Amilibia

Un ejemplo de que en Euskadi todo ocurre al revés es que en la televisión oficial «o sea la de Arzalluz» hay un programa de debate que se llama «Políticamente incorrecto» donde el 90 por ciento de los tertulianos hablan en un tono manso y jesuístico de la «necesidad del diálogo con ETA», de la «tristeza ante el cierre de Egunkaria,» o de «la arbitrariedad de la ilegalización de Batasuna y de AuB», o sea que son la corrección política personificada.

Por desconocimiento o mala fe los responsables de ese programa identifican, sin ningún rigor, lo políticamente correcto con el discurso del Gobierno central. No saben que Aznar es políticamente más incorrecto que Ibarretxe. No saben que ser políticamente incorrecto es posicionarse contra el nacionalismo con buenas formas y la progresía que ha dejado de ser utópica para convertirse en simplemente tópica.

Pues bien, Jesús María Amilibia ha escrito una novela sobre el País Vasco que es políticamente incorrecta de verdad y que se titula «¡Gora Stalin!» (editorial Ikusager); un relato tan recomendable y bien escrito como honesto y descarnado. «¡Gora Stalin!» no es un libro complaciente sino la historia de un gudari derrotado por los dos bandos de la Guerra Civil. Derrotado por Franco, contra el que luchaba, y derrotado por el Gobierno Aguirre, que lo abandonó a su suerte en el monte Archanda y luego le obligó a rendirse sin honor en la playa de Santoña. Amilibia ha contado en este libro la larga posguerra etílica de un chiquitero cojo que podía haber fundado ETA y que soñaba con «una Euskadi comunista e independiente, verde y limpia, aldeana y jotera, aizkolari y pelotari». A mí esta descripción me parece canónica y lo más demoledor que he leído contra los patéticos y desastrosos guiños de la izquierda al nacionalismo vasco, que siempre la ha traicionado. El héroe-antihéroe de «¡Gora Stalin!» es un perdedor porque está no ya en un bando vencido sino en un bando que es imposible.

Cuando los progres que juegan a la equidistancia entre ETA y sus víctimas sienten que se les hace el vacío en la cabeza dicen que «la realidad vasca es muy compleja». Amilibia sabe que no es compleja sino políticamente incorrecta, como él, su vida, su libro y toda verdadera literatura. Hace un par de meses Amilibia estuvo en su ciudad, que es la mía, con Ernesto Santolaya, el editor. Nos llevó a mi mujer y a mí al sitio donde se come la mejor menestra del mundo, un lugar del Bilbao eterno (el de los años sesenta) que yo no recordaba ni que existía. No voy a decir cuál es porque es políticamente incorrecto como todo lo que tiene que ver con Amilibia y porque no quiero que ese restaurante se llene de gente y me lo estropeen.

Iñaki Ezkerra, LA RAZÓN, 15/5/2003