La amenaza del terror global

Editorial, LA VANGUARDIA, 3/8/12

La Comisaría General de Información del Cuerpo Nacional de Policía detuvo el miércoles en Almuradiel (Ciudad Real) y La Línea de la Concepción (Cádiz) tres presuntos miembros de Al Qaeda preparados para atentar en España o algún otro estado europeo, según reveló ayer el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz. Dos de los detenidos son ciudadanos de repúblicas rusas -uno de ellos, de Chechenia- y un tercero, de nacionalidad turca. Este último residía con su esposa, de nacionalidad marroquí, en una casa de San Roque (Cádiz), donde la policía encontró suficiente material explosivo, combinado con metralla, para destrozar un autobús, según detalló el ministro. El detenido trabajaba en Gibraltar. Cada día cruzaba la frontera internacional que separa la colonia británica de España. Los supuestos chechenos fueron detenidos en una parada de autobús de la ruta Cádiz-Irun, lo que hizo pensar que se dirigían a Francia, sospecha que precipitó la operación.

La presencia de los tres supuestos terroristas en España se detectó hace un mes. Se les relaciona con el grupo yihadista LET (Lashkar-e-Taiba, Ejército de los Puros, en árabe) vinculado con Al Qaeda, al que se atribuye el atentado perpetrado en 2008 en Bombay en el que murieron 170 personas. A pesar de las incógnitas abiertas, que tendrá que aclarar la investigación emprendida por la policía y la Audiencia Nacional, los tres supuestos yihadistas ya estaban en el punto de mira de los servicios secretos occidentales.

Hay que felicitarse pues porque la actuación de la policía y la cooperación internacional hayan podido evitar la posible comisión de atentados en España o algún otro país. Y hay que recordar que España, que sufrió en carne propia el embate brutal del yihadismo violento con los atentados de Madrid del 11 de marzo del 2004, donde murieron 191 personas y resultaron heridas más de 1.800, nunca ha dejado de ser objetivo del terrorismo global. Así lo evidencian las detenciones de terroristas, los llamamientos realizados por Al Qaeda y sus grupos afines a «reconquistar Al-Andalus» o el interés por reclutar activistas en suelo español.

Es cierto que Al Qaeda recibió un golpe letal en el 2011 con la detención y posterior ejecución en manos de tropas especiales de EE.UU. de su máximo líder e ideólogo, Osama bin Laden, diez años después de los atentados del 11-S en Nueva York y Washington. Muchos otros altos cabecillas han sido detenidos. Y la operatividad de la organización terrorista se ha resentido. Pero eso no quiere decir que el peligro se haya alejado ni que se tenga que bajar la guardia.

Editorial, LA VANGUARDIA, 3/8/12