Ofensiva de los empresarios para frenar el plan soberanista de Mas

EL MUNDO 31/01/13

· Han pedido al ‘president’ que abandone su promesa de convocar una consulta ilegal.

Los empresarios han dicho «¡basta!». Las organizaciones empresariales catalanas más representativas han lanzado una ofensiva, discreta pero intensa, para frenar en seco el proyecto soberanista de Artur Mas.

Los empresarios más importantes de Cataluña están convencidos de que el referéndum de autodeterminación, planteado como un primer paso hacia la independencia por la coalición CiU/ERC, afectará negativamente a la economía de Cataluña justo en el momento en el que lo que más se necesita es aunar esfuerzos para salir de la crisis.

Las diversas fuentes consultadas por EL MUNDO coinciden en que el camino emprendido por Mas, en estos momentos, «es irrealizable y sólo beneficia a las aspiraciones de ERC». Puede decirse que ahora «los vínculos entre Convergència y la clase empresarial están rotos», afirma un dirigente de la CEOE. A Mas sólo le apoya ahora la pequeña organización Femcat, que agrupa a un sector controlado por el ala radical de Convergència.

Sin embargo, las 600 organizaciones unidas bajo el paraguas de Fomento del Trabajo le han dado la espalda al presidente de la Generalitat. Hay que tener en cuenta que la mayoría de los miembros de la directiva de la patronal catalana es afín a CiU.

Un primer toque de atención a Mas lo dio precisamente el presidente de Fomento, Joaquín Gay de Montellá, cuando el pasado día 17 de enero, en un acto organizado por El Periódico, pidió al presidente de la Generalitat «evitar el choque de trenes» con el Gobierno de Rajoy, al mismo tiempo que le instó a retomar las negociaciones para mejorar el tratamiento fiscal a Cataluña.

El presidente de la CEOE, Joan Rosell, que anteriormente presidió la patronal catalana, también está pilotando la operación destinada a frenar la deriva soberanista de Mas en Cataluña.

Los consultados reconocen que han mantenido conversaciones privadas con Mas, pero que ha sido imposible convencerle de que rompa sus pactos con Oriol Junqueras y abandone las ensoñaciones independentistas que dieron lugar a la declaración aprobada por el Parlament la semana pasada. Hoy, precisamente, el presidente de la Generalitat planteará formalmente al Rey Juan Carlos su plan soberanista en el encuentro que mantendrán en La Zarzuela.

Algunos de los empresarios que han presumido de tener una buena relación personal con el líder de Convergència han recurrido a sus hermanos e incluso a su esposa, Helena Rakosnik, para que, entre todos, contribuyeran a moderar sus posiciones. Pero el esfuerzo, confiesan, ha sido en vano.

Mas sólo escucha a un pequeño círculo de fieles, entre los que destaca el conseller de Presidencia, Francesc Homs, que se ha convertido en el hombre fuerte del Ejecutivo catalán.

La actividad de los líderes empresariales es casi frenética y comenzó a desarrollarse inmediatamente después del pacto alcanzado entre CiU y ERC tras las elecciones del 25-N.

A partir de entonces, la estrategia ha consistido en restar apoyos al soberanismo entre los empresarios más pequeños y animar a los partidos no independentistas a buscar una alternativa al Gobierno de Mas.

Todos los comisarios europeos que han visitado recientemente Cataluña han sido invitados por la cúpula patronal a charlas discretas con empresarios y miembros de CiU para que, de primera mano, les convenzan de que la independencia conduciría automáticamente a la salida de la UE y del euro.

Lo mismo ocurre con los presidentes de las grandes multinacionales que operan en Cataluña. Todos coinciden en que una separación de España perjudicaría a la economía catalana en primer lugar, porque desalentaría a los inversores, que buscarían opciones más seguras.

Las prestigiosas escuelas de negocios Iese y Esade están jugando un papel esencial en esa estrategia de pedagogía para convencer a emprendedores y gestores de que a Cataluña le irá mucho mejor junto a España.

Esa faceta de divulgación ante pequeños empresarios, tradicionalmente votantes de CiU, con ser importante, no es la esencial. Los líderes empresariales también se han reunido con representantes de Unió, del PSC y de los sindicatos para abordar el asunto y, en la medida de lo posible, aislar a Mas y buscar alternativas menos lesivas para los intereses de Cataluña.

A los empresarios, lo que más les gustaría es que CiU pactara con el PSC, la llamada sociovergencia.

En su día, Fomento no quería ni ver en pintura a la izquierda y llegó a financiar a ERC (mediante un talón del Banco Sabadell), pagándole unos 20 millones de pesetas para su campaña en las elecciones autonómicas de 1980, a cambio de que pactara con Jordi Pujol, cosa que los republicanos hicieron, dando lugar al primer Gobierno de coalición nacionalista de la Generalitat.

Tras la penosa experiencia de las dos legislaturas de Gobierno tripartito, los empresarios viraron decididamente hacia CiU, pero no esperaban que Mas se rindiera ante las exigencias independentistas de ERC.

Si el presidente de la Generalitat sigue en sus trece, las fuentes consultadas no descartan una ruptura de la coalición, en cuyo caso los empresarios apostarían claramente por el partido de Durán.

Por su parte, la UGT ya le ha hecho saber a la patronal catalana su desacuerdo con la deriva independentista de Mas. CCOO está en proceso de decisión.

La presión está comenzando a dar resultado. Hasta el punto, de que uno de los más destacados líderes independentistas de Convergència, el conseller de Empresa y Empleo Felip Puig, ha comentado en privado a las fuentes consultadas que el camino emprendido por Mas «en las actuales circunstancias es una locura».

EL MUNDO 31/01/13