de violencia callejera o la recolecta de ayudas para los familiares de presos -cuestiones de las que les han informado los grupos políticos vascos-, lanzan una reclamación. Y es que «en este momento delicado es imperativo que todos actúen de forma comedida y responsable».

La petición llega después de que el ministro del Interior alertara hace unos días sobre las peticiones de ayuda económica para familiares de presos, y asegurara que mientras ETA no desaparezca las donaciones «no se realizan en libertad». Jorge Fernández Díaz no quiso hablar de extorsión, pero sus declaraciones sembraron unas dudas que incluso el Gobierno Vasco tuvo que matizar. Para evitar este tipo de situaciones, los verificadores llaman a actuar con cautela.

Contacto con Lakua

Las consideraciones de la CIV se hicieron públicas después de que en los dos últimos días, sus integrantes completaran su información con los protagonistas políticos y sociales vascos, y trasladaran a partidos, sindicatos y empresarios, como adelantó ayer DV, la marcha positiva hacia la paz. Los verificadores han mantenido reuniones con dirigentes del PSE-EE, el PNV, partidos de la izquierda abertzale, los sindicatos ELA, CC OO, LAB y UGT, la asociación empresarial Confebask, miembros de la Iglesia y «autoridades del País Vasco».

Se desconoce si este último entrecomillado se refiere a algún encuentro con miembros del Gobierno Vasco, un hecho que «no consta» a fuentes próximas al Ejecutivo de Patxi López. Pero los verificadores sí reconocen que el Ejecutivo socialista, igual que el partido, está al tanto de todos sus trabajos y que ha habido y seguirá habiendo contacto directo con miembros del Gobierno Vasco.

Con quien por el momento parece que no ha existido es con el central. La CIV no alude en su informe al Ejecutivo de Mariano Rajoy, aunque como paso previo espera poder hablar con el PP vasco para informarles de su labor y recabar su opinión. El grupo de verificación volverá a Euskadi dentro de un par de meses para seguir recabando información y dar cuenta del trabajo, y los avances en su caso, que se seguirá realizando.

DIARIO VASCO, 27/1/12