Si en su día la Justicia pudo establecer que el Engendro de las Tierras Vascas no estaba relacionado con Batasuna, hoy se trata de demostrar que Batasuna no tiene nada que ver con Batasuna. Ni Otegi con Otegi. De hecho, en el BEC no se reunirá nadie para no decidir nada. Claro que si se reunieran y fuesen Batasuna igual podrían condenar la violencia de ETA.
¿Por qué no nos vamos a la porra? Va a ser lo mejor. Cogemos, nos juntamos y no, no hace falta que montemos en ningún autobús ni que consigamos un vuelo barato. Basta con que empuñemos el boli y anotemos quiénes creen que se va a celebrar la asamblea de Batasuna el día 21 en el Bilbao Exhibiton Centre -toma- y quiénes no, vamos, la porra de toda la vida, sólo que también se admitiría dinero sobre el no sabe/no contesta porque hay mucha enjundia política. O lo que sea, porque parece que hemos entrado en una de esas fases en que la política se judicializa y ya no hay quién se aclare sobre si prevalece más un derecho fundamental, una sentencia del Supremo o una interpretación de la ley tan libérrima que no es que sea ya dura lex o duralex, sino tan siquiera lex. A esta última opción se han apuntado desde el PNV -pedía un esfuerzo, es decir, inhibición, para que los chicos de Batasuna pudieran asamblearse- a José Blanco que ya habló en su día de que «la ley será interpretada y aplicada en función del interés general» -¿y no de las posibles contravenciones?-, pasando por ese Pastor del PSE que podría tomarse por el precursor de la doctrina que parece estar imponiéndose. pues sostuvo antes que nadie que el acto de Bilbao «ha sido convocado por personas físicas que están en plena facultad de sus derechos civiles».
Y hay que reconocer que, vista así, la cosa no es que suene convincente, sino que mola. Lo que va a suceder el día 21 en el Bilbao Exhibiton Centre es que se juntarán 7.000 individuos por el puro gusto de juntarse y de hacer valer su derecho fundamental a reunirse. Otegi, sí, el mismísimo Otegi sólo va a estar allí como el ciudadano Otegi, porque los vascos y las vascas tienen tan asumido el derecho a decidir que nadie le podrá quitar a él, Arnaldo Otegi, el derecho de decidir si está o no en Bilbao (Exhibiton Centre) para festejar que 7.000 arnaldos otegis piensan lo mismo. De hecho, si en los carteles de la convocatoria aparece como convocante Batasuna es por razones de economía, ya que hubiera resultado más engorroso y mucho menos publicitario poner los 7.000 nombres y apellidos teniendo además en cuenta que Batasuna sólo quiere decir unidad y, ¿acaso está prohibido unirse? Hombre, el hecho de que apareciera en el cartel una culebrita enroscada alrededor de algo es por pura ecología, ya que las serpientes también tiene derecho a que se les respete y permita vivir, ¿o no? Dejemos de buscarle tres pies al gato. Todos los mensajes que se han lanzado insistiendo en que allí se va a tratar de la refundación de la izquierda abertzale eran para que la competencia no se enterase de que lo que se va a construir en realidad es un orfeón, el orfeón de las tierras vascas de los zurdos, zurdas y patriotas.
Hay que darle la razón a cierto comentarista político que soltó con toda naturalidad algo así como que la democracia no ganaría nada prohibiendo el acto cuando podrían celebrarlo una semana después a bombo y platillo en Bayona. Sorprende un poco, pero sólo un poco, que el comentarista en cuestión tenga una visión tan mercantilista de la democracia pero, puestos a seguirle por ahí, no se sabe que ninguna democracia haya perdido nada por hacer cumplir la ley, que es de lo que se trata. Batasuna está muerta civilmente y no puede convocar nada, aunque quizá sí pueda convocar lo que quiera en Francia donde todavía no está difunta, civilmente hablando. Eso es lo que hay. Pues bien: si en su día la Justicia pudo establecer que el Engendro de las Tierras Vascas no estaba relacionado con Batasuna -sólo era un espejismo que Batasuna pareciera darles las consignas y les suplantara-, hoy el asunto es más sencillo, ya que se trata de demostrar que Batasuna no tiene nada que ver con Batasuna. Ni Otegi con Otegi ni ninguno de los 7.000 con ninguno de los 7.000. De hecho, en el Bilbao Inhibiton Centre no se reunirá nadie para no decidir nada. Claro que si se reunieran y fuesen Batasuna igual podrían condenar la violencia de ETA.
Javier Mina, EL PAÍS/PAÍS VASCO, 16/1/2006