LA RAZÓN, 11/5/12
La actividad de la banda terrorista choca con el supuesto «cese definitivo de la actividad armada»
MADRID- Las Fuerzas de Seguridad tratan de averiguar la identidad de los individuos del País Vasco y Navarra que, sin estar sometidos a requisitoria judicial o carecer de antecedentes, han abandonado sus hogares (se calcula que una docena) en el último año y medio y se han incorporado a «la reserva» de ETA.
La banda, a diferencia de lo que ocurría cuando se inició el llamado «proceso», a partir de finales de 2009 y hasta la llegada del Partido Popular al poder, rechazaba el ingreso de nuevos miembros por dos razones: el temor a que estuvieran vigilados y propiciaran detenciones en Francia; y la escasez de operatividad para impartir cursillos de formación a nuevos pistoleros.
Paso de frontera
Sin embargo, de un tiempo a esta parte, tal y como confirmó el secretario de Interior, Ignacio Ulloa, se han detectado movimientos que hacen sospechar que se producen nuevas incorporaciones a la banda. En cualquier caso, se trata de algo que choca frontalmente con la supuesta voluntad de ETA de «cese definitivo de las actividades armadas», anunciada el año pasado.
La banda prefiere a los individuos que carecen de antecedentes penales o policiales, por actividades de terrorismo callejero («kale borroka») ya que, al no estar en la lista de los más buscados, sus movimientos en Francia se producen con menos problemas. Se trata de la auténtica «cantera» con la que cuenta la banda para, llegado el caso, cometer atentados y otro tipo de acciones criminales.
Su incorporación a la banda es plena y colaboran en el robo de vehículos; alquiler de pisos y otro tipo de viviendas, además de realizar, dentro de la mayor clandestinidad, los cursillos sobre el funcionamiento de armas y explosivos.
Los últimos casos conocidos son los de Íñigo Sancho y Rubén Rivero, detenidos en Francia el pasado mes de enero, cuando habían acudido a recoger a la estación de Joigny a Jon Echeverría, que había viajado a París a comprar materiales y, probablemente, a entrevistarse con cabecillas de la banda. Ambos pertenecieron en su día a Segi, las juventudes proetarras, y no tenían ninguna requisitoria judicial. Es decir, se fueron a Francia para integrarse en ETA.
Junto a ellos, se han incorporado a la banda los huidos de las últimas operaciones desarrolladas por las Fuerzas de Seguridad en territorio español: Andoni Goicoechea Gabirondo, del «comando Erreka», al que la Guardia Civil requisó, en abril del año pasado, en un caserío de Legorreta (Guipúzcoa), el mayor arsenal de explosivos encontrado nunca en España. Entonces, fueron arrestados los hermanos Aitor e Igor Esnaola, así como Lander Echeverria, que actuaba de correo entre el comando y la cúpula de la banda terrorista. Asimismo, se sospecha que también se ha integrado en la banda Ekhine Eizaguirre Zubiarre, que huyó en 2010, al ser detenido por la Benemérita el etarra Ibai Beobide, que había sido enviado a España para organizar varios «comandos» y fijar objetivos de atentados.
En la lista de los terroristas más buscados están Oier Ibarguren Sarasola, huido de una operación contra Segi desarrollada en 2010; Anartz Aranbarri Echaniz, que logró escapar en el mismo año, al desarticular la Ertzaintza el «comando» «Kresala», al que también pertenecía Javier Aramburu Sagarminaga, nadador profesional y sin antecedentes hasta ese momento, que consiguió eludir la acción policial.
En la lista de los etarras más buscados, además de los actuales cabecillas de la banda, Irache Sorzábal; Izaskun Lesaca y David Pla, figuran Ugaitz Errazquin Tellería, al que se imputa el asesinato del militante socialista Isaías Carrasco; Iñaki Imaz Munduate, de la célula «Urederra», a la que también pertenecía Ignacio Lerín, en paradero desconocido; Eneko Aguirresarobe Olagoy, huido desde 2008, al igual que Raúl Adunas, etcétera.
Nuevos etarras entre los más buscados
La Guardia Civil incluyó, el pasado mes de marzo, en la lista de los etarras más buscados, a Anartz Aranbarri Etxaniz, y lo hizo porque la Ertzaintza lo había insertado en la página que, con el mismo fin de buscar la colaboración ciudadana, tiene en su web.Aranbarri (en la foto) como se explica en esta misma página, escapó en 2010, pero en 2011 lo hizo un miembro del «comando Erreka», Andoni Goicoechea, el último huido hasta el momento. Aranbarri, al igual que Javier Aramburu Sagarminaga, que también figura en la página de los más buscados, pertenecieron al «comando Kresala», que fue desarticulado por la Ertzaintza.
LA RAZÓN, 11/5/12