El incierto pacto CiU-ERC «saltará por los aires mucho antes de que acabe la legislatura”

EL CONFIDENCIAL 24/12/12

Ni siquiera en Esquerra confían en su futuro

Un mes, dos meses, tres meses… un año, dos años, tres años… No es la letra de ninguna canción infantil. Son las cifras que se mueven en la porra sobre cuánto puede durar el pacto catalán entre Convergència i Unió (CiU) y Esquerra Republicana de Catalunya (ERC). En su discurso de investidura esta semana, Artur Mas dijo algo muy significativo: “No fallé convocando elecciones y dando la voz al pueblo de Cataluña el pasado 25 de noviembre. Y el pueblo habló y decidió. Lo hizo con una altísima participación. La población nos pidió liderazgos compartidos y transversales. También nos pidió responsabilidades compartidas. Una cosa lleva a la otra. No ha pasado un mes de las elecciones y ya hay acuerdo de estabilidad, es decir, la expresión de responsabilidades compartidas. En un mes, habremos hecho todo el trabajo en un marco de complejidad mayor que hace dos años. Un buen síntoma”.

Lo que no está previsto en el discurso del president es el precio que ha de pagar por ello. ¿Podrá Artur Mas, el presidente recién investido, aguantar toda una legislatura con el corsé que, dicen, le ha impuesto Esquerra? Hay opiniones para todos los gustos, aunque pocos son los que apuestan por una estabilidad que soporte cuatro año.

Oficialmente en CiU se congratulan de que “la postura de Esquerra garantiza la estabilidad que estábamos buscando”. Rotos los puentes con el PP y con los socialistas sin querer sentarse a negociar, la única salida que quedaba a Mas era echar mano de los republicanos, aunque a los socios de Unió Democràtica (UDC) esta opción les parece la peor de todas. “Hemos de reconocer que, si no es por Esquerra, no podríamos afrontar la legislatura con un mínimo de estabilidad”, dice una fuente de la dirección de Unió a El Confidencial.

Pero oficiosamente reconocen que el acuerdo no tiene mucho alcance. “Habrá que esperar, pero es difícil que se pueda mantener un acuerdo de largo recorrido no sólo por la cultura de pacto tan diferente que tenemos CiU y ERC sino por la propia estrategia de los republicanos”, admite un alto cargo democristiano. Y específicamente por la apuesta decidida a favor de la independencia, una cuestión que a Unió no le hace ni pizca de gracia.

Nadie duda de que ERC tuvo en todo momento la sartén por el mango y presionó inteligentemente para arrancar a Mas algunas iniciativas que había presentado en su programa electoral y que chocaban frontalmente con otras propuestas de CiU. Pero en las filas de Esquerra no creen que Junqueras haya ganado la batalla de las ideas en la negociación.

“Hay dos cuestiones que eran fundamentales y que todavía no hemos conseguido. En primer lugar, que CiU rompa los pactos que tiene con el PP en la Diputación de Barcelona y en varios Ayuntamientos. Y, por otro lado, no hemos conseguido fijar una fecha para realizar el referéndum, sino sólo un acuerdo de que se puede aplazar. Eso ha sentado muy mal entre las bases. El pacto, por tanto, no tendrá mucho recorrido. Saltará por los aires mucho antes de que acabe la legislatura”, dicen a El Confidencial fuentes de ERC.

Presión fuerte

“Mas está en manos de ERC, es verdad, pero apenas le queda margen de maniobra”, señalan también en ERC. “Junqueras quedó bien ante todos, pero ahora viene lo peor. CiU cedió en materia fiscal, pero hemos de ser conscientes de que se han de hacer más recortes. El problema es que no habrá suficiente dinero y Mas tendrá que tomar decisiones que nos quemarán. Conseguimos más impuestos, pero que no generan suficientes ingresos, por lo que los gastos se han de recortar otra vez. ¿Y qué hacemos entonces nosotros? ¿Podemos seguir pidiendo una mayor presión fiscal? Si Esquerra aprieta demasiado, CiU no puede bajarse los pantalones otra vez, aunque sea por amor propio. Y la presión llegará a ser tan fuerte que se puede provocar la ruptura”.

Los republicanos afirman que “a Esquerra le interesará romper el pacto”. “Sabe que en unas elecciones próximas, su tendencia es a la subida, mientras que lo que pueda pasar con CiU es una incógnita. Por eso, Junqueras va a apretar defendiendo nuestro programa electoral. Si Mas abandona y tira la toalla, mejor para nosotros”, admiten.

Con unos socios, pues, que confían poco en sus propias posibilidades, desde la oposición todavía se ven las cosas con mayor pesimismo. Un miembro de la dirección del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC) señala a este diario que “CiU y ERC son como el agua y el aceite”. Los socialistas rechazaron sumarse al frente nacionalista, lo mismo que Iniciativa per Catalunya (ICV), que considera que el pacto incluye “recortes salvajes”. Pero mientras los ecosocialstas están dispuestos a apoyar la convocatoria del referéndum, el líder del PSC, Pere Navarro, ya ha anunciado que su partido se abstendrá sistemáticamente en todas las votaciones sobre el tema.

En el PP, por su parte, las dudas son grandes. “Mas tiene un problema de debilidad muy grande. Está en manos de Esquerra completamente, mientras que los socialistas van dando tumbos y anuncian su abstención en el tema del referéndum. Es inaudito”. Y  Jordi Cañas, portavoz de Ciutadans, vaticina: “ésta va a ser una legislatura muy corta que se les va a hacer muy larga”. Este partido le da una vigencia al pacto de “uno o dos años. Lo que hay ahora es, más que un Gobierno, un grupo operativo con el objetivo de convocar un referéndum y crear estructuras de Estado. Lo que se crea es un comité de sedición. Todos saben que algunas de sus medidas son inaplicables, como el impuesto sobre depósitos bancarios. Todo esto, no obstante, les va a servir para seguir haciendo victimismo. Y su memoria económica es un brindis al sol. Pero luego queda la incógnita de si el Gobierno de España va a permitir algunas de las medidas ilegales que quieren aplicar”.