El dilema está planteado. Querer y poder, un Gobierno contra otro,  una ley frente a otra. Y en el centro, la paga extra de los 67.000  funcionarios vascos, que por ahora sigue en el aire. Por encima de  argumentos jurídicos y políticos, la premura de tiempo puede convertirse  en la razón última que fuerce la voluntad de ambos ejecutivos; la de  impedir su abono en el caso del central y la de autorizarla en el caso  del Gobierno de Patxi López. Las dos administraciones lo saben y han  comenzado a acelerar los pasos para hacer cumplir sus objetivos.
El último en anunciarlo fue el Ejecutivo de Rajoy, que ayer  aseguró que apremiará al Consejo de Estado para que emita en un tiempo  récord de tres días un informe para que la Abogacía del Estado pueda  presentar ante el Constitucional un Conflicto Positivo de Competencia.  El TC podría aceptarlo en apenas cinco días y bloquear de manera  inmediata el anuncio del Gobierno vasco.
El Consejo de Ministros aprobó ayer la decisión de precipitar la  batalla legal al considerar que pagar la extra contraviene el Real  Decreto Ley 20/2012 de 13 de julio de medidas para garantizar la  estabilidad presupuestaria. La decisión llega después de que el Delegado  del Gobierno, Carlos Urquijo, instara el jueves al Ministerio de  Hacienda a tomar medidas de manera urgente.
Ahora, el Gobierno central deberá solicitar al vasco un documento  que certifique que la decisión de autorizar el pago de la extra es  firme, ya que el mero anuncio público, jurídicamente no es suficiente.
El conflicto de competencias que se plantee vuelve a dejar en el  aire la posibilidad de que los empleados públicos de la Administración  vasca lleguen a cobrar la paga este mes. Si tanto el Consejo de Estado  como el Tribunal Constitucional acortan los plazos en la toma de sus  decisiones, el abono de la nómina extraordinaria podría no hacerse  efectiva. Fuentes del Ejecutivo de Patxi López apuntaron ayer que la  orden de pago podría darse entre el 10 y el 12 de diciembre, si bien el  ingreso no se produciría hasta días después, avanzada la segunda  quincena de mes.
Para que la paralización sea legal, basta con que el Pleno del  Constitucional admita a trámite la providencia que le remitirá el  Gobierno, sin necesidad de esperar a que emita el dictamen que resuelva  la cuestión.
La vicepresidenta del Ejecutivo, Soraya Sáenz de Santamaría,  aseguró ayer que este mecanismo se aplicará sobre todas las comunidades  que «incumplan la legislación del Estado», incluidas Extremadura y  Navarra. Apuntó que se estudiarán las «fórmulas» elegidas por estas  comunidades, que optan por adelantar el abono de las pagas de 2013 para  determinar si así se vulneran las leyes.
El Gobierno vasco reiteró ayer que  con su intención de pagar la  extra no incumple ninguna ley. En un comunicado recordó que ya en julio  inició un procedimiento contra el citado decreto ante el Constitucional  «por vulnerar competencias atribuidas a la comunidad autónoma y por  intentar aplicar una interpretación abusiva de lo que debe ser  legislación básica». López considera que su actuación sólo responde a la  aplicación de una «ley vigente», como es la de presupuestos de 2012, y  basándose en «un informe muy sólido» de sus servicios jurídicos.
El Ejecutivo vasco entiende que el Gobierno del PP recurra ante  el TC si considera que se incumple la ley «pero supone un abuso que  trate de imponer la aceptación de sus tesis mediante amenazas fuera de  lugar contra los funcionarios».
En su escrito va más allá y acusa el Ejecutivo de Rajoy de  «compensar con autoritarismo y advertencias que suenan a chantaje» la  falta de criterio de las medidas que ha adoptado para reducir el  déficit. Añade que esos son «los riesgos de legislar desde La Moncloa a  golpe de decreto en vez de hacerlo desde el Parlamento».