EL CORREO 01/07/13
El Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 6 de Bilbao ha obligado al Gobierno vasco a otorgar la medalla al reconocimiento a la labor policial a un ertzaina que resultó herido en el atentado cometido por ETA el 21 de septiembre de 2008 en la localidad vizcaína de Ondarroa. La sentencia, hecha pública ayer por la agencia Efe, da por bueno el recurso presentado por el agente contra una resolución dictada por el Ejecutivo de Vitoria, que en 2012 –primero en marzo y en segunda instancia en septiembre– rechazó el reconocimiento como «acto de servicio» –el fallo judicial sí lo estima así– de la actuación del ertzaina, así como la concesión de la citada medalla.
La demanda fue presentada por uno de los trece agentes que resultaron heridos, junto a cinco viandantes, tras la explosión frente a la comisaría de Ondarroa de un coche bomba con 100 kilos de amonal. Un atentado por el que fueron condenados dos terroristas de ETA. Como consecuencia de la deflagración, el policía sufrió una lesión permanente, no invalidante, por hipoacusia –pérdida de audición–, tal y como reconoció hace un año el juzgado de lo Social número 3 de Bilbao.
En el recurso, el policía autónomo alegó que su actuación el día del atentado reunía los requisitos previstos por ley para ser distinguida como «acto de servicio», por exceder las tareas propias de su cargo de jefe de suboficial en funciones. Tras la explosión, según señaló, abandonó la comisaría para establecer, junto a otros compañeros, un cordón policial y organizar el traslado de uno de los ertzainas heridos. Posteriormente, regresó al centro policial para acceder al puesto de comunicaciones y poder coordinar con mayor eficacia los recursos de emergencia. Todo ello –remarcó–, pese al mal estado del edificio y la posible existencia de «otros explosivos ocultos», lo que supuso «un riesgo para su vida e integridad física».
«Carácter extraordinario»
El ertzaina justificó ser merecedor de la medalla a la labor policial en que, debido al trabajo de coordinación que desempeñó aquel fatídico día, «todos los recursos llegaron al lugar de una forma rápida». Sin embargo, desde el Gobierno vasco no lo estimaron así. Lakua rechazó esa versión tras descartar, entre otras consideraciones, que la comisaría presentara riesgo alguno de derrumbe, pese a la deflagración del coche bomba, y que su entrada en el mismo pudiera haber supuesto un riesgo para la vida del agente. De igual forma, el Ejecutivo de Vitoria determinó que la actuación del policía autónomo fue «normal desde la perspectiva del comportamiento que debe exigirse a un agente».
La magistrada del juzgado de lo Contencioso Administrativo número 6 de Bilbao no comparte la visión del Gobierno vasco. En su sentencia, contra la que no cabe recurso, estima que el policía debe ser condecorado porque, «con independencia» de que su actuación supusiera o no un peligro para sí mismo, los poderes públicos vascos «deben promover medidas de satisfacción moral y reconocimiento social a las víctimas del terrorismo». Subraya, en esta línea, que el Ejecutivo de Vitoria debe considerar su actuación «de carácter extraordinario».