EL MUNDO 24/12/12
Los nacionalistas vascos escalaron ayer unos cuantos peldaños en la carrera por encabezar el rechazo político contra la emisión esta noche por cuarto (y quizá último) año consecutivo del discurso del Rey en ETB2.
Para el PNV, que los ciudadanos vascos puedan ver al Monarca a través de la cadena autonómica supone «no respetar el valor de la democracia», ésa que el pasado 21 de octubre permitió configurar un Parlamento mayoritariamente nacionalista.
La izquierda abertzale ahondó en las descalificaciones no ya hacia la dirección de la radiotelevisión, sino hacia el Rey, que, a su juicio, personifica «un Estado antidemocrático» heredero de la dictadura franquista y donde la «corrupción» y el «clientelismo» no son excepción, sino «normaL».
El pulso verbal ha ganado fuerza con los días. Si el sábado Laura Mintegi culpó al PNV de no haber querido acordar con EH Bildu un pronunciamiento parlamentario común para presionar al ente, el portavoz del PNV en la Cámara vasca y cabeza del sector más soberanista del partido, Joseba Egibar, desveló ayer que había enviado una carta al director general de EiTB para escenificar que ellos también han presionado.
Sin éxito, en cualquier caso. El segundo canal vasco mantiene este espacio en su parrilla porque, según la cúpula del grupo -designada al comienzo de la pasada legislatura, con el socialista Patxi López de lehendakari-, emitirlo forma parte del «respeto institucional». El máximo responsable de EiTB, el periodista Alberto Surio, ya dejó claro el martes que para reconsiderar su decisión exigía un pronunciamiento del Parlamento autonómico antes del jueves, que es cuando cerraría la programación de Nochebuena.
Ese acuerdo no prosperó, para disgusto de EH Bildu -que lo intentó casi todo y protestará esta misma mañana ante la sede del ente-, porque el PNV no quiso mostrar la fea imagen de pretender influir en la radiotelevisión pública desde el primer compás de su desembarco en el Gobierno.
Por eso, los colaboradores del lehendakari Iñigo Urkullu insistían en que, pese a sus preferencias, respetaban la decisión tomada por el director.
En ese contexto, Joseba Egibar -dirigente del partido en Guipúzcoa, que libra la batalla más encarnizada entre nacionalistas- subrayó ayer su opinión: emitir el discurso más allá de su reseña en los informativos implica vulnerar la democracia y no tener en consideración «el significado negativo que la Monarquía española tiene para la mayoría social y política de Euskadi».
Egibar defendió que esa carta, en principio privada, era «la forma más efectiva» para que Surio obedeciera. Discreción (enmendada) «frente al protagonismo y a la obtención de rédito partidista» que mueven a EH Bildu, proclamó sin citarlo.
El equipo de Alberto Surio respondió a todo eso con una breve nota. Recordó que los partidos políticos deben respetar la «autonomía» de la dirección para decidir sobre este tema y recordó que se había mostrado abierto a cambiar de decisión si el Parlamento decía otra cosa.
El secretario general del Partido Popular vasco, Iñaki Oyarzábal, terció en el asunto a través de su cuenta en Twitter. Quienes no respetan la democracia, dijo, son «aquellos que creen que EiTB debe ser sólo para nacionalistas y batasunos». Por eso calificó de «valiente» la decisión de emitir el mensaje del Rey pese a la presión «nazionalista».